domingo, 30 de marzo de 2014

CAPÍTULO 23.

Un espacio tan pequeño que abarca tantas cosas. Mi respiración profunda y constante deseando oír la suya cuanto antes. Manos temblorosas intentando arrancar de la piel cada trocito de cristal que ni siquiera concentra el dolor que mata a mi conciencia haciendo que la culpabilidad se haga notar más que todo lo demás. Más incluso que las nauseas, el mareo que amenaza con dejarme inconsciente en la furgoneta, el agobio, la desorientación y la sangre abundante manchando mi pantalón. Pero no más que el miedo. Ese desafiante miedo que me susurra lo cobarde que soy cada vez que mis dedos dudan dónde colocarse para arrancar un cristal más. Miedo que se colorea de negro cuando alzo la vista y veo casi imposible salir de aquí. Pero, sobre todo, un miedo profundo que me hace agarrar la mano de Zayn fuerte, como si así pudiese hacerle abrir los ojos.

Ese miedo que me consume, que se apodera de mi haciéndome cerrar los ojos lentamente, como queriendo que sufra antes de desaparecer....


Y entonces, me despierto. Sudores fríos chocan en mi frente dándome escalofríos a la vez que mi cuerpo se impulsa hacia delante, queriendo huir de la pesadilla, pero un montón de cables conectados en mis brazos me impiden avanzar.
En seguida llamo la atención de todos los presentes en la sala, incluyendo a Dani, que estaba a mi lado justo en el momento en el que he abierto los ojos. Se sienta junto a mi pronunciando mi nombre varias veces hasta que consigue detener la velocidad de mi respiración y recostarme de nuevo sobre la cama.
-¡Se ha despertado!- Oigo decir a Liam, dirigiéndose a la puerta de la habitación. Procedentes del pasillo llegan unos pasos acelerados que resultan ser de Harry y de Niall, ya que Louis se acaba de situar al otro lado de la cama, cogiéndome con delicadeza la mano libre.
Todos rodean la cama a la vez que aparece en sus rostros una sonrisa llena de angustia, de dolor. Observo que Dani se seca con rapidez algunas lágrimas, como si así pudiese evitar que salgan más.
-Hola.- Digo, decidiendo destrozar el silencio que se había formado mientras me observaban detenidamente.
-¿Hola?- Dice Harry, suspirando y sonriendo.-¿Te despiertas en un hospital tras un accidente y lo único que se te ocurre decir es "hola"?
Le devuelvo la sonrisa a la vez que se me ocurre decir otras cosas. Esta vez son preguntas.
-¿Dónde está Zayn? ¿Está bien?
Se lanzan miradas llenas de palabras entre todos, diciéndose mucho en menos de dos segundos, antes de que, por fin, Dani me conteste con la voz temblorosa. Suspira antes de mirar hacia el techo y apretar mi mano aún más, lo que parecía imposible.
-Las preguntas de uno en uno... por favor.

Ese "por favor" ha sonado a súplica. Y me asusta.


Una enfermera interrumpe mi relato de cómo saqué a Zayn de la furgoneta para traerme unas muletas y decirme que me han dando el alta. Al rato de estar con los chicos, mi mente ha recordado el dolor que se acumula en la pierna, y he entendido que fuese tan inmenso cuando me ha quitado todos los cables por donde me conectaban sangre y otras cosas que no deseo saber y me ha ido a vendar la pierna. No puedo creer que a eso se le pueda llamar "pierna", cuando solo es un trozo de carne con agujeros y rajas enrojecidas y con un fuerte color morado alrededor. La impresión no me ha dejado ni cerrar los ojos al observarla.
Cuando la chica termina de vendarme la pierna, me pide que me quite la ropa para curarme otras heridas que tengo por el cuerpo.
-Lo haré yo. Gracias.- Dice Niall, sin ni siquiera dejar responder a la enfermera al quitarle con prisa el alcohol y las gasas que traía. Sin insistir mucho, se va y cierra la puerta. Dani está llamando a mi familia, que lleva todo el día preocupada en busca de noticias, y los chicos están fuera frente a la puerta de Zayn.
Así que estamos solos.

Me intento sentar sobre la cama sin sentir mucho dolor, lo que es difícil. Cierro los ojos y me impulso hacia arriba, pero algo hace que en seguida pare para posar mi atención en Niall.
-Eh...- Le susurro, a la vez que poso una de mis manos sobre su barbilla, mientras con la otra limpio las lágrimas que se precipitan por esos ojos intensos que me dan seguridad hasta en este complicado momento.
Levanta su vista hacia mi y no puedo evitar estremecerme ante su expresión, porque parece mirarme como si fuese un milagro, como si en realidad no se creyese que sigo aquí.
-Estoy aquí.- Le digo, sin ni siquiera pensar en las palabras, solo queriendo que vea que no me ha pasado nada.
-Estás aquí.- Responde, abarcándome en un abrazo con cuidado, consciente de que me duele todo.
Hundo mi rostro sobre su pecho e intento reunir todas mis fuerzas para apretarle contra mi, aunque me queden pocas. Su corazón late tanto que parece que puedo sentirlo sobre mi mejilla, y el mío se rompe un poquito más con cada sollozo, con cada muestra de que me daba por perdida, de que por un momento ha sido débil. Sus manos acarician mi cintura con suavidad y su aliento choca en mi nuca a la vez que su aroma me atrapa y hace que me sienta en casa. Sí, en casa. En el paraíso. A salvo, con él.


Con cuidado, Niall me ha ayudado a desvestirme, limpiarme y curarme las numerosas heridas de las que no tenía ni idea de su existencia, y en una hora y media más o menos ya estaba de pie acostumbrándome a caminar con muletas. Ha sido muy delicado limpiando despacio cada herida, desde las más profundas hasta los más pequeños rasguños, mientras yo hacia muecas de dolor tan solo al verlas derramar sangre en abundancia, estremeciéndome ante el pensamiento de que mi cuerpo esté así.
 Supongo que hemos tardado tanto por que en un momento determinado entre herida y herida, se ha tumbado a mi lado y yo he aceptado apoyándome en él. Así, simplemente, sin ni siquiera hablar. Solo sintiéndonos, solo asegurándonos de que estamos juntos.
Al salir todos se han apresurado a venir desde el final del pasillo hacia mi para asegurarse de que no me caía, porque no tengo la suficiente fuerza en los brazos como para impulsarme y andar, por lo que al dar dos pasos ya he estado a punto de caerme. Pero bueno, supongo que es cuestión de práctica.
-Voy a llamar a tu familia otra vez para que hables con ellos.- Me dice Dani, desbloqueando con agilidad su móvil.
-¿En qué habitación está Zayn?- Contesto, ignorando su noticia. Llevo mucho tiempo esperando para verle, ahora mismo me da igual todo.
-Espera...
Liam, con su habitual fuerza, me levanta a la vez que yo dejo caer las muletas que se apresura a coger Louis. En sus brazos recorremos el largo pasillo donde al final se encuentra la habitación de Zayn y me deja sobre uno de los asientos que hay en frente de ella. Ante mi cara de duda, se apresura a decirme que aún no podemos entrar, y de que ahí dentro hay al menos cinco personas pendientes del estado de Zayn.
-¿Cuánto van a tardar?
-No lo sé.
Los chicos y Dani se sientan a ambos lados, ocupando los demás asientos situados enfrente de la puerta de Zayn. Una puerta de un color gris desagradable, aunque supongo que ahora mismo todo es así para mi, con el número 256 grabado en una pequeña chapa metálica situada en la parte superior de ella.
Un escalofrío me recorre entera al pensar que Zayn está ahí dentro, tumbado sobre una cama con los ojos aún cerrados, con cables de varios tamaños conectados en sus brazos, de la misma forma que estaba yo antes, pero mucho más grave al no estar despierto aún. Pequeños recuerdos antes de que perdiese la memoria saltan en mi cabeza, haciendo énfasis en la preocupación que me trae lo más negativo a la mente. A veces es como si aún pudiese sentir la sensación de alegría chocando con la de miedo, explotando al comprobar que Zayn estaba respirando y que tenía pulso. Después busqué mi móvil, dándome prisa en llamar a emergencias o a los chicos, y al final mis dedos se movieron independientes hacia la segunda opción, pudiendo realizar una llamada antes de que el móvil no mostrase ningún rastro de batería. Después vomité un par de veces más tras unos arbustos y lo último que recuerdo es caer junto a Zayn tras tambalearme con la sensación de estar en un sueño en vez de seguir en vida.
Zayn estaba respirando. Sobre la carretera, tras haber sido arrastrado por encima de numerosos cristales y con profundas heridas visibles en los brazos, pero respiraba. Sin expresión en la cara y con cada centímetro de su cuerpo paralizado, pero respiraba. Lo sé, no fueron imaginaciones mías. No fue el deseo de notarle algo, no fue un espejismo, su pulso era real. Zayn estaba vivo. Estaba.
-Marina, son tus padres, habla con ellos.
La voz de Dani suena como lejana, porque parece que estoy allí. Es como si volase por la escena, viéndola como si se tratase de una película, y me atrevo a retroceder.
Por un momento, la tranquilidad vuelve cuando Zayn y yo nos reímos tras haber huido de las fans. Fastidiados por estar perdidos, pero aliviados por estar al fin solos. Rumbo al concierto, a seguir con el tour, a hacer felices a miles y miles de fans, a demostrarnos que tiene la voz más increíble y bonita del planeta. Pero entonces aparece esa chica, y en un segundo mi cuerpo reacciona echándose sobre él, girando de forma brusca, evitando el haber estado a punto de llevarnos por delante a una total desconocida.
Lo peor no es que, por mucho que lo intente, no puedo recordar la cara de la chica. Lo peor es que con todo detalle, mi mente reproduce el momento del choque y la última vez que vi a Zayn con los ojos abiertos.
-Marina...
Lo peor es que tenía que haberme cortado las putas manos antes de decidir salvar la vida de una periodista de mierda antes que matar a Zayn.
-Está como en shock, no responde...- Oigo a Dani explicarle a mis padres, seguramente desesperados. Sé lo que están sintiendo, pero no soy capaz de articular palabra. Ni siquiera siento que estoy llorando hasta que Harry, sentado a mi lado, me pasa un pañuelo por el borde de los ojos y me susurra cosas agradables.
-Mejor llamo más tarde...sí, no te preocupes...
Aún observando cómo las lágrimas manchan mis vaqueros claros, le quito el móvil a Dani de las manos.
-Hola.
Ni siquiera el llanto desconsolado de mi padre al otro lado de la línea, los gritos constantes de mi hermano y la voz de mi madre hablando mil cosas a la vez me hacen reaccionar.
-Estoy bien, de verdad. Papá, por favor, para de llorar....Me han dado el alta, estoy bien... Sí, mamá. Calmaos ya. Estoy bien, en serio.... Hablaremos más tarde, estoy esperando noticias de Zayn...Más tarde... Adiós.
Le devuelvo el móvil a Dani a la vez que Louis se arrodilla delante mía y abre una chocolatina que ha comprado en una máquina expendedora.
-Supongo que tendrás hambre, y la comida de los hospitales no es que sea muy buena...-Dice, posando en mi mano inmóvil la chocolatina.
Me atrevo a levantar la vista, pero la dirijo hacia la puerta gris. Esa asquerosa puerta gris con el puto número 256 que no me deja verle.
-He matado a Zayn.- Susurro.
-¡No!
-¡Marina, no digas eso!
-¡Que no, joder, Marina!
En seguida todos vuelven a rodearme, haciendo que vuelva a ser el centro de atención, intentando convencerme de que no tengo la culpa de nada.
-No sabemos nada aún, pero está bien...
-Seguro que sí, y no fue tu culpa.
-Fue la periodista, y la vamos a encontrar...
No quiero seguir siendo el centro de atención. No puedo aceptar sus afirmaciones, porque no son ciertas, porque he matado a Zayn y debería suicidarme antes de matar a más gente.
-He matado a Zayn
-No, Marina.
-He matado a Zayn- Repito, insistente.
-Deja de decir eso porqu...
-¡¡He matado a Zayn, he dicho, y es así, he matado a Zayn!!
Mi cuerpo reacciona levantándose solo hacia la puerta y me dejo las manos aporreando en ese color gris horrible antes de que mi pierna proteste y me deje caer sobre el suelo. Aún así sigo, porque Zayn está ahí dentro y lo único que quiero es asegurarme de que no tengo razón. Lo único que quiero es abrazarle muy fuerte, volver a oír la risa con la que dijo adiós, oírle respirar, buscarle el pulso de nuevo y comprobar que no fue mi imaginación.
-¡¡Soy una puta asesina, y he matado a Zayn, soy una puta asesina!!
Los chicos y Dani se lanzan a por mi, intentando detenerme, gritándome que nada de lo que digo tiene sentido, que no es verdad. Pero yo me arrastro por el suelo, pegando con ganas a esa asquerosa puerta hasta que el movimiento del pomo blanco hace que me detenga. Y no solo yo, porque todos nos quedamos en silencio mientras que un hombre de avanzada edad sale de la habitación y vuelve a cerrar la puerta.
-Levantadme.- Ordeno, y en seguida siento las manos de Niall subiéndome hacia arriba con cuidado pero con fuerza. Observo al hombre, que aún no ha dicho nada, pero la expresión seria de su cara me hace temer lo peor, y a la vez la encuentro estúpida ante su sorpresa por mi estado.
-¿He matado a Zayn?- Me lanzo a preguntarle, con mis palabras llenas de esperanza por una respuesta negativa.
El hombre levanta una ceja mostrando extrañeza antes de contestar.
-Usted no ha matado a Zayn, si se refiere al joven que hay dentro de esta habitación.
-¿¡Y de quién voy a estar hablando, gilipollas!?- Grito, alterada ante la tranquilidad y sosiego que muestra, y me lanzo sobre él, agarrándome a su bata blanca, en busca de más respuestas.- ¿Está vivo? Contesta, me cago en la puta, ¿¡Está vivo!?
-Shh, Marina, tranquila, por favor, déjale hablar...- Los susurros tranquilizadores de Niall me calman, haciendo que así suelte la bata blanca del hombre y vuelva a sus brazos antes de caer al suelo.
-Está vivo.
El hombre se coloca despacio la bata tras haber dicho lo que yo más quería oír. Un nudo en la garganta me ahoga, pero a la vez una sonrisa aparece despacio, iluminada por esa afirmación. Me dejo caer del todo en los brazos de Niall, respirando en pequeñas bocanadas antes de que el doctor prosiga con su noticia.
-Pero está en coma.



Tras un rato más haciendo creer a todo el que pasaba por allí que estoy loca o simplemente mirando fijamente la puerta, las cinco personas que antes dijo Liam salen de allí y empiezan a hablar. Los chicos y Dani se levantan en seguida, cosa que a mi me gustaría poder hacer. Los doctores hablan del estado de Zayn, pero mi mente navega más allá, observando la puerta que esta vez se han dejado abierta. Sin quitar la vista de ahí, agarro las muletas y me apresuro hacia dentro, intentando evitar el contacto visual con los chicos o Dani, como si así no pudiesen pararme. Para mi sorpresa, Louis detiene a los demás, que ya iban a por mi, y le oigo susurrar "necesita estar con él" a la vez que cierra la puerta con cuidado. Me rodeo para dedicarle la sonrisa más sincera que he mostrado nunca.
Arrastro una silla con una de las muletas hasta dejarla junto a la cama y me dejo caer en ella con la vista hacia abajo. Despacio, le miro, y ahí está. Con los ojos aún cerrados.
Llevo mi mano a una de las suyas y la tomo con fuerza, como en la furgoneta. Pero ahora en vez de apretarla la acaricio, sintiendo su tacto despacio. Me tranquiliza ver a su pecho subir y bajar a la vez que vuelvo a buscar su pulso. Está vivo.
Pero está en coma.
Una de mis lágrimas cae despacio sobre la mano que le he cogido. Mientras se la limpio, observo su rostro relajado. Sus ojos de largas pestañas descansando, sus labios unidos de forma perfecta, el negro de su pelo reluciendo revuelto, despeinado, los tatuajes de su brazo contando miles de historias, su cuerpo quieto contando una pesadilla. Y entonces, me echo sobre su pecho, escuchando su corazón palpitando, y lloro ahí mientras le rodeo con ambos brazos.
-Por favor, despierta.



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¡Hola! Lo primero, lo siento si la novela se está poniendo demasiado triste... es lo que tiene el drama. Lo segundo, he recibido varios mensajes diciendo que tardo mucho en subir capítulo. Tenéis toda la razón del mundo y lo siento mucho, de ahora en adelante intentaré que no sea así. Y por último, hay varias personas que están confusas porque creen que ya he dicho si el chico al que acosa Frai es Zayn o Louis. No, aún no he dicho nada, y sigue oculto tras ese "él" que siempre escribo. Cuando elimine la encuesta del blog en la que podéis elegir quién os parece que es, significa que ya he soltado la bomba en algún capítulo.

Eso es todo. Muchísimas gracias por leer y ya, pues te quiero infinitamente si comentas qué te ha parecido aquí o en ask, tanto para bien como para mal. ¡Muchísimas gracias!

Montse. @bornthiswayme.
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