domingo, 23 de febrero de 2014

CAPÍTULO 22.

Agarro la mano de Dani con fuerza, intentando detener ese temblor nervioso que se ha apoderado de ella desde que ayer decidió hacer cierta la noticia que, si no dice ahora, será todo un rumor con toques de verdad rondando de boca en boca.
Esperamos en unas sillas de mimbre algo incómodas en la recepción del hotel a que un hombre le de una tarjeta que abrirá la puerta de la habitación a Liam. Cuando la tiene, nos mira e intenta tranquilizarla con una sonrisa, pero se nota que él también está alterado. Sus respiraciones pesadas se elevan cuando de la puerta principal entran los demás corriendo, recién llegados de su última reunión.
-¿Qué hacéis aquí?- Pregunta Liam, ahora más sonriente.- La reunión no termina hasta dentro de una hora...
-¡A la mierda la reunión!- Exclama Louis
-Venimos a estar con vosotros.- Harry sonríe.-¿Ya tenéis la habitación?
-Sí, íbamos a subir...
-Pues vamos.
Los cinco, Dani y yo ocupamos un ascensor hacia una de las plantas más altas. El hotel se ve realmente bonito, pero solo estamos aquí para tener una mejor conexión de internet de la que tenemos en el autobús.
La idea de dar la noticia así fue de Dani. Asegura que es mucho más cercano que una carta publicada en Twitter, o decirlo en una entrevista, o hacer difundir un texto. No. Ella quiere que la gente entienda igual de bien que nosotros lo que significa para Liam y ella este bebé, y aunque es demasiado complicado, cree que hacerlo a través de una Twitcam ayudará para esto. Sus rostros, el tono de sus voces, sus gestos. Todo eso suma a la hora de decir algo tan importante.
Los cinco rodean a Dani antes de abrir la habitación y la acosan a preguntas, intentando que se calme pero haciendo el efecto contrario. Las lágrimas acechan al ver el apoyo que tiene, al notar mi mano apretando la suya y los chicos preocupados preguntándole cosas.
Una vez dentro, Liam se encarga de encender el ordenador y conectarse a Twitter. Antes de iniciar la Twitcam, anuncia que va a hacerla y vuelve hacia Dani.
-¿Y qué vamos a decir?
-Suena cursi, pero lo mejor es que digáis lo que os salga del corazón.- Comento. Louis me revuelve el pelo poniendo el punto sonriente en la situación mientras ambos asienten, de acuerdo conmigo. Preparan dos sillas frente al moderno ordenador y los demás nos hacemos a un lado, mandándonos a callar los unos a los otros, intentando sentarnos en un sitio de la habitación y actuar como si no estuviésemos.
Pasan varios minutos hasta que la pantalla se enciende y los rostros de Liam y Dani aparecen en ella, dando a entender que están en los ordenadores de miles y miles de personas.
-¿Hola? ¿Se nos ve y se nos oye bien?- Dice Liam, aparentemente normal. Si no fuese porque yo sé que está atacado de los nervios, nadie notaría todo lo que le come por dentro.
- "Sí" "Se os oye bien" "Liam sígueme por favor..."- Dani lee algunos comentarios y se ríe.- Tranquilas, ahora seguro que os sigue, pero antes tenemos que deciros algo.
Sentados en el frío suelo de la habitación, casi a los pies de Liam y Dani, los chicos y yo nos miramos contagiándonos de los nervios de los futuros padres. Respiramos hondo y observamos como Dani intenta mantener la sonrisa todo el tiempo a la vez que Liam habla.
-Hemos decidido decir esto por aquí porque consideramos que es...necesario, sí, necesario que veáis lo feliz que estamos...
Por debajo de la mesa, Liam le agarra ambas manos a Dani.
-... es algo... difícil de decir, y también ha sido una decisión muy difícil de tomar, pero sabemos que nos hará muy felices.- Liam habla despacio, intentando escoger las mejores palabras.- Hace un tiempo que lo habíamos decidido así y esperamos todo vuestro apoyo porque será algo complicado...
Respira hondo antes de seguir. Observo a Dani, que mira a un punto fijo de la pantalla, creo que leyendo todos los comentarios. Ya imagino lo que se está encontrado: desde personas que admiran que una simple fan haya llegado tan lejos hasta otras fans que la odian por estar con su ídolo. Comentarios adorables para Liam, muchos para ella también, algún que otro insulto, puede que un "¿qué hace ésta aquí?" u otro "Esperaba solo a Liam" que la desanime, pero que quizás la haga más fuerte.
-Estoy embarazada.
Suelta la bomba tan de golpe que oigo como la respiraciones de todos los presentes en la habitación se paran a la vez.
Silencio. La mano de Niall apretando la mía. Algunas respiraciones volviendo. Liam moviéndose ligeramente en su asiento, sin palabras que hablar.
De repente, Dani sonríe.
-Ya sé que es una locura. Ya sé que, probablemente, me odiáis. Es más, ya estoy leyendo algunos comentarios que seguro que si alguna vez los recibís vosotras os dolerían como puñetazos.
Dani se ha apresurado tanto a hablar que Liam nos mira con incertidumbre, a la vez que nosotros nos movemos y susurramos cosas, pero sin quitar ojo de Dani, que ahora gesticula y hasta se ríe entre frase y frase.
- Pero me gustaría que no veáis esto como un error, porque no lo es. Lo que llevo aquí dentro- se toca el vientre con ambas manos- es pura felicidad para los dos. No es un simple desliz, no, es algo que ambos queremos. Me dan igual todos los insultos del mundo y todas las dificultades: quiero a Liam y a este bebé más que a mi propia vida.
Respira hondo cerrando los ojos, haciendo que nosotros sintamos también toda la intensidad de su discurso.
-Pocas son estas palabras para decir todo lo que siento, pero creo que no hablaré más.
Sonríe a la vez que Liam cubre su rostro con ambas manos mostrando estrés. Cuando vuelve en sí, toma el control de la Twicam de nuevo.
-Esto no supondrá ningún problema para la banda, ni para mi carrera musical...
Un fuerte suspiro por parte de Liam hace que volvamos a movernos, esta vez de forma más brusca, hasta que en vez de sentada sobre el suelo, acabo de rodillas tras haber pegado un salto.
Creo que...creo que está llorando.
-Amo a Dani muchísimo y a este bebé. Lo quiero tener y cuidarlo junto a ella, aunque todo esto suene demasiado pronto.
La voz de Liam se quiebra a la vez que deja de lado esa cara profesional hablando desde su trabajo que le estaba dando a la noticia y muestra su lado más tierno.
-...quiero que ambos sean felices, sin importar todo lo que tenga que luchar para ello...
Lentamente los chicos y yo volvemos a caer sobre el suelo, hipnotizados por los sentimientos que muestra Liam.
Por un momento hace una pausa. Lleva un dedo hacia su mejilla y enjuga una pequeña lágrima.
-...quiero darle esa infancia que nunca tuve.
Y tras eso, se echa a llorar. Esta vez precipitado, sin frenos.
A Dani no le da tiempo a abrazarle cuando ya he llegado yo y me he lanzado sobre él. Liam entrelaza sus brazos con los míos y llora en mi cuello, pero poco tiempo está ahí cuando me separo de él para también abarcar a Dani, que ha eliminado su lado duro ante cercanas críticas para llorar y mostrarse ante todas esas personas también.
Segundos después los chicos se lanzan sobre nosotros. Les noto a todos encima nuestra, a Liam y a Dani sorbiendo por la nariz, brazos haciéndose paso, manos cogiéndose.
A ninguno nos preocupa cerrar la conexión con todas esas personas alteradas, enfadadas, o quizás muriendo un poco de amor ante esta escena. Nadie piensa en separarse y despedirse, en terminar de decir lo que haya que decir, en poner fin a la noticia. Simplemente, nos juntamos más y más.

El abrazo con más sentimiento y significado que seguramente todos hemos vivido hasta ahora.




Han pasado varias semanas desde ese día. Al final casi todos acabamos llorando, pero no de estrés, o de pensar en todo lo que venía ahora, ni de las críticas ni los insultos. Nos habíamos emocionado por todo el apoyo que nos mostramos los unos a los otros, por haber demostrado una vez más lo unidos que estamos.
Apagamos el ordenador y nos quedamos allí hasta el punto de casi llegar tarde al concierto. Nos dijimos muchas cosas que ya casi no recuerdo. Al final acabamos viendo vídeos o hablando de gilipolleces, como si nada hubiese pasado. Supongo que era la necesidad de seguir con nuestra amistad con la normalidad de siempre.
Pero las cosas no iban a seguir igual, y es algo que ya teníamos en cuenta, pero no sabíamos que iba a pasar todo tan rápido. Todo tan...a lo grande.
Y, a veces, las cosas a lo grande hacen daño...a lo grande.

En revistas, periódicos, programas y hasta en los telediarios se habla de la gran noticia. El famoso miembro de One Direction, Liam Payne, será padre de aquí a unos meses. Se ha hablado de ello de todas las formas posibles. Hay diferentes opiniones, como todo en la vida. Algunos lo ven como algo bonito, y han sonreído con la Twitcam o se han contagiado de las lágrimas de Liam y Dani. Otros lo encuentran como el final de One Directon, y ven a Dani como el detonante del grupo. Ven la situación desde la carrera de los chicos, y como a mi me pasaba, solo encuentran dificultades. Luego están las chicas que hablan como si estuviesen aquí con nosotros todos los días y juzgan la relación de Dani y Liam diciendo que está destrozada, que seguro que Dani obligó a Liam a tenerlo para así estar con él siempre y aprovecharse de su dinero o que Liam parecía destrozado en la Twitcam. A veces lo ven como que Dani pasa de todo y otras dicen que está obsesionada.
Por lo general, Dani se ha ganado el papel de puta que se quiere aprovechar del típico famoso rico, y Liam el de gilipollas que se cree su supuesto amor.
Es casi inevitable no reírse irónicamente cuando estoy en Twitter y leo todo lo que se dice por ahí y me doy cuenta de que, hasta ahora, aún no ha pasado por mis ojos ninguna verdad. Porque la realidad es totalmente diferente.
En menor medida, pero sobresaliendo más que nada, están esas fans obsesionadas que hablan y hablan con intención de que Dani vea sus insultos, pero seguro que diciendo palabras de más esperando que en la realidad ella no lea nada.
Y ella quiere ser fuerte. Quiere que, de ahora en adelante, el embarazo sea una etapa bonita y solo desea estar junto a Liam. Pero cuando llegas a recibir hasta amenazas de muerte, eso parece ser imposible.

Esto ha pasado en poco tiempo. Un tiempo que parece estar coloreado con el negro más profundo, y lógicamente ha influido en el carácter de Liam y Dani.
Liam no puede librarse de la calle, así que vive el drama cada día al llegar a una nueva ciudad e ir de un lado para otro, pero intenta librarse de esto. Falta a reuniones importantes, se larga de las entrevistas sin decir nada y hasta llega tarde a los conciertos solo por estar con Dani todo el tiempo posible.
 Me atrevería a decir que Dani está en la entrada de una seria depresión debido a todas las veces que puede llorar en un día, al levantarse tarde y acostarse muy pronto, a esos días en los que no come y esos otros en los que guarda comida solo para ella en su lugar del autobús, y luego están aquellos en los que se hace un cómodo moño y se pasea de un lado del autobús al otro escuchando música lenta y triste en pijama todo el día. Tiene miedo a salir y que, de nuevo, vuelvan a gritarle que deje a Liam, que se muera, que deje de destrozar vidas, que vuelva a España...
Y esto último es lo que más nos ha hecho pensar desde el día de la noticia, o incluso antes. La vuelta a casa, donde todo podría estabilizarse.
Si mezclas todo esto con la presión por parte de los padres de Liam y los de Dani, la vuelta a España parece la mejor opción, lo que todos necesitamos. One Direction seguirían igual que siempre, con la gira, los proyectos, las entrevistas, las noticias, el nuevo álbum... Dani volvería a la universidad, a los estudios, a la sencillez y a la rutina, fuera de dramas y de lleno en la tranquilidad, que es lo que más necesita ahora. Claramente, yo volvería con ella, y también me metería en esa monotonía que dejé hace meses para ir al viaje más largo y alucinante que he hecho en mi vida.
Todo parece encajar. Pero está ese gran detalle que brilla por encima de todo.
Liam y Dani no quieren separarse.
Tampoco Niall y yo
Todos nosotros, el grupo, ahora tenemos la necesidad de permanecer juntos.
 Pero por el bien de permanecer así, se acabó el viaje para nosotras.



Hoy, antes de parar con los autobuses en el hotel correspondiente, hemos ido directamente a los grandes edificios de una importante revista estadounidense que había concertado una entrevista con los chicos hace varios meses. A la vuelta, Paul nos esperaba con la furgoneta negra para irnos antes de que las fans se echasen sobre nosotras y Dani volviese a pasarlo mal, cosa que todos nos estamos esforzando para evitar.
Paul es como nuestro padre comprensivo, así que no nos escondemos de hablar de nada delante de él, es más, a veces hasta le buscamos para pedirle consejo. Aunque en verdad ahora no nos hace falta preguntarle nada, porque todos estamos totalmente de acuerdo en que lo mejor es la vuelta a España.
-Tenemos que hacer una despedida por todo lo alto- Dice Louis, sonriente, saltando en su asiento. Esas ganas de seguir hacia delante sin problema es la que  nos hace falta y la que él es el único que sabe darnos.
-Totalmente de acuerdo...- Niall asiente.
-Hay que buscar un día libre para pasarlo al completo con vosotras.- Dice Harry.
-Ni entrevistas, ni gente, ni conciertos...- Enumera Liam, contando con los dedos.
-Ni ensayos- Añade Zayn.
-Ni bailarinas...Ni Frai.- Digo yo, y hasta Paul se ríe a pleno pulmón, cómplice de todo lo que pasa con ésta psicópata.
-El día 12 de agosto lo tenéis totalmente libre.- Dice, mirando su agenda electrónica tras haber dejado de reírse.
-¿No parece un poco tarde para irnos?- Digo, aunque no quiero dejarles.
-Podemos esperar...No estoy tan mal.- Responde Dani, riéndose levemente, sabiendo que nadie le cree.
- Pues apuntad ese día para pasarlo entero junto a vosotras, haciendo lo que queráis.- Harry sonríe y comienza un aplauso que todos seguimos con gritos y silbidos.
-¿Y después?- Pregunta Liam, cuando nos hemos calmado.
-Al día siguiente u al otro, nos vamos.- Digo yo.
-Parece que tienes prisa por irte.
Niall llama mi atención cuando dice esto y le observo detenidamente. Está sentado enfrente mía, con los pies sobre el asiento, las manos rodeando sus piernas y la cabeza apoyada en las rodillas. Mira por la ventana como si la conversación ahora no tuviese nada que ver con él, como si no hubiese dicho nada.
-Lo hago por Dani. Y por vosotros.- Digo, casi susurrando, ya que solo pretendo que él me oiga y Louis ya ha dicho una burrada o tontería semejante como para que los demás estén riéndose con él.
Levanta la cabeza y me mira casi con tanta intensidad como yo lo estaba haciendo. Noto como la furgoneta se mueve de un lado hacia otro, aparcando y deteniéndose para que salgamos. Todos se apresuran a bajar, pero nuestras miradas fijas nos impiden movernos.
Es Dani, que es la última en cerrar la puerta, la que se da cuenta de que ninguno de los dos nos hemos movido.
-¿Vais a salir o...?
-Ahora vamos. Necesitamos hablar.- Responde Niall muy serio.
-¿Estáis bien?- Pregunta Dani, con preocupación en su tono de voz.
-Sí.- Respondo yo esta vez. Dani cierra la puerta y en seguida vuelvo a fijar mi mirada en la suya, pero ahora está totalmente cambiada. Es tan distinta que me estremezco. Ahora muestra lo triste que está.
Me siento junto a él y le busco. Rápidamente, abre sus brazos y me aferro a él como si este mismo segundo se tratase de la despedida. Respiro fuerte en su pecho y él mete sus manos en mi pelo con delicadeza. Apoyo los pies en el asiento y me acomodo mientras él se recuesta.
-¿No podemos permanecer así para siempre?- Se pregunta, haciéndome reaccionar con mis brazos agarrándose aún más a él. Deja la pregunta en el aire asumiendo la respuesta negativa que ya sabía.
Nos quedamos así un buen rato, sin nada más que decir. Desde fuera vienen ruidos de los otros autobuses, pasos de gente caminando cerca nuestra, alguna que otra voz familiar... Pero aquí dentro predomina un silencio que mi voz corta:
-Lo hago por Dani y por vosotros.- Repito, esta vez con una fuerte y nerviosa respiración interrumpiéndome.- No puedo dejarla sola, me necesita, y así vosotros podéis seguir como banda...
-Marina...
-...son las dos únicas cosas que me prometí: no voy a dejar que Dani se derrumbe ni que vosotros os separéis...
-Marin...
-...y ésta es la mejor solución...
-Lo entiendo. No tienes por qué explicarlo. De verdad.- Aumenta sus caricias en mi pelo, intentando calmarme, pero se detiene cuando me oye sorber por la nariz para, con suavidad, alzar mi rostro y mirarme. Me sorprendo de sus ojos también enrojecidos cuando su voz parece tan normal. Ahora soy yo la que tiene necesidad de tranquilizarle, así que poso mis manos sobre sus mejillas encendidas y hablo con voz muy baja:
-Vamos a aprovechar lo que nos queda juntos.
-Sí.- Contesta, a la vez que yo me coloco de forma que mis rodillas quedan sobre el asiento. Poso mis labios despacio sobre los suyos y cierro los ojos. Me sumerjo en su aroma, en sus manos aún acariciando mi pelo, en sus labios bailando con los míos.
Le quiero aquí y ahora.
Una ansiedad me ataca de forma casi súbita, haciendo que ese tierno beso se convierta en algo alocado. Ahora mis dedos acarician su torso por encima de su sudadera antes de que se apresuren a explorar por debajo de ella, poco a poco subiéndola hacia arriba. Niall no se opone a nada y se sienta de forma que es más fácil para mi quitarle la ropa. Me dirijo hacia su cuello y dejo pequeños mordiscos, sintiendo que le manejo, que hace todo lo que yo quiero hacer en este momento.
Y quiero hacer tanto. Tanto.
Muerdo también sus clavículas entre sonrisas y repaso con mis dedos el contorno de los músculos de la espalda a la vez que él se atreve a quitarme la camiseta despacio, posando después sus dedos traviesos sobre el sujetador para quitarlo.
Ahora de forma más rápida y brusca agarro su cinturón y lo quito torpemente, atacada por esa ansiedad ahora más grande. Los pantalones acaban bajo sus rodillas segundos después y en menos de un instante yo estoy sin camiseta, sin sujetador, y sintiendo mis shorts a los pies.
Ambos nos ponemos rígidos sobre el asiento y volvemos a buscarnos, esta vez abrazándonos con la necesidad de sentirnos cada vez más. Caigo de espaldas sobre el asiento con una pequeña risa que parece ser la señal definitiva para que Niall se active y empiece a besarme fuerte, a dejar rojo mi cuello y a recorrerse cada centímetro de mi con sus manos. Los dos, sin ropa uno encima del otro, respiramos aceleradamente y sin decirlo con palabras, decidimos hacerlo.
Se introduce dentro de mi lentamente, de forma que yo lo siento con más intensidad a la vez que aprieto las manos sobre su espalda. Un largo gemido se escapa de mi boca con cada movimiento cada vez más lento y profundo. Pequeñas gotas de sudor se deslizan por su frente y su mirada se vuelve más brillante, haciendo que me desespere.
Me muevo hacia arriba y hacia abajo al mismo ritmo que él, echo la cabeza hacia atrás y suspiro. Él se apoya muy fuerte con los brazos a ambos lados de mi, tan fuerte que su piel pálida empieza a enrojecerse y los músculos aparecen más definidos.
Más rápido, más fuerte, más duro, más violento y más salvaje.
Qué bien suena mi nombre con la forma de su voz.
Hasta llegar al extremo de todo y respirar profundamente.
 Cae sobre mi sin hacerme daño y se relaja tras tanta intensidad. Mis brazos se aflojan y caen también sobre su espalda.
-Déjame hacerte sentir todo esto cada día hasta que te vayas.- Dice, susurrando sobre mi pecho. Le respondo posando un suave beso sobre su revuelvo pelo de mechas doradas.
En seguida empezamos a vestirnos cuando oímos ruido de fuera y nos damos cuenta de que acabamos de hacerlo en la furgoneta, sin importarnos que cualquiera podría habernos visto.




-Mira que se lo hemos dicho. Pues no, se lo tenía que comer todo.- Me quejo.
-Cuando tiene hambre no hace caso de nadie...- Zayn se ríe montándose en el asiento del conductor de la furgoneta.
Últimamente cada vez que hay que ir a algún sitio, Zayn y yo siempre nos ofrecemos voluntarios.
Me gusta ir con Zayn en la furgoneta. Es relajante. Zayn es así: relajante. Este adjetivo le viene perfecto.
Se monta casi con parsimonia y, con calma, lo primero que hace es encender la radio. Una vez que elige la emisora o pone la música que quiere, se relaja sobre el asiento y maneja los pedales, el volante y demás objetos a gusto, haciendo que conducir parezca fácil y hasta placentero. A mi me gusta ir a su lado y oír su risa cada vez que desafino cantando las canciones que pone.
Siempre, por muy corto que sea el viaje, comenzamos a hablar. Y es que hablar con Zayn da gusto. Sabe darte su opinión sobre cualquier tema de manera tan persuasiva que al final siempre acabas de acuerdo con él. Habla pausadamente, en un tono de voz cómodo y que hipnotiza. Además, puedes sincerarte con él, y aunque le cueste un poco, el acabará hablando desde dentro contigo también. Con Zayn puedes hablar de temas cursis, es más, con Zayn te sale ser cursi.
Como suele pasar, Niall no ha dejado casi nada para cenar esta noche, y la mini nevera del autobús está vacía, así que a Zayn y a mi nos toca otro viaje en busca de un sitio cercano para pedir comida, aunque no sé de qué me quejo. Me gusta estar con él. Sé que antes no habíamos conectado porque para entrar en confianza con él debes ver lo que piensa. Parece complicado, pero no lo es para nada: Zayn es una persona sincera, tranquila, y desde su punto de vista todo sucede con más calma.
-Bueno, yo os voy a echar de menos...No sé vosotras.
Hace ya un rato que hemos pasado varios restaurantes que podrían servir, pero vamos en busca de un McDonalds, y además, hemos empezado una conversación que no queremos terminar.
-¿Me estás diciendo que dudas sobre si te vamos a echar de menos o no?- Digo, y le pego un tirón de la oreja. Sé que eso le molesta, por eso lo hago.
-¡Estate quieta!- Se queja, intentando apartarme.
A esto me refería. Puedes hablar de cualquier tema sin cortarte, sin notar que estás siendo demasiado sensible, porque él también lo es.
-He notado a Niall algo enfadado esta mañana.- Habla mirando a la carretera en un ambiente nocturno iluminado por los locales cercanos y los faros de la furgoneta.
Esta vez no puedo sincerarme del todo, así que solo me sonrojo e intento que no se note demasiado mientras hablo.
-No le pasa nada, solo está preocupado.
-Es normal, no quiere volver a irse y teme perderte.
-Que cosas más bonitas dices.- Sonrío.
-Solo digo la verdad, y le entiendo. Perrie es guapa y la quiero tanto como él te quiere a ti, y cada día que viajo a un sitio nuevo me acuerdo de ella.
Asiento ante sus palabras y le miro. Ahora sonríe levemente y por un momento baja la mirada para después seguir concentrado en la carretera.
-Y encima ella es famosa. Cuando salen rumores sobre que está con otro, soy tan tonto que acabo mal, aunque sé que ella no me haría algo así... Bueno, estábamos hablando de Niall, perdona, siempre acabamos hablando de Perrie.
-Pues ahora vas a hablarme de Perrie hasta que te canses de ello.
Sonríe soltando una pequeña risa también. Sé que no se cansaría de hablarme de ella, al igual que yo no me cansaría de hablar de Niall. Me da la sensación de que ambos amamos con la misma intensidad.
Le observo mientras habla sobre lo guapa que es Perrie, o lo buena que es, o lo adorable que fue haciendo tal cosa, o la sorpresa que le dio tal día.
Estoy contenta de que se sienta a gusto conmigo, de que vea en mí a una amiga con la que poder expresar todo lo que la echa de menos.




Alguien, muy cerca, más de lo que debería estar, observa cómo la furgoneta negra aparca frente a un McDonalds y se apresura a hablar con los nervios llenando su boca más que las palabras.
-Pare aquí, por favor.- Le dice al taxista que la lleva. Suelta un billete de a saber cuánto y ni siquiera espera a la vuelta cuando sale de allí apresurada, pegando un notable portazo.
De repente se percata de que puede ser reconocida y se pone unas gafas de sol que tenía preparadas sin pararse a pensar que es de noche. Echa varios mechones de pelo sobre su rostro e intenta pasar desapercibida ante la gente, sobre todo ante Zayn y Marina.
Les ve montados en la furgoneta mientras piden comida en el autoservicio del McDonalds. Ahora intenta calmarse a la vez que se percata de que tiene poco tiempo hasta que vuelvan a ponerse en marcha.
Saca su móvil del bolsillo y busca entre sus últimas llamadas a esa persona que le ha dado el trabajo que necesitaba, aunque nunca pensó que estudiar periodismo le llevase a semejante espionaje.
-¿Ya estás allí? ¿Les has seguido bien?- Dice la persona al otro lado de la línea nada más descolgar.
-Si, a ver...Están pidiendo, ¿lo hago ya?
-¡Deberías haberlo hecho ya! ¡Vamos, joder!
Se aparta el móvil del oído al notar demasiado profundos sus gritos.
-Y que no se te olvide hacer muchas, muchas fotos.
No le da tiempo a preguntar otra cosa cuando se corta la llamada. Ha colgado.
Vuelve a guardar su móvil en el bolsillo y respira hondo sujetando con fuerza la cámara de fotos tan grande, nueva y brillante que pudo conseguir antes de volar a EEUU. La besa casi con miedo de que le pase algo y se levanta, por fin dirigiéndose al establecimiento.
Por el camino se susurra a sí misma un par de cosas. Duda en cuanto a cómo sembrar el pánico, cómo provocar locura en poco tiempo para que no pase desapercibida. Entonces, lo ve claro.
Cierra los ojos a la vez que empuja la puerta del McDonalds. Cuando los abre está dentro. No hay vuelta atrás, así que llena sus pulmones y grita:
-¡¡Zayn Malik y Marina Gijón están pidiendo en el autoservicio!!
Algunas chicas se levantan de sus asientos, otras miran confundidas a todos lados sin saber qué hacer.
-¡¡Vamos, que se van!!- Vuelve a gritar, intentando que las pocas chicas que se habían levantado ahora se dirijan hacia la puerta y casi la tiren al suelo.
Un puñado de al menos 20 chicas corren hacia el autoservicio. Ella también corre, esta vez preparando su gran y potente cámara para capturar cualquier momento y después crear rumores con cada foto que obtenga.
Giran la esquina y todas, hasta ella misma, se alteran, empiezan a gritar desesperadas y corren hacia la furgoneta esperando una oportunidad para conocer a su ídolo.
La extraña chica del McDonals tenía razón: Zayn y Marina acaban de tomar su pedido y están saliendo de allí.




-¿¡Pero cómo se han enterado de que estamos aquí!?- Hablo alterada al ver cómo al menos 20 chicas corren hacia nosotros a la vez que Zayn intenta dar la vuelta y salir por el camino más accesible ahora mismo.
-¡No tengo ni idea!
-¿¡Pero dónde vas, Zayn!?- Ahora no puedo hacer otra cosa que no sea gritar. Zayn gira de forma tan brusca que salto en mi asiento y por pocas me pego un golpe en la cabeza con el techo.
-¡Cada vez hay más y no sé por dónde vienen!- Dice, con un tono más calmado que el mío pero más nervioso incluso que yo.
-¿Y si bajamos un rato...?
-¡Falta menos de media hora para el concierto!- Responde casi sin dejarme terminar.
-¿Y entonces por qué no están en la cola del concierto?
-¡Y yo que sé, joder!
Empiezo a preguntarme preguntas que nada tienen que ver y a tener ideas estúpidas como firmar algunos autógrafos sin ni siquiera bajarnos de aquí, cuando sé perfectamente que no nos dejarían arrancar de nuevo, impidiéndonos el paso. Las chicas ahora están acompañadas por más gente: padres y madres corriendo tras ellas, chicos que seguramente las acompañaban, más chicas...
Una chica de más o menos nuestra edad con una cámara profesional en la mano parece ser la que manda, yendo en cabeza de todo el alboroto. ¿Será una periodista? Tiene toda la pinta, tomando fotos en cada momento, hablando por el móvil y corriendo a la vez.
Zayn da otro giro muy brusco tomando una carretera casi inundada por la noche si no fuese por los faros de la furgoneta. Cierro los ojos esperando que el movimiento que se siente estando en el interior de ella se pare y cuando los abro, solo hay tranquilidad. La fuerte respiración de Zayn llena mis oídos al no haber ningún sonido más que éste.
Giro la cabeza. Estamos parados en mitad de la carretera, solos. Hemos despistado a las fans, por fin. Las luces iluminan la noche sin mostrar nada más que una vacía y oscura carretera.
Miro a Zayn al oír cómo se mueve. Se recuesta sobre su asiento y suspira, intentando recuperarse tras tanto movimiento inesperado. Cierra los ojos despacio y se queda así unos segundos hasta que vuelve a reaccionar.
-¿Y ahora cómo salimos de aquí?
Por un momento me río y esto parece desconcertarle. Me mira extrañado, casi con enfado pensando que me río de él.
-¿De qué te ríes, eh?
-Nada, nada...
-¡Ahora me lo dices!- Me pega un pequeño puñetazo en el hombro, sin pretender hacerme daño.
-Hubiese sido preferible pararnos con las fans, total, hemos acabado perdidos...
-¡Oye!
Me río aún más, esta vez también de su idiotez al cabrearse. Con la mirada de nuevo fija en la carretera, se coloca y toma el volante, suspirando una vez más antes de arrancar el coche.
-Eh, no te cabrees...
Mira hacia abajo para después, con algo de esfuerzo, sonreír.
-Vale, vale...Voy a intentar salir de aquí.
Arranca de nuevo y avanzamos, ahora sin música, sin charlas ni confesiones, solo deseando salir de allí y ya pensando en la pedazo de bronca que Paul nos tiene preparada.

Pero, de repente, pasa lo más inesperado de la noche. Ni las fans multiplicándose, ni los movimientos bruscos, ni de dónde coño ha salido ésta vacía carretera. Esto es lo que nos marca de verdad.
Llevamos poco metros recorridos, cuando, desde detrás de unos árboles, se distingue la silueta de una persona.
 El movimiento de las ramas nos advierte tarde cuando corre hacia nosotros, y con una cámara en la mano y su larga melena negra siendo azotada por el viento se para en frente, a centímetros de ser arrollada.
En menos de cinco segundos estamos a punto de atropellarla.

-¡ZAYN! ¡JODER, NO!







-¡Eh! ¿Hola? ¿Sigues ahí?
La llamada se ha cortado.
La periodista habla por el móvil confusa, casi gritando al no recibir respuesta. Vuelve a buscar a la persona que ahora mismo dirige todos sus movimientos y al pulsar un botón en su pantalla táctil, la llamada vuelve a realizarse. Ahí está.
-¿Cómo vas? ¿Has hecho muchas fotos? ¿Sigues con ellos?- Casi con más ansia y la voz más elevada, en la otra línea se notan los nervios y el ansia por conseguir el objetivo que se ha propuesto.
-Han tomado una carretera bastante escondida. Me ha costado encontrarla un rato, pero están ahí.
La chica mira hacia delante y ve parada en mitad de la solitaria carretera  a la furgoneta con Zayn y Marina dentro.
-¿Ahora estás sola?
-Sí, pero he estado con muchísimas fans y mucha gente que ya estará difundiendo la noticia de que están juntos.
-¡Perfecto!
Sonríe al ver que ha cumplido su misión. Casi sin darse cuenta ya está pensando en lo que le van a pagar y casi calculando si tendrá suficiente para, a parte de comprar el billete de vuelta, hacer algo de turismo.
-¿Cómo vuelvo al hotel? ¿Puedes llamar a un taxi o darme el número para llamar...?
-¿Volver? Qué graciosa. -Se oye al otro lado de la línea. Esa persona se ríe con ganas, como si de verdad se tratase de un chiste.- Estás sola en una carretera escondida con ellos dos ahí, aprovecha la oportunidad que tienes...
-¡Pero ya tengo más de 100 fotos, lo juro, la cámara está llena! ¡Puedo crear miles de rumores con lo que tengo!
-¿Qué clase de periodista eres tú? ¡Arriésgate o no pienso pagarte absolutamente nada!
La chica aprieta el móvil en su oreja de la rabia. No puede creerse que, tras haberse metido en todo este lío, ahora es como si no hubiese hecho nada.
Un ruido la saca de sus pensamientos. El motor de la furgoneta.
-¿Qué es eso que se oye?- La irritante persona vuelve a apoderarse de la situación. Joder, no se le escapa ninguna.
-Han arrancado.
-¿¡Pero tú eres gilipollas o qué te pasa!? ¡Corre, corre tras ellos!
Las piernas le tiemblan antes de tambalearse y, finalmente, decidirse a correr entre los arbustos que la escondían, ahora sin preocuparle el ruido o que la vean, solo pendiente de tomar buenas y comprometedoras fotos.
-¡Corre tras ellos, corre, joder ni se te ocurra pararte!
-¡Estoy demasiado cerca!
-¡Eso es lo que quiero!
-¡¡Me van a atropellar!!
-¡¡No lo harán si te ven!! ¡¡Preocúpate de hacer fotos!!
Un traspiés hace que el móvil caiga a un puñado de arbustos, a punto de ser arrollado por las ruedas de la furgoneta que pasa a centímetros suyos.
Quizás tiene razón y, al verla, pararán y hasta puede que obtenga una foto estupenda del momento.
 Pillados huyendo juntos. Buen reportaje.

Con la cámara en mano y el corazón casi en la garganta, solo hacen falta dos pasos para estar delante de ellos. Las potentes luces de la furgoneta la deslumbran hasta tal punto que deja caer su cámara colgada al cuello para taparse los ojos, pero los abre en seguida cuando un grito se apodera de la oscuridad de la noche.

-¡ZAYN! ¡JODER, NO!


Con lágrimas haciendo borrosa su imagen, la chica aparta las manos de los ojos y pestañea antes de aclarar su vista y encontrarse con el destrozo que ha dejado ese gran golpe de la furgoneta en la cuneta.
Las lágrimas se precipitan a la vez que, cobarde y asustada, sale corriendo todo lo lejos que sus piernas nerviosas le permiten.







Un olor nauseabundo hace que mis ojos se abran y me muestren una visión borrosa de mis manos sobre las de Zayn intentando hacerse con el control del volante. En un estado total de confusión, aprieto mis manos con las suyas, intentando recibir alguna señal, algo que me diga dónde estoy, algo que me recuerde qué acaba de pasar.
Aunque lo recuerdo, pero no me lo creo.
De los pies de Zayn viene ese desagradable olor que me ha hecho despertar. He vomitado encima suya. Me siento asquerosa y además, estoy asustada, tengo frío, un fuerte dolor en la pierna y no tengo ni idea de cómo se me ha ocurrido hacer lo que acabo de hacer. Cómo coño he tenido la pésima idea de lanzarme sobre Zayn y  girar el volante para no atropellar a esa chica.
Solo hay una forma de averiguar dónde estoy: tener el valor de alzar la vista. Y eso hago, econtrándome en primer lugar con el techo de la furgoneta a centímetros de mi cara, y un puñado de cristales traspasando la tela del pantalón en mi pierna derecha. De ahí viene este constante dolor.
Entonces, un pensamiento fugaz hace que de la misma rápida manera vuelva a girarme y ahora es el rostro de Zayn con los ojos cerrados y la boca entreabierta lo que está muy cerca de mi.
Un inmenso miedo me ahoga, provocando un nudo en mi garganta y haciendo que de mi boca que sabe a vómito salgan fuertes bocanadas de aire nervioso.
-Zayn...
Susurro su nombre con el miedo de no recibir una respuesta. Con el terror acechando muy cerca.
-Zayn...
Varias lágrimas hacen que esta vez pronuncie su nombre con un hilo de voz aguda y temblorosa, incluso más temblorosa que mi pierna dolida por todos esos cristales.
Tengo que hacer algo. Tengo que sacarle de aquí y asegurarme de que está bien.
Con los ojos cerrados y apretando muy fuerte los párpados, llevo mis dedos hacia algunos de los cristales más gruesos y sobresalientes y tiro de ellos intentando no pensármelo dos veces.
Un grito que me sale desde lo más profundo se alarga continuamente mientras que ahora, con los ojos abiertos observando cómo la sangre fluye junto con el dolor, arranco de mi varios cristales más, hasta solo dejar ahí algunos más pequeños a los que mi mano ensangrentada no es capaz de enfrentarse.
Pero mi principal objetivo es ponernos a salvo. Poner a Zayn a salvo. Ahora que he sido capaz de arrancar cristales de mi propia piel, casi no temo a mirar por la ventana de él y observar qué hay, para ver si estamos a punto de caer o podemos salir sin problema. Suspiro sonoramente al ver que estamos lo suficientemente separados como para salir.
Me quito el cinturón, alzo mis manos hacia el cristal roto que se encuentra encima mía y poso allí mis manos, tocando la superficie negra de la puerta desde la parte exterior. Solo con poner la otra mano en el lado izquierdo e impulsarme hacia arriba, estaré fuera.
Algunos cristales se introducen levemente sobre mis brazos cuando empujo hacia arriba y entre gritos de dolor pero a la vez pensamientos de celebración, logro impulsarme y sacar medio cuerpo por la ventanilla, encontrándome con las ruedas de la furgoneta a mi altura. Ahora lo veo todo mejor: la furgoneta está tumbada completamente de lado, con la parte del conductor sobre el asfalto.
Salto hacia el suelo y mi cuerpo preso del pánico no es capaz ni de dejarme dos segundos de pie, así que caigo sin hacerme mucho daño tras la experiencia de los cristales.
Logro sostenerme sobre mis piernas inútiles en este momento y, aún sintiendo un horrible dolor en la pierna derecha, me dirijo a la parte de Zayn y doy gracias de que la ventanilla también esté rota, porque si no sería imposible sacarle de ahí. Introduzco mis brazos y le quito el cinturón, por lo que en menos de un instante cae sobre ellos. Ahora solo tengo que buscar las fuerzas que la turbación que me atrapa se ha llevado y tirar de él hasta sacarle de allí.
Uno, dos...tres.
Logro con un solo tirón tener más de medio cuerpo suyo fuera. Tiro fuerte de él otra vez y, aunque los cristales han hecho varias heridas en su vientre, ahora cojo a Zayn por la parte de los pectorales, con sus pies arrastrando en el suelo.
Una luz de esperanza brilla en mi.
 Lo he conseguido, estamos salvados.
-¡Zayn!- Ahora no tengo miedo de gritar su nombre-¡Zayn! ¡Joder, Zayn, estamos fuera, hemos salido!
Logro arrastrarle de la misma postura lejos de la furgoneta y lejos de todos esos cristales punzantes.
-¡Zayn, hemos salido! ¡Hemos salido!

Entonces, es suficiente un ápice de alarma para fijarme en sus rostro y que los pensamientos más pesimistas se apoderen de mi mente haciendo que se tiña de un negro incluso más intenso que el de la noche que se abre sobre nosotros.

Una vez sobre el suelo y teniendo la cabeza de Zayn sobre mis muslos, busco su pulso en el cuello y en la muñeca a la vez, tan inquieta que tardo bastante en encontrarlo, pero esa misma chispa de esperanza vuelve a brillar cuando, al fin, lo noto.
-Sé que estás vivo...
Una de mis lágrimas cae sobre su mejilla. Utilizo mis últimas fuerzas para elevar su cuerpo hacia mi para así poder abrazarle.
No puedo perderle.

-Por favor, despierta.






















5 comentarios:

  1. OH DIOS MIO, TE MATO
    BUENO, A VER EL PRINCIPIO, ME HA ENCANTADO, LA TWITTCAM, LOS SENTIMIENTOS QUE HAS EXPRESADO DE TAL MANERA QUE ME HACIAN SENTIR QUE LO ESTABA VIVIENDO, ABSOLUTAMENTE PRECIOSO, ME DAN MUCHISIMA PENA , TANTO LIAM, COMO DANI, POR LO QUE LAS MALAS FANS LES PROVOCAN, COMO EL RESTO DEL GRUPO QUE LLGICAMENTE TAMBIEN LO PASA MAL
    AHORA PASEMOS A LA PARTE EN LA QUE TE MATO PORQUE AY MADRE MIA , COMO SE TE OCURRE ? MADRE MIA MADRE MIA, ZAYN TIENE QUE ESTAR BIEN PORFAVOR, PUF AL PRINCIPIO ERA SUPER BONITO CUANDO HABLABAS DE LA AMISTAD Y YO ESTABA CON UNA SONRISA ENORME PERO DE REPENTE , AY DIOS MIO, LO DEL COCHE, CASI ME DA ALGO, TIENES QUE SUBIR PRONTO PORFAVOR TE LO PIDO
    EL CAPITULO A PESAR DE LO QUE PASA, ES PERFECTO, ESQUE HACES SENTIR COMO QUE LO VIVES JUNTO A ELLOS ,COMO SI FUESE UNA DE ELLOS Y ESO DEMUESTRA UNA VEZ MAS QUE ERES UNA GRANDISIMA ESCRITORA, ME ENCANTAAAA
    UN BESO MUUUY FUERTE
    HASTA EL PROXIMO CAPITULO
    @loulinizarry

    ResponderEliminar
  2. Por dios me as echo llorar :'''(
    Me a encantado el capitulo pero, pobre Zaynn!! Por favor no tardes mucho en subir del siguiente que estoy de los nervios con Zayn :(
    By: @mirita_15

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre tardo, sé que no tengo remedio... Lo siento :c Al menos te está gustando JAAJAJAJA gracias por leer <3

      Eliminar
  3. holis ...!!!!!!!!! soy nueva y quiero decirte que me encanta como escribes y que no veo la hora de que sigas .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aish siento mucho tardar tanto en subir, ya sabes, examenes y tal... Muchas gracias por leerme adsnjca si quieres que te avise de capítulos manda un tweet a @bornthiswayme

      Eliminar