sábado, 29 de junio de 2013

CAPÍTULO 3

En cuestión de segundos, los guardias de seguridad despejan una salida que de inmediato las fans intentan taponar. Aunque no llegan a tiempo, algunas afortunadas consiguen fotos y algún que otro autógrafo antes de que nos metamos corriendo en la gran furgoneta. Todo esto siempre me viene grande, así que una vez dentro espero unos instantes antes de abrir los ojos. Sentado a mi lado está Zayn, al otro lado se encuentra Niall, Liam conduce con Harry de copiloto, y los demás están sentados enfrente nuestra. Mi hermano, aún con lágrimas en los ojos, mira a todos lados sin creerse dónde está.
-¿Te has mareado?- Me pregunta Niall, preocupado.
-No, ¿y tú?- Le pregunto, recordando que es claustrofóbico.
-No, tranquila.
En la furgoneta solo se oyen nuestras respiraciones aceleradas después de tanto correr, el constante movimiento del nervioso de mi hermano y una leve música que suena en la radio y que ni siquiera conozco. Tras suspirar muy fuerte, intento hacerme consciente de que vuelvo a los tiempos de Londres, pero aquí en España, aquellos días de invierno en los que íbamos todos juntos y Liam casi siempre conducía, pero ahora con la calor entre nosotros.
La canción que ahora suena en la radio me saca de mis pensamientos. Entonces, soy la primera en romper el hielo en el rato que llevamos callados.
-Liam, sube la música.
Él se da cuenta de la canción que es y con una hermosa sonrisa que veo por el espejo retrovisor, inunda la furgoneta con la alegre canción.
-Vamos con la nueva de los famosos chicos de One Direction, ¡"My Paradise"! Ser rumorea que Niall la escribió para su actual novia, Marina Gijón, que ha causado un gran revuelo en twitter...¡ahora hablaremos sobre su relación, y sobre la  película, "This is Us"!- Concluye el presentador de radio, dando paso a la canción completa.
Enseguida el cachondeo empieza a apoderarse de las sonrisas de todos los presentes, que cantan sus correspondientes partes mientras nos empujan y nos dicen cosas como "Ya, ya, "se rumorea", ¿verdad, Niall?". Pero a mi lo único que me trae a la cabeza es la historia completa en cuestión de segundos. Miro a Niall y me quedo observando cómo sonríe con los ojos entrecerrados mientras esquiva los empujones de Louis hacia mi, para que me abrace o algo parecido.
-Louis, no hace falta que me empujes- Dice y me abraza, apoyando mi cabeza en su pecho. Sonrío ampliamente como una tonta mientras la canción llega a su fin, con su solo concluyendo. Ahora el presentador dice rumores y cosas que la mayoría son inciertas sobre mi. Niall me besa la cabeza mientras Dani hace que todos miren con un sonoro "Ooooooh". Yo estoy paralizada, sin saber muy bien que hacer, porque llevo tanto tiempo esperando momentos así que no sé cómo reaccionar.
-¡Deja de abrazarla, que la vas a ahogar!- Grita Harry, haciendo que todos rían y Niall haga amago de soltarme, pero yo le rodeo con mis brazos y le aprieto aún más contra mi. Todos se quedan callados, mirando, porque nadie se cree que por fin esté pasando esto.
-Estoy muy orgulloso de ellos, joder, ¡miradlos!- Zayn nos admira, diciendo lo que todos piensan.
-Y pasando ya de la parejita feliz...-Dice Louis, aún descojonandose.
-¡Habló, el super-empalagoso cuando está con Eleanor!- Le dice Dani, con toda la razón del mundo. Louis le dedica una mirada para que se calle y sigue hablando.
-...¿a dónde vamos?
-¿A dónde vamos a ir? ¡Al hotel!- Contesta Harry.
-Pero, ¿y ellas? ¿Están en el mismo hotel?
Dani y yo nos empezamos a reír irónicamente.
-Nosotras estamos en un hotelucho barato, no es vuestro hotel de 5.000 estrellas.
-Exagerada...- Me dice Louis.
-Yo ni siquiera sé cuáles son los planes, así que no me preguntéis- Dice Zayn, que se acomoda para observar todo lo que pasa por la ventana.
-¡Han sido ellas, que han estropeado todos los planes!- Dice Niall, señalándome a Dani y a mi.
-¡Eso, eso, que se supone que íbamos a ir a Andalucía nosotros!- Liam le apoya mientras sigue pendiente de la carretera.
-¡Venimos sin dormir para daros una sorpresa y así nos lo agradecéis?- Dice Dani, dándose la vuelta para mirar por la ventana con los brazos cruzados.
-No hemos querido decir eso- Zayn se ríe, cachondeándose de nosotras.
-¿Acaso no estáis contentos de que hayamos venido?- Digo yo, separándome de Niall para que todos vean mi cara de supuesto enfado.
-¡No!- Dicen todos al unísono, incluido Niall, al que lanzo una mirada fulminante.
-Es lo único que he entendido de todo lo que habéis hablado- Dice de repente mi hermano en un español claro y puro que solo entendemos Dani y yo, que empezamos a reír con tanta fuerza que ella casi se cae al suelo del coche mientras los demás preguntan que qué ha dicho.
-Sea lo que sea lo que vayamos a hacer, vamos a decidirlo en el restaurante del hotel, ¡que hambre!
-Éste es mi Niall, sí señor, siempre pensando en comer.
En ese preciso momento en el que todos ríen de nuevo, me doy cuenta de que solo han hecho falta unos cuantos minutos para que volvamos a ser los mismos de siempre.
-¡Hemos llegado!- Harry interrumpe todo nuestro alboroto y salimos de la furgoneta con ganas de empezar estos maravillosos días. Los últimos en salir somos Niall, mi hermano (que no se despega de mi) y yo. Como el coche tiene bastante altura hasta el suelo, Niall me ayuda a bajar ofreciéndome su mano. Yo, con una sonrisa y dotes fingidos de princesa, cojo su mano y saludo como las reinas a un público inexistente. Él se ríe de mi y me coge de la cintura antes de que toque el suelo.
-En la comida, y en ti, ya lo sabes- Dice, dejándome finalmente en tierra.



El gran y majestuoso hotel no tiene nada que ver con el nuestro. Nada más que la entrada principal es más grande que todas las habitaciones juntas del otro. Presidido por una gran lámpara de araña con tonos dorados que se degradan hasta ser plateados, la sala consta de unas 16 puertas de madera por las que se pueden ver salones aún más grandes y la piscina. Mientras Dani, mi hermano y yo nos sorprendemos de tanto lujo, los chicos hablan con la recepcionista y unos minutos después cogemos uno de los ascensores que nos sube a las habitaciones.
Mientras todos siguen hablando y haciendo el loco, intento centrarme en mi hermano intentando  que la mirada de Niall no vuelva a absorberme. Está de los nervios y no para de pechizcarse en el mismo sitio del brazo para despertarse del supuesto sueño en el que está.
-Para, gilipollas, que te estás dejando el brazo rojo.- Me río cariñosamente de él.
-Marina, sabes que te quiero, ¿verdad?
-Sí, sí, anda.- Le pego un pequeño empujón y hago que salga al pasillo de nuestra planta. Parece que no puede ni siquiera andar. De repente, un brazo rodea su cuello y se lo lleva con él. Es Harry, intentando hacer amistades.
-Así que...¿te llamas Alfonso?
-Sí...- Contesta mi hermano, haciendo uso de lo poco que sabe de inglés.
-Encantado de conocerte- Le ayuda Harry, hablando en español. Mi hermano le sonríe tímidamente y yo me alejo dejando que se entiendan como puedan.
Nos paramos frente a 5 puertas que van abriendo y dónde dejan las maletas para tirarse cansados en la cama. Liam le da la mano a Dani y le hace pasar a ella, Harry y mi hermano están totalmente concentrados en intentar hablar y no se dan cuenta de que entran en la habitación de Harry, y a  mi Niall me hace una señal para que entre en la suya, y cierro la puerta mientras le miro.
-No me gusta esta habitación- Reflexiona en voz alta.
-¿Por qué?
-No hay un balcón en el que podamos dormir juntos.
Como respuesta, me vuelvo a lanzar a sus brazos con fuerza y él, riéndose, me recibe con firmeza.
-No puedo creer que estés aquí, no quiero que estos días se acaben nunca.
Su hermosa sonrisa se desvanece de repente.
-Pero la gira continúa.
La mía se convierte en una seria mueca. No lo había pensado. Bueno, mejor dicho, no quería pensar en ello, y no estoy dispuesta a que lo malo de que se acabe mi película me la estropee.
Así que, para que él también lo olvide, le beso. Y lo consigo, porque noto como una hermosa sonrisa se curva sobre mis labios.

Alguien llama a la puerta. Es Zayn, que nos informa de la hora para que bajemos todos a comer. Niall va el primero, por supuesto, y yo espero a que venga mi hermano.
-¿Qué tal?
-Harry es genial, Marina, es...¡como un amigo más!. Me ha costado un poco hablar porque lo veo todo tan increíble... Joder, no asumo nada de esto... Hemos estado hablando por señas,no me he podido reír más...
-Por algo es mi mejor amigo...
Mientras, oigo cómo Harry habla con Lou:
-Ese niño es genial, en serio, es igual que su hermana. Te va a caer muy bien.
-Ahora en la comida hay que quitarle toda la verguenza- Louis se ríe, maquinando algo.
-¿Qué propones?
-Empezar a hablar todo lo que sepamos de español. ¡Eh, Liam, escúchame...!- El loco de Lou se va a contarles su plan a todos y yo ya me estoy riendo de imaginármelo.

Como sospechaba, el restaurante es uno de esos refinados dónde un trocito de carne que está malísimo cuesta más que todo lo que te puedas comprar en tu vida, así que me dejo casi toda la comida y me inflo de pan y Coca Cola hasta que llegan los postres. A un lado tengo a Niall, engullendo cada trocito de comida que hay delante de él, incluidos los platos que yo me he dejado.
-No entiendo cómo coño no engordas...
-¡Eh, esa boca!- Me dice, con la suya llenísima de comida- Que estamos en un restaurante con clase...
-Sí, veo que tu sabes cómo comportarte...
Al otro lado tengo a Liam, que intenta poner orden en la mesa inútilmente, ya que él termina riéndose incluso más que los demás. Nosotros, vayamos a dónde vayamos, montamos un escándalo. A su lado está Dani, que le hace ascos a la comida al igual que yo, y me da sus platos para que acaben en el estómago de Niall. Al otro lado está mi hermano, que no para de atragantarse con la comida gracias a Louis, que está llevando su plan para que sea uno más del grupo junto a Harry a cabo.
-¡Zanahoria, cuchara, sacapuntas, hola, adiós, ole, gitana, paella, siesta, carretera, mesa...!- Dicen Louis y Harry aleatoriamente.
Entonces, Zayn hace una pregunta que consigue centrarnos.
-¿Cuáles son los planes de hoy?
-Tenemos reunión a las 16:30.- Dice Niall.
-Joder, me pierdo la siesta- Dice Harry, y mi hermano, que logra entenderle, se ríe aún más con el rostro totalmente rojo.
-Después hay ensayo.- Continúa Louis- Vosotros tres podéis venir.
-¿Qué ha dicho?- Pregunta mi hermano.
-Que podemos verlos en los ensayos.
-¡Bien!- Alfonso se levanta del asiento muy emocionado, pero se sienta enseguida al notar todas las miradas sobre él.
Riéndonos, seguimos planeando lo que vamos a hacer.
-Mañana es el concierto, así que, ¿que os parece fiesta esta noche?- Propone Harry.
-¿Vais a tener fuerzas para fiestas después del viaje y los ensayos?- Dice Dani.
-Bueno, eso sobre la marcha. El caso es que hoy el plan es reunión, ensayo y lo que surja, ¿no?
-Exacto- Contesta Liam- ¿Y mañana?
-¡Mañana nos vamos a Andalucía!- Grita Niall, ahora atacando su postre.
-Venga ya, ¿en serio? Pero tenéis que estar al día siguiente aquí para el concierto.
-Nos da tiempo a todo, tranquila, ¡somos jóvenes!
Forever Young!- Dice Louis. Mi hermano comienza a cantar la canción y todos les seguimos, haciendo que  las personas presumidas y pijas que están aquí nos miren con alguna que otra sonrisilla.
-A ver, vamos a aclararlo ya todo, entonces, ¿mañana nos vamos a Andalucía?
-Pero tenéis que venir a mi ciudad- Digo yo, planeando todos los sitios de Málaga que voy a enseñarles.
-¡Y al pueblo!- Contesta Dani, por eso de que aunque soy de Málaga he estado 11 años viviendo en un pueblo de Jaén, de dónde es ella.
-Vale, dejamos eso en vuestras manos. Al día siguiente, nos vamos a Madrid.
-Nosotras tenemos que recoger a Elena y a Cristina en el aeropuerto.
-Nosotros tendremos otro ensayo, seguro...
-Pues ese día lo pasamos por Madrid.
-¿Y no vamos a visitar Barcelona?
-Marina, no hay tiempo con el ensayo.
-Joder, bueno...
Al final acabamos hablando a la vez con la voz de Louis por encima de todos nosotros diciendo palabras sueltas en español.
-¡A ver, escuchadme, joder!- Me levanto y sin importarme los que me miran, empiezo a enumerarlo todo.- Hoy hay reunión, que para nosotras será siesta -miro a Harry, que me saca la lengua con envidia- y ensayo, por la noche no se sabe. Mañana vamos a Andalucía, y pasó mañana vamos a Madrid, recogemos a mi prima y a Cristina y otra vez ensayo.
-Sobra tiempo para ir de fiesta- Añade Louis.
-Vale, lo apunto... ¿Y después?
-¡Anda, cállate ya y siéntate!- Me dice Niall, tirándome hacia abajo.
-Antes de que nos pongamos a gritar de nuevo...Vamos a las habitaciones, que dentro de nada es la reunión.
Nos levantamos todos y hasta podemos oír los suspiros de la gente aliviada de que nos vamos.




La puerta de la habitación se abre haciendo que yo y mi hermano nos despertemos de golpe de nuestra esperada siesta. Dani solo mueve un poco el brazo, pero sigue concentrada en recuperar todas las horas de sueño. Al levantar la cabeza veo a Louis, que anda muy lentamente hacia ella.
-¿Qué vas a hacer?
-Shh...- Me manda a callar y saca su móvil del bolsillo, poniendo una canción cualquiera en aleatorio y poniéndolo en su oído. Suena con mucha potencia "Troublemaker" de Olly Murs y Dani se levanta asustada.
-Puto Louis, ¡vete a la mierda!- Cabreada, le lanza un cojín que él no logra esquivar antes de salir de la habitación. Desde el pasillo, sigue hablándonos:
-¿Qué hacéis en mi habitación?
-Es la única que estaba abierta.
-Ah, sí, se me ha olvidado cerrarla antes.
-Cómo para fiarse de dejarte algo importante...
-Ya, ya lo sé, bueno, a lo que iba, hemos terminado la reunión, los chicos están abajo esperándonos.
-¿Ya vamos al ensayo?
-Sí, anda, peinaros esos pelos de locas.
-¡Da la cara, valiente!- Dice Dani, que ya tiene un cojín preparado para el ataque, pero se oyen los pies de Louis huyendo escaleras abajo y los tres decidimos colocarnos bien la ropa, peinarnos e intentar eliminar nuestra cara de sueño.
En la calle hace una temperatura ideal, lástima que no podamos disfrutarla porque en dos segundos ya estamos de nuevo en la furgoneta. Esta vez conduce Harry, Zayn de copiloto, Louis a mi lado, mi hermano al otro y todos los demás en frente mía.
-¿Qué tal la reunión?- Pregunta Dani.
-Un poco... diferente- Responde Liam.
-¿Y eso?- Pregunto yo, interesada.
-Tenemos una novedad en los conciertos.
-¿Cuál es?
-Vamos a tener bailarinas.- Responde Niall, en tono divertido.
-¿Bailarinas?- Mi cara, claramente, muestra sorpresa.
-Sí.
-¿Para todas las canciones?
-Para la mayoría, las más conocidas: "LWWY" "Kiss You" "WMYB" "One Thing"...
-Ah...
Me quedo algo pensativa y Louis, que en seguida lo nota, me da un golpecito suave en el brazo.
-Eh, ¿qué te pasa?
-Nada.
-¿No te gusta la idea?
-¡No he dicho nada!
-Seguro que ellas no son ni la mitad de guapas que vosotras- Dice Harry, aún pendiente de la carretera y adivinando mis celosos pensamientos.
Miro al suelo mientras me río. Entonces mi hermano me pide que le traduzca lo que decimos y Dani esboza una sonrisa.
-Tengo que aprender español, aunque sea para que nos entienda- Dice Liam.

Al rato estamos en una de las puertas secundarias del Palau Sant Jordi, ya que la principal lleva llena de fans desde hace varias semanas. Una vez dentro, nos perdemos un poco entre tantas salas y pasillos, pero finalmente encontramos a uno de los guardaespaldas y nos guía al escenario dónde dentro de varias horas van a actuar ellos.
-¡Esto es enorme!
-¡Qué grande!
-¡Joder!- Dani, mi hermano y yo nos mostramos sorprendidos, recorriendo casi cada centímetro del gran escenario, admirando las pantallas que hay detrás de él, y gritando letras de canciones hasta dónde puedan llegar en este gran sitio.
-¡Dejad de hacer el tonto y venid!- Dice Harry, y los tres hacemos caso. Conforme vamos llegando nos damos cuenta de que quieren presentarnos a alguien muy especial.
-¡Lux!- Exclamamos los tres a la vez, y la preciosa y pequeña niña sonríe a estos tres extraños que gritan su nombre.
-Os presentamos a la pequeña Lux y a su preciosa madre, Lou. Lou, esta son Marina, Danielle y el hermano de Marina, Alfonso- Dice Harry, tan educado y galán como siempre.
-Creo que, de una forma u otra, ya nos conocemos todos- Lou sonríe y se acerca a darnos dos besos que nosotras recibimos con risas y alegría. ¡Es Lou Teasdale, la maquilladora de los chicos! Y su hija Lux, la preciosa niña de 1 año que siempre aparece con nuestros chicos en las fotos, tan adorable como siempre. Me agacho para saludarla y ella me recibe con una sonrisa muy tímida.
-Venid aquí, que hay otra persona que quiere conoceros- Niall corre a una de las puertas del escenario a por esa persona que creo que ya sé quién es...
Y efectivamente, tenía razón. Es Josh, el batería de la banda, al que todas las Directioners le tenemos un cariño especial.
-¡Josh!- Los tres saltamos a sus brazos.
-¡Wow, wow, wow! ¡Qué recibimiento!
Por detrás vienen Dan, el guitarrista, Sandy, el bajista, y Jon el pianista. A todos los recibimos cariñosamente, pero sobre todo nos abarca la emoción de estar formando parte de un concierto de One Direction. En este momento, el sentimiento Directioner nos ataca.
-Liam, Niall, habéis elegido bien- Dice Sandy, cogiendo a cada uno con sus brazos y apoyándose en ellos mientras nos mira de arriba a abajo.
-Eh, a ver dónde miras- Niall hace que desvíe la mirada y yo me río más tímidamente que la pequeña Lux.
-A ver, chicos- uno de los guardaespaldas llega de repente- Colocaos en medio del escenario, que vamos a ensayar. Vosotros- nos señala a Dani, mi hermano y a mi- podéis sentaros en la grada.
Antes de que podamos salir, unas 20 chicas vestidas de chandal aparecen aquí, algunas calentando muy profesionalmente, otras mirando emocionadas a los chicos, sin creerse que vayan a bailar para ellos. Intentamos salir de alli siguiendo al guardaespaldas, pero entre tanta gente acumulada en un mismo sitio le perdemos y nos damos la vuelta para salir de allí. Al hacerlo, me topo con una de las bailarinas, que desafortunadamente lleva una botella de agua que acaba entera encima de la camiseta de Dani.
-¡Lo siento!- Dice ella, con la botella vacía en la mano y la boca abierta. Sin saber muy bien que hacer, coge la toalla que tiene colgada en el hombro e intenta secarle, pero sus gafas caen al suelo y se pone más nerviosa aún.
-No pasa nada, de verdad- Dice Dani, que le sujeta las manos para que pare y con una sonrisa se aleja. Yo busco al tipo de antes con la mirada y al encontrarlo nos guía por unos pasillos hasta que terminamos en la grada que está más cerca del escenario.
-¿Alguien puede traer una fregona, por favor?- Oigo decir a la bailarina castaña con algunas mechas rubias y gafas... en buen estado de milagro.
 Más gente de la que no tengo ni idea aparece y mientras se hacen pruebas de sonido, una mujer ensaya varios pasos de baile con las chicas.
A esto es a lo que me refería: elegantes, elásticas, flexibles, ágiles...hermosas bailarinas alrededor de mis chicos, alrededor de mi Niall, todas deseando tenerlos sean fans o no, ya sea por la fama o el dinero. Por eso mi reacción al oír la novedad no ha sido muy buena que digamos.
-¡Muy bien, empezamos!- Grita una voz que no sé de dónde viene, y el ensayo empieza con nosotros como invitados VIP, pero siendo tres Directioners más ante todo.







domingo, 23 de junio de 2013

CAPÍTULO 2.

Dani paga al taxista y yo me apresuro a salir del coche cuanto antes con mi hermano, como si dentro hubiese fuego. Ella, más tranquila, se despide del taxista y nos alcanza al rato. Estamos parados frente a las puertas del aeropuerto, que no pueden estar cerradas más de medio minuto gracias a toda la gente que entra y sale.
-¿Qué pasa? ¿Después de tanta prisa os vais a quedar ahí?- Dice ella al llegar a nuestra altura, pero yo cojo los brazos de ambos y corro arrastrándolos conmigo detrás de una furgoneta.
-¡Tía! ¿Qué haces?
-Mira, mira...
Nos asomamos y descubrimos que aunque aún es de noche y falta mucho para que los chicos lleguen, ya hay unas 40 fans en la puerta, casi todas débiles por el cansancio, pero incapaces de dormir.
-Mierda, ¿y ahora dónde vamos?
-O pasamos dentro del aeropuerto corriendo para que no nos reconozcan, o nos quedamos por los alrededores hasta que aparezcan los chicos.
-¿Habéis olvidado que tenemos aquí las maletas?- Nos recuerda mi hermano, señalando las 3 maletas, una de cada uno.
-Mierda- Susurro.
-Deberíamos haber parado antes en el hotel.- Reflexiona Dani en voz alta.
-¡Sí claro! Esto se hubiese llenado aún más de fans.
-¡Joder, calmaos!- Espeta mi hermano, al ver que no paramos de discutir.- Mirad, lo mejor es que yo, ya que no me conocen, vaya y haga cola y vosotras vayáis rápido al hotel, dejéis las maletas y volváis.
-¡No te vas a quedar aquí solo!- Digo, solo de imaginarme la idea de abandonar a mi hermano pequeño en la puerta de un aeropuerto.
-¡Marina, joder, que voy a estar con todas las fans!
-Alfonso tiene razón, tía, vamos- Dani me coge del brazo como yo había hecho anteriormente antes de que pueda decir nada más. Tras ver cómo mi hermano se acopla en un grupo de 4 o 5 Directioners rodeadas de posters y objetos de ellos, me monto en el taxi que ha pedido Dani.
El hotel que hemos escogido es de esos baratuchos que solo sirven para dormir, y como mucho desayunar. La habitación es pequeña, con dos camas a los lados y una mesa cuadrada en medio. Una puerta da lugar al diminuto baño con una ducha esquinada y un espejo de cuerpo entero. Me detengo ante él por un momento y no puedo evitar esbozar media sonrisa al ver mi aspecto: ojeras, símbolo de mi insomio, cabello alborotado de correr de un lado a otro, y ropa descolocada. Me subo los shorts rosas y aliso las arrugas de mi camiseta de tirantes blanca en la que puedes leer la palabra "dreams".  En cuanto hablamos con la recepcionista y dejamos las maletas, pedimos otro taxi para volver al aeropuerto.
-Voy a tener que hacer muchas sesiones de fotos para recuperar el dinero de los taxis...
Mientras me río, saco mi cámara de fotos y le hago una mientras mira a la carretera a la espera de un taxi. Cuando salta el flash, me mira sonriendo maliciosamente.
-¡Así te vas entrenando!
Con la cámara en mano, entramos en otro taxi. El tercero de la mañana, ¡joder!
-Estoy muy nerviosa, tía. Me duele la barriga...- Le digo a Dani.
-Eso te pasa por no desayunar.
-A estas horas no tengo hambre.
Mi móvil nos interrumpe. Es mi hermano, así que lo cojo inmediatamente.
- ¿Qué pasa?
-Marina, venid ya, ¡pero ya! Se está liando una... y bien grande. Dicen que ya han llegado y están dentro. Los guardias no dejan pasar a nadie.
-¡Joder! Espera, que ya llegamos, no me cuelgues.
Dani es la que paga de nuevo y yo le lanzo una mirada que dice que se lo devolveré. Salgo del coche y compruebo que mi hermano tenía razón: todas las fans enloquecen ante la posibilidad de que los rumores sean ciertos.
-Alfonso, sal de ahí y ve a tu izquierda, a la parada de autobuses.
-Vale.
Al rato veo que mi hermano camina, alejándose de toda la muchedumbre. Cuelgo y corremos hacia él, que cuando nos ve se para y respira tranquilo.
-¿Han visto a alguno de ellos?
-No, pero hay 6 guardias en la puerta, eso significa algo.
-Claramente.- Asiento, y tras quedar callada un rato, sigo hablando- Alfonso, esconde todas tus cosas de 1D, tenemos que hacernos pasar por pasajeros normales.
Mi hermano obedece y arruga sus banderas de Irlanda y Reino Unido  hasta hacerlas dos bolas en mi bolso, se pone su chaqueta y se la abrocha para no mostrar la gran foto estampada en su camiseta, se borra de los brazos los nombres de los chicos con mucha saliva, lo que me da asco y a la vez risa.
-¿Cuándo te has escrito eso?
-Han sido ellas. De alguna manera, tenía que hablar y mantener mi sitio en la fila.
Me río aún más y una vez los tres listos, nos aventuramos hacia la puerta. Uno de los guardias se pone ante nosotras.
-Lo siento, pero ahora mismo no se puede pasar. Deben esperar varios minutos, cuando despejemos la entrada.
-Tenemos un vuelo dentro de 10 minutos, llegamos muy tarde. Por favor, déjenos pasar- Digo, intentando sonar lo más convincente posible.
-Solo tiene que esperar varios minutos...
-¡Por favor, vamos a perder nuestro vuelo!
-¿No le da verguenza?- Dani decide atacar psicológicamente- Nuestro avión sale dentro de nada, y lo vamos a perder por culpa suya.
-Marina, ¿no vamos a ver a los abuelos otro año más?- Alfonso se saca una historia tierna de la manga e intenta ablandecerle.
Entre las palabras de Dani y los casis lloriqueos de Alfonso, compruebo que las chicas tenían razón: ya han llegado. No he visto a ninguno de ellos, pero sí a Paul hablando con varios guardias, seguramente para reforzar la seguridad de todas las entradas y salidas que puedan haber. Eso me da fuerzas para unirme aún con más énfasis a la pelea con el gran guardia, al que ya hemos perdido todo el miedo.
-Vale, por favor, tranquilizaos. Solo podéis pasar si un guardia os acompaña.
Dani está apunto de quejarse de eso también, pero le pego un pellisco y me adelanto al hablar.
-De acuerdo, pero rápido, por favor.
Con una señal, otro de los guardias llega. Le comunica lo que está pasando y tras asentir, nos pide que le acompañemos. Los tres andamos detrás de otro de los grandes tíos y entramos sintiéndonos poderosos.
-Ya puedes irte- Me lanzo a decir, ya que no le temo a ninguno de estos grandes hombres.
-No hasta que os pongáis en la fila para pasar las maletas...
-Vale- Contesto ,con mucho pasotismo y sin dejarle terminar. Con la mirada busco a Paul y afortunadamente, aún sigue hablando con el guardia. Le señalo para que Dani le vea y se le ilumina el rostro.
-¡Nuestra salvación!
-¿Ese es Paul Higgings?- Mi hermano abre la boca sin creerse a quién está viendo.
-Señoritas, ponéos en la cola o volveréis a la calle...
-¡Paul! ¡Paul!- Grito, andando a paso rápido hacia él, pero el guardia me coge del brazo y me deja paralizada. Enseguida llegan otros dos para coger a Alfonso y a Dani.
-¡Paul, Paul! ¡Aquí, Paul! ¡Somos Marina y Danielle!
Paul mira confuso hacia todos lados, hasta que por fin nos ve. Se acerca un poco hasta que su vista alcanza a vernos, y entonces aligera el paso hacia nosotras. Los guardias, confusos, nos sueltan.
-Podéis iros, ellas se quedan conmigo.
Los tres grandotes nos miran y nosotros sonreímos victoriosos.
-¡Marina, Dani! ¿Cómo estáis? ¿Qué tal los estudios?
-Van bien, Paul, pero los hemos dejado un poco a parte para venir a ver a los chicos.- Dice Dani.
-Muy bien preciosas. Estamos planeando cómo sacarlos de aquí, están aún en el avión.
El corazón casi se me sale por la boca al oír eso, como si no fuese lógico, ya que si Paul está aquí, ellos también.
-Este es mi hermano, Alfonso.
-¿DirectionerBoy?
-Sí- Contesta muy escueto mi hermano, paralizado ante la idea de estar hablando con Paul.
-Dadme unos minutos y vengo, ¿vale? Encantado, Alfonso.
Vuelve a alejarse dejándonos en medio de la enorme sala, llena de ruidos, estrés y guardias, cada vez más. Cierro los ojos y me sumerjo en la oscuridad que me transmiten para intentar tranquilizarme, pero no lo consigo. Todas las palabras tranquilizadoras que se supone que debo decirme se convierten en bombas nerviosas que golpean muy fuerte mi interior. Tengo la garganta seca, el corazón acelerado y las manos sudorosas...
Un empujón de mi hermano hace que el mareo de no haber desayunado nada y el nudo de nervios en el estómago casi me tire al suelo. Abro  mis ojos de golpe y  contemplo, como si fuesen ángeles bajando del cielo, 5 sonrientes chicos que saludan a los cristales, dónde las fans enloquecen y suben el volumen de sus gritos... Mi hermano actúa igual que ellas, y aunque debería callarlo, le dejo. Porque sí: Dani y yo también estamos gritando. Directioners, de aquí al infinito, les conozcamos o no, seamos sus amigas, novias o lo que sea: Directioners ante todo. Siempre.
Entonces se giran y sus caras muestran sorpresa, sonrisas y también gritan. ¡Gritan, igual de locos que nosotras, joder, como unas putas cabras! También saltan, y se miran los unos a los otros. Está claro que no nos esperaban...
 Nuestras voces suenan más altas que los aviones que ahora salen hacia a saber qué lugar.

Ahí está. Mirándome, a tan solo unos cuantos metros. Siento cosas extrañas en el estómago, y un fuerte dolor de oídos. La cabeza me da vueltas, y cosas como "es un espejismo, no es real" se pasan por ella. Tal y como cuando vi a Harry y a Zayn en la cafetería. Y ahora, él. Aquí, tras tanta espera.
Un deja vu se pasa por mi cabeza, recordándome cuando tiré mi bolso por los aires y corrí a toda velocidad hacia él. Y mientras esa pequeña película se reproduce, mis piernas empiezan a correr, poco a poco, hasta que no pueden más. Igual que en nuestro primer beso, y el último hasta el día de hoy. Los metros de repente se convierten en océanos, como si en cuestión de segundos se hubiese ido de gira otra vez. Tras un pequeño rato parado, sonriendo, como si aún no se creyese que estamos aquí, él se pone a correr también. Y como si una especie de teletransporte hubiese hecho que este largo tiempo no fuese nada, se acaba. Por fin.
Me lanzo hacia él frenéticamente y sus fuertes brazos me agarran con firmeza. Aspiro con fuerza su dulce olor y hundo mi rostro en su cuello, por fin sintiéndole cerca. Mis piernas vuelan con el impulso y acaban agarrándose a su cintura. Él casi se cae, pero tras una risa de voz grave, toma equilibrio y se aferra tan fuerte a mi que puedo sentir sus manos cogiendo a puños mi camiseta por la espalda. Me aparto y me fijo en sus ojos, sus putos ojos, tan maravillosos, extraordinarios, tan suyos... Nariz con nariz, respiraciones aceleradas y mucho tiempo esperando para estar así de cerca.

-Cómeme.- Me pide.

Yo le hago caso mordiéndole el labio inferior. Este gesto se convierte en una especie de interruptor hacia lo que es el mejor beso de mi vida.
Bajo de su cintura y dejo que él me muerda a mi también. Con sus manos aún en mi espalda, me atrapa de nuevo y me besa con fuerza, con ganas, queriendo desgastar ahí todos los kilómetros que ha dejado atrás. Suaves y a la vez de fuego, sus labios queman los míos, que arden con fuerza, que dejan salir suspiros y se mueven con los suyos. Sus dientes, su lengua, sus manos produciéndome escalofríos, su cuerpo pegado al mío, la gran huella que ha dejado ese "Cómeme" en mi mente, esos pequeños susurros que no logro entender, pero que me piden más...

Nos separamos a la vez y respiramos profundamente. Una de sus manos coge la mía con fuerza, transmitiéndome su temblor. Sin embargo, está firme. Su sonrisa es cada vez más amplia, sus ojos me recorren de arriba a abajo y me intimida que su mirada, tan bella, me observe con tantas ganas.
-No has crecido nada, chiquitaja.- Dice mientras anda, llevándome con los demás.


Camino de su mano con una sonrisa enorme hacia todos. Dani ya está besándose con Liam mientras sonríen y se dicen cosas que solo ellos entienden. Los demás les vitorean y hacen lo mismo cuando llegamos Niall y yo.
-No perdéis tiempo, ¿verdad?- Grita Harry, que se acerca a mi andando pausadamente, lento y sin prisas.
-¡Cállate!- Le digo mientras me lanzo hacia él con todas mis fuerzas. Él empieza a darme vueltas mientras yo grito a todo pulmón.
-Lo que te he echado de menos...No es normal.- Me susurra. Yo me separo y le miro, porque no quiero perder ningún detalle de este gran día. Su rostro sigue tal y como lo recordaba: ojos verdes que te miran por dentro, sonrisa de dientes totalmente rectos y perfectos, hoyuelos marcados que le hacen aún más adorable y no pueden faltar los abundantes rizos en su cabeza.
-Yo he echado de menos a tus rizos- Le digo, manoseándole el pelo mientras él hace lo mismo, como siempre que nos veíamos. Es nuestro saludo.
-¿Solo a mis rizos? ¿Después de 5 meses sin verme solo has echado de menos a mi pelo?- Intenta sonar ofendido, pero su sonrisa le delata.
Harry. Mi Harry. Por fin puedo apoyar mi cabeza en sus pectorales, ahora llenos de tatuajes. Con todo lo que hemos pasado, joder, siendo mejores amigos como si de toda la vida se tratase. Por un segundo mi cabeza recuerda nuestro beso, nuestro error,mejor dicho. Pero aún con más ganas viene el recuerdo de él y de Louis dándome la carta y la canción, aquellas dos cosas que me impulsaron a dar el paso.
Y hablando de Louis...
Le sorprendo por detrás, montándome en su espalda, y él con una gran carcajada me lleva entre los pasajeros, sin importarle los empujones o las quejas.
-¡Marina, joder, 5 meses! Parece mentira, ¿verdad?
Al fin nos abrazamos y cómo no, me pide que bailemos de forma rara y exagerada, como siempre hacíamos en las fiestas y en la discoteca. Digamos que ese es mi saludo con Lou.
Una mano que toca mi espalda hace que me gire con los nervios aún a flor de piel. Los enromes ojos oscuros de Zayn me saludan pestañeando tan vivos como siempre.
-¡Zayn!- Grito, volviendo a curvar mis brazos sobre su cuerpo. Él no me coge, no me lleva, simplemente me sostiene sobre el aire y se ríe.
-Qué enana, dios mío, si es que podría cogerte con el dedo pequeño del pie.
-¡Yo también te he echado de menos, eh!
Cuando mis pies tocan el suelo, busco a Liam para recibirle con otro gran abrazo, pero sigue con Dani, aún hablándole. Aunque claro, 5 meses en palabras es mucho que decir.
-¡Me ha dado tiempo a saludar a todos y tu aún sigues ahí! Le grito a Dani, apartándola de Liam para abrazarle yo. Él no la vuelve a buscar, sino que disfruta de verme de nuevo, pero en cuanto me alejo siguen recuperando cada minuto.
-Marina...
-¡Alfonso, me había olvidado de ti!
Mi hermano pone los ojos en blanco, queriendo contestar con sarcasmo, pero acto seguido se aferra a mi brazo.
-¿Qué te pasa?
-¡¿Qué me pasa?! ¡¿En serio me preguntas eso?! Los tengo delante, mi hermana se acaba de dar el beso del siglo con Niall, la mejor amiga de mi hermana no se despega de Liam, cada uno de ellos han pasado por tus brazos y te han dicho que te echan de menos, joder, y que están aquí...
Me río apunto de decir algo, pero me doy cuenta de que necesita desahogarse y le dejo continuar:
-Joder Marina, no sé que hacer. Es que quiero lanzarme a ellos, pero no puedo moverme, es que solo tengo ganas de llorar, que les tengo delante, que son ellos, joder, que existen, que no están en una pantalla, que estoy oyendo sus voces directamente en mis oídos, Marina, no me lo creo, joder, joder, joder, Marina, por favor...
El abrazo más grande se lo reservo a mi hermano para tranquilizarle, aunque sé que ahora mismo eso es imposible. ¿Logré hacerlo yo cuando me encontré a Zayn y a Harry en aquella cafetería?
-Vamos.
-¿A dónde?
-A conocerles.
-No me va a salir el habla.
-Creeme que sí, que lo harás. Que vas a querer agradecerles todo lo que han hecho por ti, y aunque te quedan muchos días por delante con ellos, te dará la sensación de que van a irse y no vas a querer perder ni un solo momento...
Con los ojos muy abiertos y llorosos y sin dejarme terminar, suelta mi mano y corre hacia las dos primeras personas que le pillan más cerca: Louis y Niall. En seguida rompe a llorar mientras ellos, confusos, le acarician el pelo con cariño, pero mi hermano corre desesperadamente hacia Harry, y así con todos hasta que logra formar una piña en la que él se encuentra en medio. Yo, riéndome a más no poder y haciendo fotos de cada uno de sus movimientos, grito sobre todas las voces:
-Os presento a mi hermano, Alfonso.

domingo, 2 de junio de 2013

CAPÍTULO 1.

PRIMERA PARTE: http://iwasbornthiswayandilove1d.blogspot.com.es/



Tras despedirnos de unas cuantas personas e intercambiar apuntes para los próximos exámenes, Dani y yo salimos corriendo de la universidad. La parada de autobuses está llena, así que seguramente tocará quedarse de pie por falta de asientos. Los nervios me pueden y manoseo mi carpeta, hasta arriba de papeles ya arrugados, sin poder evitar pensar en lo tardísimo que es. Mierda, ¿por qué a última hora siempre tenemos que entretenernos tanto con los putos apuntes?
Vale, esto ya no es normal. Los nervios me pueden, me comen por dentro. El autobús se acerca tan lentamente que podría bailar unas sevillanas en medio de la carretera ¡Venga!
Dani se encuentra de la misma manera, deseando llegar a casa de una vez. El día ha sido especialmente largo , la verdad. Al fin entramos en el autobús y nos mezclamos con todos, sudando entre suspiros y gente que ya no puede apretarse más. Me pego a una de las ventanas del final y con las dos manos sobre el frío cristal, siento el contraste y  miro al exterior, como si pudiese respirar aire limpio. Sin embargo, todo esto me relaja, porque tengo que estarme quieta. Con un solo movimiento brusco, podría empujar a 5 personas a la vez.
-Si estamos así hoy, ¿qué va a pasar con nosotras mañana?- Me pregunta Dani, con una sonrisa irónica.
Pues es verdad. Oh dios mío, mañana. Después de 5 meses, mañana. Después de tantas llamadas, mensajes, promesas de abrazos, miedo y, como no, alguna que otra lágrima nostálgica, mañana.

Poco después de que los chicos se fuesen, nosotras dejábamos Londres para volver a casa. Aunque claro, ya estábamos dejando una casa, con casi tantos recuerdos como si hubiésemos estado años. Fue duro, pero fue lo correcto. Ahora, Dani y yo estamos terminando en la universidad.
Volver tuvo su lado bueno: ver a la gente que había dejado atrás para cumplir mi sueño, y poder contarles en persona todo lo que había pasado. Por una vez, mi familia no se reunía a leer un artículo con posibles rumores sobre una relación con Niall o con Harry, o que han visto a Dani con Liam. Esta vez he sido yo la que lo ha contado todo ante la mirada atenta de mi hermano, que dice estar orgulloso de mi, y mi familia, que aún no puede creerse que he llegado  a ser una de las mejores amigas de los 5 chicos de los que tengo posters empapelando mi cuarto.
No sabemos muchas noticias sobre los demás de Londres. Amy sigue en Alemania, de Ana y de David no sé absolutamente nada, de Josh, bueno, de vez en cuando llama a Dani porque está claro que lo que han tenido es tan grande que no iba a quedarse en nada, aunque poco a poco y con ella aún más enamorada de Liam, ya se esté quedando así. Con el único que hablo todos los días es con Jake, que me da noticias sobre su hermanita, la pequeña Molly, y Leyla, su todavía encantadora novia.
Elena y Cristina siguen allí, pero pronto volveremos a verlas. Otra razón por la que estos 5 meses han sido muy largos: no estar con ellas, ahora que por fin estábamos juntas.
Por supuesto, mi novela se publicó, y ha sido la experiencia más increíble que he tenido ( y aún continúa) después de toda la historia con los chicos. Me llené de ganas, de fuerzas y de orgullo al ver cómo cada día subían cada vez más y más las ventas, cómo era número uno en librerías... Es maravillo que  la gente me pare por la calle para una foto, y ahora, a veces, no es por ser la novia de Niall. Es por ser Marina Gijón, la escritora.
Dani sigue siendo modelo, pero solo a veces. Algo complicado, sí. Digamos que, cuando tiene ganas de sentirse una estrella, acepta posar para alguna que otra revista, pero mientras tanto, rechaza las ofertas que recibe. Ya os dije que no es su pasión, pero le gusta.
Y los chicos andan lejos, pero cada vez más cerca. Aún no me puedo creer que hayan pasado 5 meses, ¡5 meses contando los días para volver a verles! Para volver a bailar con Lou, para volver a recibir los consejos de Harry, para volver a contarle mis cosas a Liam y emborracharme con Zayn ( cada vez que me acuerdo de esa noche, no puedo evitar reírme)
Y sí, 5 meses para volver a ver a Niall. Y besarle, como siempre quise. Como hice esos últimos minutos en el aeropuerto, rodeada de aplausos, palabras de sorpresa, y posteriores artículos en todas las revistas y noticias sobre nosotros dos... Por que sí: soy la novia de Niall Horan, el famoso cantante de One Direction. Más bien dicho, la novia a distancia, pero eso acabará mañana. Por que sí: mañana, aterrizan en España para su concierto, y Barcelona será esta vez el escenario de mi película.



Con las manos sudorosas, meto las llaves en la ranura de la puerta y las giro frenéticamente. Entramos a casa corriendo y tiramos las carpetas al sofá. Dani enciende el ordenador y yo mientras meto un par de pizzas en el horno. Entre las dos sacamos una mesa desplegable del armario y la colocamos frente al ordenador. Un mantel, dos vasos y una botella de Coca Cola bien fría. Al fin, el ordenador está completamente cargado. Establecemos la conexión y encendemos la cam...
En la pantalla aparece Liam poniendo la mesa, tal y como nosotras estábamos haciendo. Al fondo, se ve a Louis y a Zayn comiendo a escondidas, y a Niall gritándoles para que paren. Llenando con aire mis pulmones, grito con todas mis fuerzas:
-¡Nostras aquí, preocupadas porque llegamos tarde, y vosotros ni siquiera habéis puesto la mesa!
Liam se asusta y varios tenedores caen al suelo. Dani y yo saludamos riéndonos a carcajadas mientras los demás se recuperan de mi grito. Tras este paréntesis, llegan los saludos, las bromas, y las miradas con Niall. Es como si siguiésemos viviendo juntos, o al menos eso intentamos.
-¡Hoy viene Perrie a cenar!- Exclama Zayn. Nos ponemos muy contentas, ya que hace varias semanas que no hablamos con ella.
Al fin, la comida de Nandos que ha pedido Niall está en su mesa, y cada cosa colocada. Nos sentamos a comer como si fuésemos una familia, aunque, ¿a caso no lo somos?
Al fin llega Perrie y se sienta junto a Zayn. Una vez todos colocados, empezamos a engullir la comida con ganas, con muchísima hambre. Claro está, que no podía faltar Louis tirando comida al plato de Harry para que se enfade, Niall hablando con la boca llena haciendo que todos nos riamos, algún que otro gesto de cariño de Zayn y Perrie, y Liam dimitiendo en poner orden. Eso, con estos chicos, es imposible.
Llevamos haciendo esto al menos un día por semana desde que nosotras llegamos a España. Da igual dónde estén, sea día libre o no, el caso es que después de cada concierto, unos sonrientes chicos aparecerán en nuestro ordenador y cenarán con nosotras. Es una promesa que nos hicimos sin palabras, algo que surgió un día en el que desde el móvil de Liam hicimos una videollamada y que ahora no nos podemos perder. Las videollamadas se hacen con diferentes móviles, hoy ha tocado el de Zayn, o a veces desde el ordenador del hotel dónde estén. Cosas como estas hacen que podamos con todo, incluso con una de las peores cosas y más poderosas de todos los tiempos: la distancia.
-Joder, es que mañana no tendremos que encender ninguna cam. ¿Os dais cuenta?- Digo, más cursi imposible. Pero todos somos conscientes de ello, así que recibo silencio y todas sus sonrisas juntas, que muestran que tienen las mismas ganas de vernos que nosotras.
-Pues claro que nos damos cuenta, chiquitaja.- Responde Niall, para después continuar comiendo.


Al rato, Dani y yo estamos medio durmiendo en el sofá, cuando nos damos cuenta de que la cam sigue encendida. Ella decide ir a ponerse el pijama, pero yo soy incapaz de hacerlo ahora que vuelvo a tener los ojos abiertos. Cojo una silla y me planto frente al ordenador mientras bebo Coca Cola y observo lo que hacen. Se están preparando para partir a Barcelona, ya que lo  hacen esta misma noche.
-Zayn, joder, te dije que lo preparases todo hace dos horas.- Dice Louis, observando como Zayn mete sus cosas apresuradamente en la maleta.
-Ya, claro, y también me dijiste que fuera con Niall a pedir comida para que no se pasase de la raya.
-¡Ahora la culpa va a ser mía!- Grita Niall desde la otra punta de la habitación del hotel, que es bien grande.
-Por favor, callaros ya- Harry levanta su cabeza llena de rizos alocados después de un gran sueño en el sofá.
-¡Tu podrías estar ayudando!- Liam aparece de la nada ante la pantalla llevando tres maletas a la vez y dejándolas en el suelo.
No puedo evitar  reírme muy fuerte, sin importarme que aquí sean casi las una de la mañana. Son más escandalosos que toda la ciudad de Nueva York en hora punta.
-¡Anda, mira quién nos está espiando!- Louis señana a la pantalla del móvil de Zayn y después saluda alegremente.
-¿No deberías estar durmiendo?- Harry porfin se levanta y me dirige una sonrisa de esas soñolientas, las más bonitas.
-¿Tu crees que puedo dormir con 5 tíos dando gritos?
-¡Apaga la cam!- Exclama Lou. Le contesto sacándole el dedo y todos me aplauden, contentos con mi respuesta.
-¡Joder, Liam, ya has vuelto a perder mi Ipod!- Dice de repente Harry, que se había ido por un momento.
-¿Qué dices, tío, si lo he dejado en la mesa de la ventana!
-No, no, no, ahí no está.
-Pues lo habrá cogido Louis.
-¿Y por qué tengo que ser yo siempre?- Lou se muestra ofendido ante ellos, pero después se gira y me guiña un ojo.
-Porque eres el más desorganizado- Responde Zayn.
-¡Y tú el más lento!
Todos forman una piña alrededor de las maletas y empiezan a discutir, presos del pánico de otro viaje, como si no estuviesen acostumbrados después de tantos. De repente, la imagen se queda pillada y pierdo la señal. Parece ser que alguien ha movido el móvil de Zayn y por eso se ha perdido.
Tras unos minutos, decido no darle más vueltas, dejarles en paz e irme a la cama. Pero cuando me levanto, la pantalla se pone azul y vuelve otra vez a tener señal. Esta vez, en ella aparece Niall.
-Hola, chiquitaja- Puedo notar la tensión en su voz. Yo, sin embargo, me muestro más relajada.
-Hola- Digo, con una sonrisa bien amplia- Gracias por sacarme de la pelea- Ahora me río, y él también lo hace. Una perfecta sonrisa de dientes blancos, mejillas rosas y redondas y ojos azules empequeñecidos. Increíble que pueda ver todos estos detalles incluso con la mala calidad de la cámara, pero es que no he olvidado cada ápice de su rostro, y aunque quisiera, no podría hacerlo.
-Te pienso dar el mayor abrazo de tu vida.
-Va a ser difícil.
-¿Por que?- Ahora muestra preocupación, como si fuese a decirle algo malo.
-Porque ya me has dado muchos abrazos difíciles de superar.
Respira tranquilo y vuelve a sonreír mirando fijamente a la cámara.
-No hagas eso.
-¿Qué?
-¡No hagas eso!
-¿Sonreírte?
-Sí.
-¿Por qué?
-Por que luego no voy a poder dormir, y no querrás verme con unas ojeras enormes, ¿no?
Y en vez de hacerme caso, sonríe aún más. Aunque claro, eso es lo que yo quería.
-Te aseguro que mañana va a ser como si estos cinco meses no hubiesen existido...
Una puerta detrás suya se abre y aparece Zayn, interrumpiendo lo que sea que fuese a decirme.
-Niall, que nos tenemos que ir ya, ¡ya! que el avión lleva esperándonos una hora y media. ¡Y devuélveme mi móvil!
-¡Deja que se despida de mí!- Le pido a Zayn con voz convincente.
-¡Pero venga!
-Zayn, ¿te quieres callar ya?- Niall pone cara seria, pero en seguida suelta una carcajada.
-Eh, cuelga ya.- Le digo- Te quiero.- La voz me sale casi inaudible solo de pensar que mañana sus oídos escucharán las mismas palabras en directo.
Zayn sonríe cariñosamente, contemplando nuestra bonita escena a distancia.
-Yo muchísimo más- Me susurra. La conexión se corta y yo apago el ordenador.
Me asomo a la habitación de Dani y, como me esperaba, está hablando con Liam por WhatsApp, y así piensan estar toda la noche.
Me siento a su lado en la cama y me mira. Lo que no esperaba es que tuviese lágrimas en los ojos.
-Eh, eh, ¿qué te pasa?
-No lo sé. Es algo intenso, muy intenso. No lo puedo explicar.
-Inténtalo.
Se incorpora a mi lado y cruza sus largas piernas sobre las sábanas revueltas.
-Es algo aquí dentro- señala su pecho y aprieta su mano formando un puño- algo tan grande y tan increíble que es  superior a todo lo demás.
-¿Todo lo demás?
-A ver, no sé como decírtelo. Siento más cosas aquí- vuelve a señalarse el pecho- que en ninguna otra situación. Incluso más que cuando me encontré a Harry por la calle, y luego pasó todo lo demás.
-Sí: las fans, los chicos, la carrera hacia casa...
-Exacto. Es como que...tanto tiempo contando los días para verles, y por fin, mañana, sé que todo ha merecido la pena.
-Sí, como cuando fuimos al concierto con 14 años.
-Pero es un sentimiento mayor.- Una traviesa lágrima recorre su mejilla, pero su dedo es rápido quitándola de en medio.
-¿Quieres que hoy duerma contigo?
-Sí, por favor.
Le sonrío con dulzura y tras ponerme el pijama, me meto en la cama con ella. Nos destapamos por que hace mucha calor, y mirando al techo, prometemos dormir para ir con energía mañana.
-Marina- Me susurra antes de cerrar definitivamente los ojos.
-¿Qué?
-Déjate la inseguridad en casa.
Tras algo de silencio, le contesto a modo de buenas noches:
-Espero que él haga lo mismo.




El despertador suena después de tan solo dos o tres horas de sueño, y aunque debería estar para volver a meterme en la cama y recuperar todas las horas perdidas de sueño, hoy no va a ser así de ninguna manera.
Los días que están por venir van a ser muy ajetreados, así que necesito energía. Pongo música y suena "Rock Me"  la primera. ¡Perfecto! Una canción movida para que yo por fin me mueva y me levante de la cama.
Recapitulemos todo lo que está planeado que pase:
Hoy vienen los chicos a Barcelona, pero les vamos a dar una gran sorpresa. Ellos dijeron que querían bajar a Andalucía para vernos, pasar aquí el día y después, ir con ellos a Barcelona para el primer concierto. Pero Dani y yo tenemos una idea mejor, que es ir a Barcelona y darles una sorpresa, tal y como hicimos aquel día en el que nos mezclamos con las fans y nos cuando nos encontraron se quedaron boquiabiertos.
Lo que nosotras sabemos es que van a venir mucho antes que la hora que se rumorea de su llegada, así que tendremos que estar allí casi de noche. Por que sí, es de noche aún: no hemos dormido nada.
Una vez allí arriba, ya los demás planes surgirán solos.
Al día siguiente, miércoles, es el concierto, así que será día de ensayos, pruebas de sonido y demás. El Jueves lo tendrán libre, pero nosotras tendremos que ir a Madrid a recoger a Elena y Cristina.
Si recordáis, cuando fue el cumpleaños de mi hermano le regalé una entrada para verles en Madrid, y otra a mi prima Elena para que no fuese solo. Lo que no sabíamos es que un tiempo después nosotras también íbamos a tener entradas, que Cristina iba a aparecer en nuestras vidas, y ese pequeño detalle de que...¡Elena y Cristina están en Londres! Pero no hay nada que pueda con nosotros, y moviendo muchos hilos, tras muchas luchas y con algún que otro contacto ( a ver, que somos las mejores amigas de los cantantes, tenemos enchufe) hemos conseguido que Cristina tenga una entrada junto a nosotros, por lo que vendrán a Madrid desde Londres y se quedarán hasta el Sábado, día del último concierto.
Mi hermano viene con nosotras hoy. Ese es el motivo por el cuál a mi móvil no paran de llegar llamadas que he optado por ignorar, ya que sé que es él con los nervios a flor de piel.
Y de repente, me doy cuenta de que estoy disfrutando como no lo hacía desde hace 5 meses. De todas estas movidas ajetreadas que te traen estrés y nervios. Por primera vez desde que volvimos a España, siento esa sensación de libertad otra vez, esa sensación de que puedo realizar mil planes en un día.
Dani planta mi maleta delante mía y me dice:
-O empiezas ya, o cuando lleguemos a Barcelona vamos a tener que hacer de fans entre toda la gente otra vez.
-¿A caso no lo somos ya?
Me sonríe.
-Tu ya me entiendes.
Así que, para  hacer esos mil planes, primero empiezo haciendo mi maleta y subiendo el volumen de la música.



Recoger a mi hermano ha sido lo más maravilloso del mundo. Tras la despedida con la familia y los miles de consejos y advertencias de mis padres, nos hemos puesto rumbo a la estación de trenes. Al montarnos, se ha vuelto la persona más vulnerable del planeta, llorando con la sensibilidad en sus ojos, con pocas palabras, pero todas de agradecimiento... Es como yo cuando tenía su edad y fui al concierto con el detalle de que él sabe que va a conocerles. Cada vez que se lo recuerdo, se aferra muy fuerte a mi y llora en mi pecho.
El viaje desde Málaga a Barcelona está llegando a su fin. Tras varias paradas y  horas de sufrimiento, de calor, y con el pesado de mi hermano preguntándome cosas que ya le he contado mil veces, estamos llegando a esta gran ciudad que siempre he tenido curiosidad por ver, pero nunca la oportunidad de realizar el viaje.
El camino lo he pasado durmiendo, escuchando música, cantando con mi hermano y con Dani, comiendo, e intentando ser consciente de que quedan pocas horas para volver a encontrarme con sus labios. Hasta puedo palpar mis nervios.
Y por fin, el paisaje que puedo ver desde mi ventana es nuestro destino. La estación de trenes me recuerda al aeropuerto al ver a tanta gente a la vez, despidiéndose o saludando, arrastrando su vida en maletas...
-¡Estamos en Barcelona!- Gritamos casi a la vez cuando salimos al exterior.
Entonces, los tres nos quedamos quietos. Por nuestra cabeza pasan muchas cosas,  pero solo una nos golpea con ganas de salir a través de un grito, con ganas de hacérselo saber a toda Barcelona, a todo el mundo.
Vamos a ver a los chicos. Vamos a verles, por fin.
Y entonces salgo corriendo calle arriba, sin saber a dónde ir, solo corriendo, porque necesito sentir el aire de esta gran ciudad en mis pulmones, porque necesito respirar, porque quiero que este viento sea lo último que roce mis labios antes de que lo haga Niall.
Mi hermano y Dani, riéndose sonoramente, me abrazan y paran mis pasos. Piden un taxi y al montarnos, el conductor nos pide la dirección.

"Él" susurro para mis adentros.

Y el taxista se pone en rumbo a mi paraíso.