lunes, 5 de agosto de 2013

CAPÍTULO 7.


Cristina y Elena se sientan a mi lado cogiéndome las manos como si ahora mismo estuviese dañada, triste o algo por el estilo, pero en relidad mis lágrimas van cargadas de rabia y queman mis mejillas haciendo que apriete los dientes hasta hacerme daño en las mandíbulas.
Noto que Liam, tras salir de allí a toda ostia con la furgoneta, ahora se mezcla entre el tráfico como un vehículo más y disminuye la velocidad, lo que a la vez me tranquiliza. Zayn, en el asiento de al lado, le da indicaciones sobre dónde está el hotel. Son las únicas palabras que se oyen, porque todos vamos completamente callados. Mi respiración entrecortada también rompe el silencio, haciéndolo aún más incómodo. Al ir dos personas más en el coche, mi hermano y Harry intentan coger un sitio en el suelo, Dani entrelaza las piernas con las de Elena , Louis está casi aplastado en el cristal y Niall está muy encima mía. A pesar del agobio que me abarca y de las ganas de estar sola, no quiero que se mueva de donde está.
Entonces, intentando respirar de forma normal y relajar todo mi cuerpo sobre el asiento, me doy cuenta de lo que acabo de hacer: un error de los que no se corrigen fácilmente. Me acabo de pelear con una Directioner, aunque a esa niña no se le puede llamar así. Más bien, es una fan idiota que solo les quiere por sus caras bonitas. Todas las que se comportan así son iguales. El caso es que eso va a darme a mi una malísima reputación, pero sobre todo al grupo, porque sé por experiencia propia los disfraces que usa la prensa para las noticias y todo el mal que puede causarles eso.
-Es que soy jodídamente gilipollas. Lo siento, chicos, de verdad.
-¿Lo siento?- Dice Harry desde abajo, colocado al lado de mis pies.- Tu no tienes la culpa de nada. Es esa niña.
-Y como esa, hay miles- Se une Zayn, asintiendo con la cabeza mientras seguro que varios recuerdos le vienen a la mente.
-Ya, eso lo sé, pero yo también tengo parte de culpa. Pensad en todo lo que va a venir ahora: “Marina Gijón, la novia de Niall Horan, se pelea con una fan”. Lo único que voy a traer ahora son mierdas y rumores al grupo.
-Es verdad que deberías haberte controlado, aunque no te juzgo, no eres la única que hace cosas...peligrosas- Niall capta la atención de todos los presentes con la voz más grave de lo normal.- Pero si se crean rumores, los destruiremos y superaremos todo lo que nos venga. Ya estamos, digamos que acostumbrados, aunque sea un poco.
-Prometo que la próxima vez me controlaré. Dani me enseñará.
-¿Yo? No le he pegado porque te has adelantado tu.
-Pues una de dos... O nos controlamos, o le pegamos juntas.
En seguida todos se ríen y nos acompañan diciendo cosas graciosas, sobre todo por parte de Louis.
-Seguro que si le pegáis en la cara, se la dejaríais mejor de lo que la tiene- Con esto no puedo evitar olvidarme del todo y seguirle los chistes. Al final, como siempre, los silencios se convierten en risas.
-¡Ey, que están aquí Cristina y Elena!- Dice de repente Liam.-¡Gritad por ellas!
Todos empezamos a hacer ruido en el coche, a movernos de tal manera que empujamos a Louis y también cae al suelo junto a mi hermano, que está confuso como siempre al no entender nada, más aún ahora que hemos pasado del silencio al ruido en cuestión de instantes. Con ambos brazos les rodeo la espalda a las dos y las atraigo hacia mi para que me abracen. Ellas, sin dudarlo ni un segundo, se lanzan sobre mi y con sus risas por encima de la de los demás, me aprietan para poder sentirlas después de tanto tiempo.
-Os he echado mucho de menos- Les digo, con toda la sinceridad del mundo.
Luego se van a por Dani y le dan un abrazo igual de genial, a mi hermano le llenan de besos ya que según ellas es “el niño más adorable de la tierra” Con Louis, Niall y Harry se abrazan y en seguida hablan de momentos graciosos y memorias de cuando se conocieron. A Zayn y a Liam les amenazan con ahogarles con el abrazo que van a darle cuando salgamos de aquí.
Una vez más, son ellos los únicos que me animan cuando peor estoy.


Bajamos de allí lo más rápido posible porque nos estamos muriendo de calor con tanta gente en un espacio tan pequeño. En seguida, Elena y Cristina se apresuran a cumplir su promesa con Zayn y Liam. Cuando Elena abraza a Zayn, es inevitable que la imagen de Perrie se me venga a la cabeza. ¡y más aún ahora, que tiene el acento británico más marcado! Sus ojos azules siguen igual de brillantes y alegres que siempre, y tiene el pelo mucho más largo que la última vez que la vi. También tiene la piel más pálida, y el poco color que había pillado siendo de  España se le ha ido por completo en estos 5 meses. Parece mentira que vengamos de la misma familia.
-Ahora te pareces aún más a una inglesa.
-¡Aish, calla!
-¿Te acuerdas cuando íbamos por Málaga y te hablaban en inglés?
-¡Como aquella mujer que no me dejaba ni siquiera decirle una sola palabra en español!
Entre recuerdo y recuerdo se lanza y me da un gran abrazo, esta vez mucho mejor que el otro en la furgoneta dónde no podíamos movernos. Sus abrazos son muy especiales, porque siempre me levanta por los aires incluso con más fuerza que ninguno de los chicos y me balancea de un lado a otro como quien coge a un bebé.
-¿Niall te sigue diciendo “chiquitaja”? Porque si así es, tiene mucha razón...
-La pregunta es que si dejará de decírmelo alguna vez...
-¿Acaso no te gusta?- Me pregunta, levantando las cejas y con una sonrisilla traviesa.
Hago que se agache para decirle al oído “En realidad me encanta”. En ese momento alguien me coge por detrás, pero esta vez se adivina perfectamente que es Cristina por sus finos brazos y el largo pelo que avanza hasta mi vientre por el impulso.
-¡Eh, que yo también estoy aquí!- Abrazar a Cristina es genial, pero a la vez algo inusual ya que las dos somos igual de pequeñas y yo acostumbro a apoyar mi cabeza sobre el pecho de quien me abraza.
Ella no ha cambiado nada. Sigue igual de bajita y con la misma voz dulce y algo chillona de siempre. Tiene un corte de pelo nuevo, pero solo se ha puesto la raya del flequillo en medio y dos grandes mechones le caen en los hombros, al igual que el resto de su larga melena.
En seguida se une Dani a las tres y por fin siento que estamos el grupo completo. Solo faltan Eleanor, Perrie y Danielle, que aunque no tuvimos tanto trato con ellas, les cogimos un cariño bastante grande y era costumbre verlas siempre en la casa allí en Londres.

Las cuatro nos quedamos en el nuevo hotel de los chicos por petición de ellos mismos, pero nos negamos rotundamente a comer en el restaurante de allí, que seguramente servirá la misma comida de racciones enanas y gusto raro de siempre.
-¡Queremos un McDonalds, queremos un McDonalds!- Coreamos Cris y yo. Ella siempre tan alegre, tan parecida a Louis...
-Las chicas mandan, vamos a un McDonalds... - Dice Niall, que no duda en montarse el primero en la furgoneta.
De camino al McDonalds cada uno va a su rollo. Yo le explico más o menos todo lo que hemos hablado a mi hermano, Dani, Elena y Cris hablan en español, y los chicos ponen el manos libres en el coche y hablan con Paul sobre lo que deben hacer hoy. Para su sorpresa, no hay ensayos, ni reuniones, ni nada nuevo, todo un día libre para que lo disfruten junto a nosotras.
-¡Esta noche, fiesta loooooooca!- Dice Louis, levantando mucho los brazos y alargando la palabra "loca" con ganas.
-Louis, no te desmadres, ¿eh?- Dice Paul, pero Lou ya ha colgado mientras canta una canción chillando tanto que ni siquiera sé cuál es. Está claro que si hoy podíamos relajarnos, con alguien como él será imposible hacerlo. Aunque...¿Estamos en Madrid, con los chicos, Elena y Cris para relajarnos?
Me río de mi misma mientras Cristina me mira.
-Luego la loca soy yo. ¿Te has visto riéndote con cara de psicópata?
Finjo pelearme con ella, pero casi no nos da tiempo cuando llegamos a nuestro destino. Esta vez no solo es Niall el que sale corriendo, sino que todos nos apresuramos a pedir la comida del hambre que nos alcanza conforme pasa cada minuto. Aún saliendo de las últimas de la furgoneta, consigo correr y adelantarles a todos, incluido Niall.
-Pienso comérmelo todo y no dejarte ni un trocito de pan.- Le digo, aminorando la velocidad al pasar a su lado.
-¡Si claro! ¡Ni en broma!- Eso me anima para correr aún más. Cuando llego a la puerta tiro de ella con fuerza, pero sus brazos tiran al mismo tiempo de mi hacia atrás haciendo que caiga y la puerta se tambalee hacia delante y hacia atrás.
-¡Gilipollas, estate quieto!- Le grito, pero él solo aprieta aún más sus muñecas sobre mi vientre-¡Me estás haciendo daño!- Digo, aún más fuerte.
-¿De verdad?- Afloja los brazos dejándolos caer sobre mis caderas y se asoma por mi espalda para acabar mirándome a los ojos. Justo en ese momento le susurro "no" y me desprendo de él con facilidad hasta entrar en el McDonalds. Como era de esperar, hemos montado un espectáculo y la gente nos observa con caras raras. Yo miro al suelo mientras me coloco un mechón de pelo tras la oreja y ando hacia la cola despacio, con Niall detrás mía. Los demás entran sin poder evitar esconder sus carcajadas y se colocan con nosotros.
Por suerte, hemos venido en unas horas muy inusuales para comer y el McDonalds está casi vacío. No hay fans, solo algunos trabajadores que no pueden comer a otra hora y algunos niños con sus padres que seguramente se han encaprichado del juguete que regalan con el menú. Por si acaso, decidimos no entretenernos mucho aquí e irnos al hotel en cuanto comamos. Y así hacemos tras devorar casi todas las hamburguesas que tenían, porque entre la llegada de mi prima y Cris y la pelea estamos comiendo a las 17:46 de la tarde. Pasamos el rato riéndonos de la chica con la que me he peleado y traduciendo alguna de las frases que no habían entendido para que se riesen aún más.

Cuando llegamos al hotel son las 19:20. Entre todo lo que hemos comido, más lo que ha comido Niall ( que como siempre, nos supera a todos) más lo a gusto que estábamos allí, más todo lo que nos teníamos que contar...
No soy lo suficientemente famosa como para decir esto y nunca lo seré, pero echaba de menos esta tranquilidad. Cuando sales con los chicos por la calle, sobretodo allí en Londres, siempre tienes que ir con cuidado. ¡Con mucho cuidado! Cualquier chica que sospeche que "ese chico moreno" es Zayn o le suele la cara de "aquel chico de allí, que se parece a Louis"  puede hacer que en menos de 10 minutos tengas a 50 chicas a tu alrededor. Sin embargo, en este rato que hemos estado comiendo, la preocupación se ha esfumado como la comida que había delante nuestra y nos hemos reído a más no poder cuando hemos visto la hora. ¡Hacía mucho que no estábamos tan tranquilos!
Ahora en el hotel solo tenemos ganas de estar igual, así que decidimos pasear por él y de paso, investigarlo un poco.
Nada más entrar notas que es muy diferente al de Barcelona, ya que el estilo de éste es mucho más moderno cuando el de allí tenía estilo barroco. La recepción de paredes blancas y cuadros de colores pobres y apagados que da un toque aún más sorprendente nos da la bienvenida con varios "¡joder!" por parte de los que no estamos acostumbrados a tanto lujo. Tras el enorme escritorio hay unas cinco escaleras por las que podrían subir 20 personas a la vez, y los escalones se alargan hasta casi el techo. En la parte de arriba hay un cristal que muestra un cielo con solo un par de nubes pequeñas.
-Me encanta este hotel.- Afirmo, recibiendo los "a mi también" de todos.
-Tenemos que ver todo lo que podamos, ¡hoy vamos a la aventura!- Dice mi prima, con su cámara profesional ya en mano y una sonrisa expléndida que muestra lo contesta que está de estar aquí.
Todos seguimos a Liam, que tiene las llaves, y tras montarnos en un ascensor enorme dónde puedes ver el hotel mientras subes, acabamos en las habitaciones. Liam nos reparte las llaves y en seguida metemos las maletas en ellas.
-Pero, Marina, ¿y nuestro hotel? ¡Ya lo tenemos reservado!- Me dice mi prima.
-No te preocupes, antes de irnos por ahí esta noche, vamos y dejamos allí nuestras cosas.
Zayn y Niall deciden quedarse a dormir en sus habitaciones. Aunque los demás nos ponemos muy pesados para que se vengan, ellos nos responden diciendo que no tendrán fuerzas para esta noche si no duermen ahora.
-Pues si es por el bien de esta noche, ¡no se hable más!- Dice Louis, empujándonos a todos para que nos vayamos a el ascensor.
-¿Dónde vamos primero?- Dice Cristina, con ansias de investigar.
-No sé, donde primero pillemos- Contesto, saliendo a paso rápido del ascensor.- ¿Aquello no es un jardín?
Todos nos apresuramos a salir por una gran puerta de cristal que da a un hermoso seto de un verde tan intenso que no parece de verdad con una pequeña puerta de madera entreabierta. Despacio, abrimos y encontramos un enorme jardín lleno de flores de colores por todos lados, de tantos tonos que es imposible que en un solo vistazo captes  la belleza del lugar.
En seguida mi prima investiga los mejores ángulos para hacer fotos y a parte del cantar de las aves y la caída del agua de las fuentes, se oye el "click" de su cámara cada segundo. Yo encuentro unos setos haciendo un laberinto y no dudo en meterme con Dani y mi hermano hasta finalmente perdernos. Intentamos seguir la voz de Liam para salir, y cuando lo hacemos Dani se lanza en sus brazos y con la frase "Alfonso, molestamos, vámonos de aquí" les dedico unas risas y sigo investigando de la mano de mi hermano.
Al cabo del rato nos encontramos con un estanque de peces en el que Louis amenaza con hundirme, pero finalmente casi es él el que cae al fondo gracias a un suave empujón de Elena cuando estaba despistado. También descubrimos una cascada pequeña que cae desde lo que parece ser un bosque. Nos aventuramos a mojarnos y a beber agua, por lo que cojo la cámara de mi prima y le hago fotos mientras muy feliz se ríe con Cris, le gasta bromas a Louis o salpica a Harry. También capturo más de un beso de Liam y Dani o me hago alguna que otra foto a mi misma haciendo el tonto diciendo "¡esta la borro!" incluso antes de comprobar si salgo bien o no.
Se nos olvida dónde estamos  hasta que  encontramos otra puerta de madera que nos devuelve al hotel . Tras esa, hay otra de cristal, pero esta vez da a una piscina bastante normal, pero con toboganes que la hacen flipante. Hay niños tirándose por ellos y gente tomando el sol o nadando en la piscina con sus amigos. Como era de esperar, uno de nosotros iba a acabar en esa piscina con ropa. Elena no podía ser porque tenía la cámara en la mano y se negaba a soltarla, Harry ha huído por una puerta que había esquinada y a saber dónde está ahora, yo he decidido seguirle en cuanto le he visto salir a tanta velocidad, y como iba de la mano de mi hermano es Cristina la que acaba sola para más tarde estar entre los brazos de Louis y pataleando en el aire antes de acabar mojada de arriba a abajo. Eso sí: ha sido lista y ha tirado el bolso al suelo antes de caer.
Mi hermano huye adentrándose por un pasillo, pero yo me paro a descansar porque estoy sudando de tanto ir de un lado para otro. Desde detrás de un portón azul y mirando por una rendija, observo como Louis entre risas le tiende la mano a Cris y le ayuda a salir del agua por unas escaleras plateadas. Como era de esperar, Cristina no acepta su mano y además le hace la peseta a Elena, que no para de tomar fotos mientras su cara se vuelve roja y su risa muy aguda.
-Vamos a buscar a los otros, ¡no voy a ser la única que acabe mojada hoy!- Oigo decir a Cristina, y en seguida salgo corriendo de nuevo para esconderme. Al darme la vuelta me doy cuenta de que detrás mía hay un pasillo algo oscuro, pero no dudo en ir por él cuando sus pasos se oyen cada vez más cerca.

Sigo corriendo hasta que no oigo nada, absolutamente nada. Ya no llegan a mis oídos las voces de Cris, Elena y Louis, ni siquiera oigo el bullicio de la gente en la piscina. A mis oídos solo llega un molesto sonido de una luz que se enciende y se apaga dejándome a oscuras por segundos. Ahora me arrepiento de haberme metido aquí porque da mucho mal rollo y no parece que haya nadie, así que decido parar con el cachondeo. Recupero mi respiración normal y camino mucho más tranquila sobre mis pasos. Tengo que girar varias veces en bastantes esquinas y me pregunto cómo coño he llegado aquí corriendo en tan poco tiempo. Pero cuando de verdad la confusión me alcanza es cuando me encuentro con tres pasillos. ¿De dónde han salido estos tres pasillos? ¡Si yo he ido en línea recta, ni siquiera sé de dónde han salido todas las curvas!
En uno de ellos se pueden ver telarañas, una fregona y varios trapos viejos en la penumbra. El del medio ni siquiera tiene luz y el otro parece el más normal, pero no me atrevo a ir. ¿Y si no es este? Definitivamente: me he perdido.
Desbloqueo mi móvil e intento llamar a alguien, pero no tengo cobertura. Ahora es cuando de verdad me siento atrapada y el pánico hace que empiece a hablar en voz alta.
-¿Hola? ¿Hola? ¿Holaaaaaa?- Cada vez hablo más fuerte, pero solo me responde mi propio eco en este sitio tan vacío.- Seguro que soy la única persona que se ha perdido aquí. Me pasa por ser tan gilipollas...
Cuando empiezo a hablar conmigo misma oigo un leve ruido que hace que me gire al segundo. Como era de esperar, no hay nada, pero ahora los nervios me toman y no puedo moverme. Con las manos cruzadas sobre los brazos, avanzo hacia delante muy lentamente. En el pasillo solo se ve la oscuridad conforme se estrecha.
-¡Marina!- Una voz hace que pegue un gran salto y caiga por culpa de mis piernas torpes. Mi grito penetra cada centímetro de las paredes blancas de mi alrededor y mis ojos se abren más que nunca cuando al darme la vuelta sobre el suelo lleno de polvo grisáceo veo a Harry con semblante confuso y divertido a la vez.
-¡Harry, me cago en tu madre!- Le digo ahora con un hilo de voz tras dejármela toda en el gran grito.
-¡Eh, que mi madre no te ha hecho nada!- Me da la mano para que me levante y yo le cojo del brazo para dejárselo lleno del polvo en el que parece que me he bañado. Se ríe mientras se sacude y yo hago lo mismo en todo mi cuerpo.
-¡No puedes aparecer de la nada en este sitio fantasmagórico y pretender que no me asuste, cabrón!
-¡Ya vale!- Me manda a callar poniendo su dedo en mi boca y yo no dudo en morderlo.- Eh, no te enfades conmigo, yo también estaba pasando miedo.
-¿El machote Styles estaba pasando miedo?- Pongo mis manos sobre mi cara y abro la boca y los ojos intentando parecer lo más sorprendida posible- Qué adorable, si en realidad eres un niño miedica- Ahora jugueteo con su pelo mientras le agarro un moflete y el pone caras raras.
-¿Tienes cobertura?
-No..
-Yo tampoco, pero supongo que ahora será más fácil salir, ¿no?
-¿De dónde venías tu?
-De aquel pasillo- Señala al que tiene luz y yo suspiro aliviada.
-Pues vamos por ahí.
Al rato de ir andando se empieza a reír de mi reacción cuando ha dicho mi nombre y yo me defiendo diciendo que es un niño miedica con voz ridícula.
-Vale, ahora en serio- Para de reírse poco a poco hasta que en su cara solo se queda una sonrisa.- ¿Te has hecho daño?
-Bueno, aquí me escuece un poco, pero no es nada...- Le señalo en mi brazo una rozadura bastante grande de la que no me había percatado hasta que no se me ha ido el susto del todo. Harry se acerca y me coge el brazo con delicadeza mientras la observa.
-Hay que curarla para que no se infecte. Creo que ya estamos a punto de salir de aquí. Te cae algo de sangre, espera.- Saca del bolsillo de sus pitillos negros ajustados un pañuelo y con cuidado quita la gota de sangre que se estaba derramando.
Durante estos 5 segundos que nos quedamos callados se apaga la luz de golpe, lo que hace que como buena miedica de mierda que soy vuelva a chillar. Pero mi grito se corta inmediatamente cuando siento los brazos de Harry aferrarse a mi a la velocidad de la luz. El impulso hace que sienta sus pectorales sobre mis mejillas y que mis brazos se abalancen hasta casi abrazarle, así que los cruzo del todo y permanecemos así hasta que unos segundos más tarde la luz vuelve.
 Levanto mi cabeza. Él lo hace al mismo tiempo, así que nos miramos. Sus ojos de ese verde transparente tan bonito muestran confusión y quizás algo más. Ese algo más es el que me altera. Algunos rizos que se habían quedado atrás caen sobre su frente mientras que sus labios se mueven sin decir nada. Casi sin darme cuenta tengo su nariz pegada a la mía. Entonces, cierra los ojos y se inclina aún más.
Pero esta vez no cometo el mismo error que aquel día en Londres.
-Harry, no.
En seguida se separa y se aleja. Se susurra a él mismo que es un imbécil y varias cosas más que no tolero que se diga.
-No vuelvas a decirte eso, ¿eh?- Elevo el tono de voz, pero él no me hace caso. Le cojo de los hombros y hago que vuelva a mirarme a los ojos.- ¡No vuelvas a decirte eso!
Me mira con incluso más intensidad que cuando casi me besa.
-He sentido fuego dentro de mi mientras esa niña te gritaba y te decía estupideces que ni siquiera entendía. Ha sido ahí cuando me he dado cuenta de que aún te tengo muy adentro.
Silencio.
-Te quiero, Marina.
-Y yo a ti, Harry, de verdad. Te quiero muchísimo- Le acaricio las mejillas con ambas manos.
Él lanza su mirada al suelo, al igual que sus sentimientos al fondo de su cabeza otra vez.
-No de la misma...
-No de la misma manera que tu,- termino lo que seguro que iba a decir- Pero te quiero. Y te querré siempre, ¿eh?- Le doy la mano suavemente y consigo que esboce una sonrisa.
Su móvil suena devolviéndonos a la realidad. Es Cristina.
-Eso es que estamos cerca de la salida, vamos.

Caminamos en silencio de la mano y siento estar cogiendo al chico más frágil del mundo.




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