Tras haber solucionado la mayoría de los problemas o asuntos
por resolver, nos despedimos de varios profesores a los que tenemos más cariño, nos permitimos pasar con superioridad ante los que nos caen mal, y ya ni
hablar de las risas o de los gritos que damos diciendo "¡Nos vamos de
tour!" delante de los que odiamos.
En la salida toca despedirse de nuestros amigos antes de que
llegue la avalancha de gente a hacerse fotos con Niall y Liam o simplemente a
presumir de haber visto a un par de famosos, aunque no les gusten One
Direction. Tras cruzar la verja negra abierta con las grandes iniciales de la
universidad, nos damos la vuelta y decimos adiós a los edificios que la forman
con ganas y hasta poniéndonos de puntillas, como si así pudiésemos despedir más
terreno del lugar. Al volver a darnos la vuelta nos encontramos a nuestros amigos más
cercanos sentados en el bordillo de la calle.
-¡Ey!- Les digo, y Mery es la primera en correr hacia
nosotras.
María, Mery para... para todo el mundo, ya que le gusta que
la llamen así, es una de nuestras mejores amigas. Voy a echar de menos las
salidas los sábados o las películas en su casa los viernes por la tarde
hinchándonos a palomitas, Lacasitos y demás alimentos que solo sirven para
engordar y pretenden ser un antidepresivo para las películas más tristes. Es
una persona alegre y optimista que siempre mira por el lado bueno de las cosas
y ama los pequeños detalles, los disfruta y se aferra a ellos para ser más feliz.
Es cariñosa con los suyos y amable con los que no conoce, pero cuando se enfada
todos nos echamos a temblar. Es alguien que defiende sus ideas y opiniones al
máximo y puede llegar tener un gran genio, pero siempre con razón.
Nos abarca en un gran abrazo moviendo sus graciosos rizos
negros como el carbón, achicando sus ojos oscuros y sonriendo achatando su
graciosa nariz. Adoro cuando hace eso.
-¡Os voy a echar mucho de menos!
Por fin podemos presentarle a Niall y a Liam, llevamos
queriendo hacerlo mucho tiempo. Otra de las cosas que me gusta de Mery es que
tenemos gustos muy diferentes. A ella le encanta el rap español mientras que
nosotras siempre hemos sido de estilos musicales ligados al habla inglesa, pero
eso no ha influenciado en nuestra amistad, da igual que seamos diferentes a
ella, a su estilo. Aun así siempre ha admirado lo grandes que son nuestros
chicos y es de esas personas que más contenta está de que hayamos llegado a ser
las novias de dos de ellos. Los tres empiezan a hablar en inglés de nosotras, y
Mery saca a la luz su perfecto inglés, el cual ha ido mejorando junto con el
mío durante varios años, ya que hemos ido a la misma academia. Se hacen
varias fotos mientras yo abrazo a Antonio, al cual llamamos
"Libo", mi amigo gay y Little Monster con el cuál comparto cada
noticia o novedad de Gaga. Gracias a él he aprendido muchísimo, pero sobre todo
he reforzado ese pensamiento que desde que era muy pequeña tenía en mi cabeza:
los homosexuales no son diferentes, ni se deben tratar como tal. Son personas,
humanos como todos. Eso de que aman a personas de su mismo sexo no debe
tratarse como algo extraño, es solo amar. Y eso lo hacemos todos.
Siempre he intentado
animarle cuando ha recibido insultos por el hecho de ser gay y me he encargado
de dejarle claro que estaré disponible cuando quiera hablar sobre lo que sea.
Se lo vuelvo a recordar una vez más al abrazarle y, como otras veces, me
agradece que esté junto a él.
En seguida empieza a llegar gente de todo tipo. Personas que
conocemos solo de vista, otras de las que solo sabemos sus nombres, otras que
nos caen mal, otras con las que estamos en clase y algunas que simplemente
pasaban por la calle y no se esperaban encontrarse a Liam Payne y a Niall
Horan. Paul en seguida llama a alguien para que traiga la furgoneta y me lanza
una mirada cuando me ve abrir la boca.
-Vale, lo entiendo, tenemos que irnos.
-Eso... y que no voy a volver a hacerte caso.- Dice muy
convencido, pero le sonrío y al final él también cede y lo hace.
Tras muchísimas fotos, firmas y preguntas, Paul y otros
hombres de seguridad que acaban de venir nos guían por una calle más pequeña en
la que se encuentra la furgoneta. Dani y yo nos damos el último abrazo con Mery
y Libo, Niall y Liam se despiden de ellos chocando sus manos o con dos besos y
en seguida salimos de allí, sonriendo y saludando, aunque no me hace ni pizca
de gracia ver tantas cámaras a la vez. Cuando luego veo mis fotos por Twitter
me horrorizo de lo mal que salgo en la mayoría de ellas.
Nos metemos en la furgoneta y por fin, nos vamos a hacer las
maletas. Sí: nos vamos de gira con ellos en unas horas y aún no hemos hecho las
maletas.
Soy de esas personas que cuando preparan un viaje, por
muy corto que sea, les dan mil vueltas a lo que van a llevar pero siempre se
les olvida algo. Me paseo pensando en eso alrededor de la casa recogiendo
cosas, gritándole a Niall para que deje de comer o desesperándome por las
constantes llamadas de mis padres.
-Pero no os agobiéis, nosotros tenemos de todo, solo llevaros
ropa para unos días...- Dice Liam.
-¿Pero tu estás bien de la cabeza? ¿Para unos días?- Le
contesta Dani a gritos.
-¡Oye, cálmate! Después nosotros os compraremos lo que os
haga falta, pero es que salimos en 40 minutos y todavía estamos aquí.
-Claro, vais a estar comprándonos ropa para cada día.-
Replica con sarcasmo.
Dani está igual o peor que yo. Ella es la organizada, la
responsable de nosotras dos, y si yo estoy nerviosa ella lo está el triple.
Obliga a Liam a sentarse en el sofá con todo el mal genio que puede, pero él no
se lo toma en serio y se ríe de ella.
Me paro en mitad del pasillo y repaso con la mente. Llevo el
móvil, por supuesto, y el cargador del móvil...Llevo dinero, y las llaves de
casa. Parece que estoy organizándome para salir un viernes por la noche, no
para irme de gira...
Dani sigue enfadada con Liam y con el mundo entero porque ni
ella misma se aclara y me hace volver de mis pensamientos con sus zancadas
alrededor de cada habitación. Niall se asoma desde la cocina y le manda una
sonrisa a Liam que le contesta haciendo que Dani saque aún más a la luz sus
nervios y la rabia que le da que Liam se lo tome a la ligera. Niall me mira a
mi mientras se come un bocadillo de a saber qué, ya que se conoce la cocina
como si llevase viviendo aquí varios años.
-Os falta tiraros de los pelos.
-¡Oh, perdone señorito Horan! No todos estamos acostumbrados
a irnos de gira, ¿sabes?
El móvil de Liam suena y nos informa de que Paul nos está
esperando en el aeropuerto.
“Si no estáis aquí en 20 minutos os buscáis otro avión” Cita
Liam textualmente las palabras que han salido de los labios de Paul. Siempre
dice cosas similares, pero luego sabe controlar su paciencia.
Cierro mis maletas y mientras Liam y Niall las van
bajando por las escaleras, ayudo a Dani con las suyas. Echamos un último
vistazo a la casa y comprobamos que todo está apagado y en orden. Un temblor
recorre mi mano al cerrar la puerta y echar la llave definitivamente.
-Joder Dani, que nos vamos de tour, me va a dar algo.- Digo,
con la voz aguda.
Ella solo se limita a asentir y me da la mano para bajar de
una vez las escaleras.
Se me hace raro volver a montarme en el jet y que no estén
los demás sentados en el pasillo que hay entre asiento y asiento, o cantando
las canciones que ponen a toda voz, o haciendo la típica broma de que nos vamos
a estrellar cuando, como ahora mismo, despegamos. Estamos muertos de sueño
después del madrugón que nos hemos dado para ir a la universidad, pero es
imposible conciliar el sueño cada vez que pienso en que estamos yendo a México.
Ya estabilizados en el cielo nos quitamos los cinturones y
nos movemos como si estuviésemos en casa al ritmo de la música. Cada vez que
suena una canción algo más movida o alegre nos levantamos todos a la vez y
hasta Paul se anima a cantar. En una de estas veces, no sé cómo, pero veo
aparecer a Niall con comida.
-¿Dónde la escondes?- Digo, yendo a por él para que me de una
patata al menos.
-¡No pienso decírtelo!- Empieza a huir moviéndose de un lado
a otro y yo le persigo. Nos vamos chocando con todos hasta que Paul se enfada y
nos obliga a sentarnos. Niall me mira con cara de pena y cede a ofrecerme una
patata. Cuando la tengo en mi mano la aplasto y la hago pedazos para tirársela
a la cara.
Como Paul nos vigila para que no volvamos a levantarnos, cojo
el móvil y me entretengo mirando Twitter.
-Cada vez que miras Twitter acabas mal, y ahora mismo estás
feliz. No quiero que estés de otra manera.- Me dice Niall, intentando quitarme
el móvil de las manos al igual que he intentando hacer yo antes con la comida.
-¡Déjame!- Le digo, esquivando sus movimientos- Solo quiero
ver las fotos que nos han hecho hoy.
Finalmente me deja en paz y se acurruca para echarse un rato
a dormir. Con rápidos movimientos de dedos por la pantalla táctil, busco entre
mi TL fotos actuales. Al fin encuentro una foto en la que salgo con la ropa de
hoy, y además Mery está hablando conmigo. Salimos con los brazos entrelazados
tras haber estado abrazadas.
Lo que de repente viene como una explosión hacia mis ojos es
el título de la foto.
"Su sonrisa es preciosa... Gracias por ser como eres,
Marina"
¿Qué? ¿Hola? ¿Qué es esto? Abro la boca hasta el punto en el
que Dani me dice "¡que te van a entrar moscas!", pero yo paso de ella
y sigo mirando la foto con confusión en mi cabeza.
Me meto en la cuenta de la chica que ha twitteado la foto. Es
una Directioner londinense según su biografía. Miro entre sus tweets y RTs y mi
sorpresa aumenta por cada palabra que leo. Su cuenta está llena de fotos mías y
de Dani con títulos en los que no hay ni un insulto y hasta en ocasiones leo
piropos o cosas así.
-Dani, ven, mira.
Se acerca y al ver las fotos se sienta a mi lado y hace el
mismo gesto que yo he hecho anteriormente. Me río de ella mientras me arrebata
el móvil e investiga por su cuenta.
-Tía, nos tienen como...
-Como diosas, o algo así.
-No me lo puedo creer.
Dani saca su móvil.
-Voy a twittear algo. A ver qué dicen.
-¿Qué vas a twittear?
-No sé, algo como "de camino a México" pero con
mucha emoción.
-Por algo estamos emocionadas...- Nos reímos por un momento
antes de que ponga eso y le de al botón de "tweet"
-Ahora, a esperar...
Dejamos la red social unos minutos y llamamos a Liam. Le
enseñamos lo que hemos visto y muy contento se sienta con nosotras. Dani
desbloquea su móvil y las interacciones llegan casi todas a la vez, haciendo
que vaya a toda velocidad y no le de tiempo a leer un tweet cuando aparece
otro.
La sonrisa de Liam aumenta al leerlos porque todos son
positivos. Algunos son de chicas españolas agradeciendo que el otro día les
ayudásemos a conocer a los chicos, otras envían fotos de ellas con ellos o con
nosotras, otras nos hablan en inglés y nos dan las gracias por todo...
Pero, ¿las gracias por qué?
Vuelvo a coger mi móvil y busco el tweet de la chica con la
que hemos descubierto todo esto. Sin pensármelo dos veces abro los mensajes
directos y le escribo uno preguntándole por qué nos están dando las gracias. No
pasan ni dos minutos cuando la chica me ha contestado con 5 mensajes nuevos, y
además no para de twittear capturas de pantalla con mi mensaje, sorprendida de
que me he interesado por ella.
-Acabas de revolucionar Twitter con ese mensaje.- Me dice
Liam, mirando la pantalla del móvil de Dani.
-Pero es que es increíble. ¿Cómo han pasado de desearnos la
muerte a amarnos?
Se encoge de hombros y yo leo en voz alta la respuesta de la
chica.
Resulta que es una de esas Directioners que estuvieron
esperando en el aeropuerto aquella vez en la que, pasando hacia dentro, hice
que los chicos firmasen varios autógrafos rápidamente mientras Paul nos
empujaba hacia delante. Dice que gracias a mi tiene un autógrafo de Louis y que
estará eternamente agradecida. También me cuenta que la mayoría de las
Directioners que conoce me admiran por lo que hice en Madrid, porque tuve el
valor de hablar con Paul y dejarles en pleno centro de la ciudad...
También me relata cómo una de sus mejores amigas conoció a
los chicos en la quedada sorpresa que organicé en Londres haciéndome pasar por
una Directioner.
Bloqueo el móvil y lo tiro al asiento de al lado. Suspirando, intento asimilar lo que acabo de leer. Liam me da
un abrazo y yo le recibo con ternura.
-¿Esto significa que ahora las fans nos quieren?
-No tiene por qué ser así del todo, pero es algo muy grande
lo que habéis logrado, os estáis ganando el respeto de la mayoría.
Me dirijo hacia Niall y antes de que Paul me regañe para que
no le moleste, me tiro encima suya.
-¡Despierta, que tengo que contarte una cosa!- Le digo, con
el mismo tono de voz que una niña ilusionada.
Mientras él se despereza a mi me viene una idea a la cabeza.
Algo que seguro que los jefes querrán destrozar, pero no dejaré que lo hagan.
Además, los chicos estarán de acuerdo conmigo, lo sé, porque en todo este
tiempo que llevo con ellos he podido comprobar que nos aman al igual que
nosotras les amamos a ellos, y eso es mucho.
Quiero organizar una quedada como esa que hice en Londres, pero en cada sitio
al que vaya con ellos de gira. Sería perfecto, maravilloso, sería la mejor
forma de que muchas chicas conociesen a sus ídolos al igual que yo lo he hecho.
Pero pienso hacerlo totalmente gratis, para que cualquiera pueda conocerles. No
quiero limitar la felicidad de estas chicas a un puñado inútil de billetes. Y,
¿quién sabe si alguna de ellas termina siendo del grupo, al igual que lo somos
nosotras? ¿Y si acabamos con una nueva amiga o amigo? Aunque eso ya son
palabras mayores, me emociona el simple hecho de que una fan que probablemente
olviden en el mismo día les abrace, porque justo en ese momento ellos y la
Directioner en cuestión están juntos, y tanto como sus pensamientos como sus
sentimientos se unen en abrazos con fuerza, fotos con sonrisas y ojos llorosos.
Sí, definitivamente quiero hacerlo. Tengo que decírselo a los
chicos y a Dani en cuanto lleguemos allí. Sé que me va a costar, porque yo solo
estoy aquí para acompañar a los chicos, no tengo poder en el grupo, pero...¿Hay
algo malo en intentarlo?
-¿Qué quieres ahora...?- Finalmente, Niall me habla con los
ojos aún cerrados y algo molesto de que le haya dejado dormir tan poco, pero me
da igual y vuelvo a gritarle.
-¡Las fans ya no nos odian!- Le pillo desprevenido al
abrazarle y ni siquiera le dejo tiempo para que levante sus brazos. De repente,
se separa de mi y se pone de pie a toda velocidad.
-¡Dani!- Dice, y en seguida me giro a tiempo de ver como Dani
se pone de pie sujetando la mano de Liam. Luce un color blanco pálido en la
cara que ha pillado ahora mismo, ya que hace un momento estaba bien.
-¡Tía!- Le agarro la
otra mano y en seguida me la aprieta hasta el punto de que duele. Gira su
mirada hacia mi y me estremezco ante su expresión de dolor. Tiene los labios de
un tono violeta extraño y todo apunta a que está a punto de potar.
-Venga, corre, vamos al servicio.- Digo, y en seguida
Liam y Niall nos siguen por detrás hasta que entramos al baño del jet y se
quedan en la puerta. Es tan pequeño que hasta yo debería salirme, pero no puedo
una vez que le sujeto su larguísimo pelo rizado y ella empieza a echarlo todo.
Solo con el olor y la primera bocanada me dan ganas de
vomitar a mi también, pero me mantengo firme mientras le quito el sudor frío de
la frente con la mano. Al rato ya me he acostumbrado al fuerte olor y lo único
que tengo que hacer es no mirar la pota, la cual parece no parar.
-Tranquila, no pasa nada, respira, cálmate...- Le digo, al
verla tan alterada que parece que se va a echar a llorar.
Por fin separa su cara del retrete y cae de rodillas en el
suelo echando su cabeza hacia atrás. Le limpio la boca y le cojo una coleta con
una goma del pelo que menos mal que llevaba en la muñeca. Ella se levanta un
poco para poder caer sentada sobre la pared. Tiro de la cadena y abro la puerta
para que se despeje el sitio. Liam y Niall siguen fuera, y yo me salgo de allí
para Liam entre.
-¿Estás mejor?- Dice, cogiéndole suavemente de las manos.
Dani solo asiente y en seguida llega Paul con un vaso de agua y la ayuda a
levantarse de allí. Todos volvemos a los asientos.
-Estas cosas os pasan por corretear por ahí.
-¡Venga ya, Paul!- Le digo, dándole un mini puñetazo en la
espalda en señal de protesta.
-Bueno, vale, quizás no era por eso, pero sentaros y
abrocharos el cinturón, que vamos a aterrizar y no quiero que ninguno más acabe
vomitando.
-Como con cada viaje me ponga así, lo voy a pasar fatal...-
Dice Dani, y todos nos centramos en ella porque al fin ha sacado fuerzas para
hablar.
-Eso han sido los nervios del viaje, no te preocupes, verás
como cuando lleguemos se ha pasado todo- Intenta calmarla Niall.
Max, el piloto, nos anuncia que vamos a aterrizar en unos
minutos y en seguida hacemos caso de las indicaciones de Paul.
Al rato, Dani puede salir del jet sin tambalearse, eso sí, no
suelta la mano de Liam para nada. El aire fresco que entra al abrirse la
compuerta le hace respirar hondo hasta el punto de esbozar una pequeña sonrisa
de alivio.
Y ahora, ahora es cuando el viaje empieza. Creo que no lo he
asumido hasta este momento en el que mis pies bajan por las escaleras de la
compuerta. El sol cae tan intenso que pica en la piel y yo me pongo mis gafas
de sol mientras bajo con pequeños saltitos hasta tocar el asfalto. No puedo
parar de sonreír andando con pasos firmes y rectos, la primera de la fila
después de Paul, al que seguimos en camino de nuestro transporte.
-Os quiero firmes hasta el coche, eh, nada de pararse a
firmar, vamos con prisa.- ordena Paul.
-Deja de mirarme.- Le digo, cruzándome de brazos.
-Tengo motivos.
Tras recorrer unos cuantos pasillos acabamos en unas puertas
grises que dan a la calle, y nada más abrirlas una avalancha de fans casi nos
cubre si no fuese por un pasillo creado por guardias para nosotros. En seguida
agarro todos los papeles que puedo y se los tiro a Liam y a Niall para que los
firmen. Dani me ve y me ayuda hasta más rápido y eficaz de que yo, con varios
puñados de libretas y bolígrafos que empuja sobre el pecho de los chicos cuando
ellos no pueden coger más cosas.
Me motiva muchísimo estar haciendo esto, sobre todo por las
palabras que nos gritan. Oigo de todo: "Te amo" "Liam, eres mi
héroe" "Gracias por salvarme, Niall" "Decidle a los chicos
que les queremos" "Dani, gracias por todo" "Marina, eres la
mejor..."
Paul nos lanza miradas asesinas cuando aún seguimos en el
pasillo y las puertas están abiertas listas para que pasemos al coche.
-¡Ya, adentro!- Grito. Devolvemos cada autógrafo a su dueña
o a alguna chica cercana, ya que no recordamos cada cara de cada papel, y nos
tiramos en el interior.
-No juguéis conmigo...- Nos advierte Paul, pero yo opto por
lo de siempre: sonreír y no tomarle en serio.
No pasan ni 20 minutos cuando llegamos al hotel donde se
están alojando estos días. Esta vez no hay fans, ya que pasamos por una puerta
distinta, alejada de la principal y de otras secundarias, en las que se
encuentran aparcados los dos autobuses con los que viajan, la furgoneta y otros
vehículos.
Entramos al hotel por una salida de emergencia que nos lleva
tras unos pasos a la recepción. Es el típico hotel lujoso en el que se suelen
alojar, pero este tiene un toque veraniego y tropical que me recuerda a que el
verano (al menos, allí en España) está muy cerca, y eso me gusta.
En unos sillones de cuero marrón, toqueteando las revistas
que sirven para entretener a los clientes que esperan y haciendo ruido
que suena en toda la sala, están ellos. Tan tontos como siempre.
Salgo corriendo haciendo que todos los clientes
refinados me miren al esquivar a toda velocidad a la gente y llego a su altura.
Sin detenerme, me lanzo encima de Zayn, el cual al verme venir se había
preparado con las piernas flexionadas y los brazos abiertos.
-¡Joder, Zayn, te quiero! ¡No sé cómo agradecerte que hayas
tenido esta idea!
-Me conformo con que te portes bien y no la líes mucho.-
Dice, riéndose a la vez que mueve sus manos en mi espalda, haciendo aún más
intenso nuestro abrazo. Me revuelve el pelo al separarme de él y percato que se
queda mirándome con media sonrisa en el rostro mientras voy a por Harry.
-Al final lo habéis conseguido.- Dice, poniendo una de sus
grandes manos sobre mi cabeza, haciéndome sentir aún más pequeña de lo que soy.
-Y más cosas que tengo que lograr, ya verás.-Digo, perdiendo
mi mirada en el suelo, pensando en mi plan.-Abrázame, anda.- Me obedece y tras
un rato, me voy con Louis.
-Voy a gorronearos igual o incluso más que cuando estábamos
en Londres- Le advierto.
-¡Eh, que te mando a España otra vez!
-Sé que no serías capaz.
-Sabes mucho- Finalmente me abraza, pero en seguida Paul nos
llama para contarnos la organización que vamos a tener durante los viajes en autobús.
Louis me pasa su brazo por detrás de la nuca y yo hago lo
mismo en su cadera. Con risas y discutiendo con quién voy a dormir incluso
antes de llegar a los autobuses, Paul nos lleva y una vez allí, solo Dani y yo
entramos. Los demás se quedan fuera jugando con un balón que ha sacado Niall de
la furgoneta.
Es el autobús más grande en el que he estado en mi vida. Muy
pequeño para dormir mucho tiempo, pero muy grande para ser un autobús. Una
puerta se abre automáticamente al pulsar Paul un botón y pasa a un pasillo con
huecos de telas rojas cerrados con cremalleras a ambos lados.
-Este es el autobús donde duermen las bailarinas, Lou
Teasdale, la coreógrafa... Estas dos serán vuestras camas.
Nos abre dos de las telas rojas con cremalleras y nos muestra
dos colchones con varias mantas y una almohada doblados en las esquina,
preparados para utilizarse. Los colchones son suficientes para una persona,
pero poco para dos. Muy bien pensado para un viaje. El de Dani se encuentra en
la parte de abajo, pero al mío debo subirme por unos pequeños escalones que hay
en el suelo.
-Y aquí, al final- Paul abre una puerta blanca- está el baño.
-Qué preparado todo.- Comenta Dani.
-No se nos escapa ni un detalle, ¿verdad?- Paul sonríe
orgulloso.
-¿Y dónde dejamos las maletas?- Pregunto yo.
-En el compartimento del autobús, por fuera. Pero ahora mejor
las subís a las habitaciones, aún no necesitamos dormir aquí.
Salimos de allí quedándonos con el lugar de nuestras camas,
pero Paul interrumpe nuestro paso.
-Se me olvidaba decir una cosa...No podéis iros al otro
autobús. Cuando viajamos y dormimos aquí, necesitamos mucha organización, y
bastante locos están ya como para que vosotras los pongáis peor. Cada uno a su
cama.
-¡Paul!-Gritamos al unísono.
-¡Tenía que decirlo!- Sonríe.
-Debes pensar fatal de nosotras...-Dani suspira.
Subimos a las habitaciones, pero ni siquiera nos molestamos
en entrar en las nuestras cuando cada una estamos en las de Liam y Niall. La de
Niall es sencilla en comparación con las de los otros dos hoteles en los que he
estado, pero yo lo único que busco de ella es una buena ducha que me relaje
después del largo viaje.
Ahora nos vamos a un ensayo de las bailarinas, así que me
visto con unos vaqueros y una camiseta de las más sencillas. Ni siquiera me
molesto en maquillarme o en hacerme nada en el pelo.
Otra vez volvemos a los típicos trayectos de radio a toda voz
en la furgoneta negra, esta vez para dirigirnos a Foro Sol, dónde será el
concierto en unos días. Dani y yo nos apresuramos a entrar una vez que hemos
llegado.
Nos hacen pasar por un par de puertas hasta que acabamos en
el césped del gran campo de baseball. Dani y yo paseamos hasta una de las bases
sorprendidas del montón de gente que puede caber aquí y luego, presas de la
alegría del momento, nos ponemos a imitar un partido de baseball intentando
marcar acento americano.
-¡Y batea la pelota! ¡Home
Run!- Grito eufórica, dando una vuelva sobre mi misma. Al acabar de darla
me encuentro a Harry mirándome intentando aguantarse la risa, pero no puede y
me da la mano para dirigirnos al escenario.
-Anda, cálmate, que te va a dar algo.- Me dice.
El escenario no está montado del todo, pero está lo
suficientemente bien como para que las bailarinas puedan ensayar sus bailes en
estos días. Conforme vamos llegando reconozco a Raquel sobre el escenario,
haciendo una de sus raras piruetas.
-¡Raquel!- Grito, y ella deja de bailar para saltar del
escenario.
-¡Por fin estáis aquí! ¿Qué tal el vi...
-¡Eh! ¡Dani y Marina!- Sofía llega por detrás.- ¡Que ya han
llegado, salid!- Avisa a las demás y en seguida salen todas por diferentes
huecos y saltan hacia donde estamos nosotras. Nos abrazamos entre comentarios y
preguntas del viaje como la que iba a formularnos Raquel.
Al rato la coreógrafa, que ahora que lo pienso aún no sé su
nombre, aparece y todas muy obedientes suben al escenario y ensayan Kiss You.
Los chicos y nosotras nos sentamos en el césped a verlas, y no puedo evitar
twittear una foto de las chicas en acción y otra que nos hacemos todos juntos
haciendo que Harry, que tiene el brazo más largo, sujete el móvil para
acapararnos a todos.
-El más pequeño y el que más grande lo tiene todo...-Comenta
Niall.
-¿Y tú cómo sabes que lo tiene todo grande?- Le pregunto,
pero casi no puedo de las carcajadas que me produce el doble sentido de la
pregunta.
-¡Eres una malpensada!- Dice, y se tumba en el césped dándome
la espalda.
La hora de comer se acerca y empezamos a desesperarnos por tener
un trozo de algo en la boca, así que le toca a alguien ir a por comida. Todos
optamos por el McDonalds, y como me apetece salir e investigar qué tenemos
alrededor, me ofrezco a ir.
-Yo te acompaño- Dice Zayn. Ambos salimos de Foro Sol
asintiendo con cansancio a todas las indicaciones y consejos de Paul, como cada
vez que tenemos que salir a la calle.
Es muy raro esto de montarse en la furgoneta sin los
empujones de Louis y hacerlo con la tranquilidad que caracteriza a Zayn. Me
monto en el asiento del copiloto y no tardo nada en apoderarme de la radio y
sintonizar alguna cadena que esté poniendo una canción que me guste. Dejo una
en la que está sonando “Grenade”, de mi querido Bruno Mars, y no puedo evitar
cantar con ganas y emoción sin importar que sea una canción lenta y triste, ya
que con ésta me empezó a gustar Bruno y me trae muchos recuerdos.
-A mi también me encanta Bruno Mars- Dice Zayn, arrancando la
furgoneta.
-¿Habéis tenido la oportunidad de conocerle?
-Aún no, pero estoy deseando que coincidamos en algunos
premios o algo así...
-Seguro que conocéis a un montón de famosos.
-¡Pues la verdad es que sí!- Por un segundo corta la
conversación y se concentra en la carretera.- Pero algunos para nosotros no son
famosos, son amigos.
-Como Ed Sheeran.
-¡Ah, hace tiempo que no le vemos! Sí, él es muy amigo
nuestro. Muy buena persona, por cierto.
-Y Cher
Lloyd.
-¡Sí, Cher! La
conocemos desde The X Factor, mucho tiempo...
-Y las chicas de Little Mix, por supuesto.- Digo, levantando
los brazos en señal de que es obvio.
-¡Jajajaja! ¡Claro!
Le observo detenidamente mientras programa el camino hacia el
McDonalds más cercano en el GPS. Se le queda media sonrisa que hace que sus
grandes ojos oscuros de pestañas que lo son más aún se achinen. Algún recuerdo debe
rondarle la cabeza.
-Echas de menos a Perrie, ¿verdad?
Suspira levemente.
-Muchísimo. Y yo no puedo traerla de gira, ya que ella está
preparando sus propios proyectos como cantante…
Paramos en un semáforo en rojo y esta vez me mira a mi para
seguir hablando.
-Por eso me puse a pensar en cómo hacer que tu vinieses con
nosotros. Tener a la persona que amas lejos de ti es muy duro. Niall a veces
puede confundir con su actitud ante los demás, pero en realidad es muy
sensible. Liam podría aguantar otros 5 meses sin Dani, está acostumbrado por la
cantidad de veces que se ha ido lejos de Danielle, pero yo sé que Niall no lo
hubiese asumido bien. En estos 5 meses, en ciertos días, estaba ausente,
callado, y muchas noches en el autobús se le oía dar vueltas o cantar “My
Paradise” en susurros.
Centro mi mirada en la carretera y esbozo una sonrisa que
contiene mucho cariño. No sabía esto de Niall, aunque debería suponerlo. Mis
labios se curvan aún más mientras Zayn me cuenta cómo me ha estado echando de
menos todo este tiempo.
-En el grupo todos sentimos la necesidad de cuidar de Niall.
Puede ser muy débil. Supongo que por eso las ideas iban fluyendo en mi cabeza
hasta que di con esa.
-Y aún estoy pensando en cómo agradecértelo. En serio Zayn,
me has dado la oportunidad de estar con él. Eso es muchísimo, eso lo es todo.
-Lo sé, lo sé.- Vuelve a sonreír mostrando sus perfectamente
alineados dientes.- Y, para qué engañarme, también empecé a pensar soluciones
para que vinieseis porque me recuerdas a Perrie.
Esta vez le miro extrañada.
-¿En serio?
-Sí. Cuando nosotros nos estábamos conociendo éramos muy
parecidos a ti y a Niall. Al contrario que Liam y Danielle, a nosotros nos
costaba quedarnos solos o decirnos lo que sentíamos, como tu y él. Y ella
también ha pasado por los insultos por los que vosotras estáis pasando. Supongo
que esa necesidad de cuidar de Niall ahora también la siento por vosotras dos.
Paramos en otro semáforo en rojo. El McDonalds ya puede
divisarse desde aquí.
De un impulso alargo mis brazos y me aferro a su tronco, él no duda en abrazarme también antes de volver a ponernos en marcha.
De un impulso alargo mis brazos y me aferro a su tronco, él no duda en abrazarme también antes de volver a ponernos en marcha.
-Eres el mejor, Zayn.
-Creo que me he puesto muy cursi, ¿no crees?- Me suelta una
carcajada.
-Puede que sí...¡Ah! ¿Pero sabes qué? ¡Ahora parece que las
fans nos aman!
-¿Sí?- Me lanza ciertas miradas con sorpresa mientras intenta
seguir atento al volante.
Mientras que llegamos al McDonalds y pedimos una cantidad de
comida impresionante, le enseño los tweets de las fans, los mensajes con esa
chica inglesa que tiene un autógrafo de Louis gracias a mi, y hasta me atrevo a
contarle mi plan para que más chicas como ella puedan conocerles.
-¿Cómo cuando organizaste esa quedada en Londres?
-¡Sí! ¿Te acuerdas?
-Claro que me acuerdo, nos lo pasamos muy bien. Pero Marina,
lo vas a tener muy difícil.
-Pero... lo quiero intentar.
-Y yo seré tu chófer. Te llevaré a todas las partes en las
que organices una quedada.
Volvemos a sonreírnos y con la furgoneta oliendo intensamente
a comida, volvemos con los demás.
-¡Comida!- Al gritar eso Louis, todos los demás corren hacia
nosotros y nos arrebatan las hamburgesas, patatas, y bebidas de las manos.
-También hemos traído cervezas.- Anuncio, y Niall me abraza de lado pillándome los brazos antes de cogerse una.
Observo a las bailarinas hacer una última coreografía antes
de comer. Aplaudimos y vitoreamos mientras ellas saludan y la coreógrafa las
manda a cambiarse al interior del escenario.
Al rato aparecen todas como una estampida y se tiran
desesperadas a por la comida.
-¿Para qué sirve bailar, si ahora nos hinchamos de comer?-
Comenta Paula, riéndose.
-Bailamos porque nos gusta, los kilos dan igual cuando traen
comida del McDonalds. ¡Pasadme una cerveza!- Ordena Mónica.
Al rato hemos hecho un círculo en mitad del campo. A un lado
tengo a Zayn, quién se ha sentado a mi lado cuando hemos venido juntos, y al
otro a Niall. Zayn nos mira preguntándose cómo podemos comer tan rápido.
En el centro del círculo tiramos los papeles, recipientes o cervezas, pero en cuanto alguien dice que no quiere más, las sobras
acaban en el estómago de Niall.
-Aquí faltan Elena y Cristina.- Digo, y en seguida recibo la
aprobación de todos.- Y Perrie- Añado, mirando a Zayn.
-Y Eleanor- Dice Dani mirando a Louis, que le sonríe.
-Y Danielle- Concluye Liam, demostrando una vez más su
madurez y que la amistad entre ellos perdura.
La tarde parece correr en segundos acompañados de anécdotas,
de risas, y hasta de Harry bailando enseñado por Vito y Vane, quienes se han
ofrecido voluntarias a darle unas rápidas clases. Despejamos el centro del círculo para verles
y yo aprovecho para grabarles un rato. En cuanto veo que Harry se da cuenta
salgo corriendo, pero sin embargo no me persigue y sigue atento a un paso que
Vito le está enseñando a hacer, como si quisiese aprenderlo de verdad.
Unas diez cervezas más tarde todos, absolutamente
todos, tenemos una gracia en el cuerpo que nos hace reírnos por nada, pero no
llegamos a estar borrachos. Queda mucho alcohol para eso, pero tenemos la
suficiente bebida en el cuerpo como para empezar a confesar cosas e historias a
la luz de un intenso atardecer en el cielo.
Cada uno contamos un poco de nuestra vida, empezando por los
“no-famosos”, por así decirlo. Nos vamos enterando de pequeños detalles de la
vida de cada uno, de ex-novios y otros rollos, de padres, hermanos y mejores
amigos, de estudios o de baile, de que Mónica tiene orígenes alemanes, o de que
Vane ganó un concurso de baile a los tres años, o de que Frai tiene novio y se
llama Pablo.
-Le quiero muchísimo- Dice, enseñándonos en su móvil la foto
de un chico de ojos verdes muy expresivos y pelo castaño claro.
Dani y yo relatamos por turnos nuestra llegada y estancia en
Londres. Al final acaban saliendo los nombres de Johanna, Ana, Amy, Mel, Molly,
Jake, Josh, y cómo no...David.
Se hace el silencio cuando cuento lo que pasó con David,
incluso por parte de los que ya lo sabían. Cuando termino, Niall me coge la
mano y dice en voz alta:
-Cuando volvamos a Londres, pienso meterle una buena paliza.
Me río de su falsa faceta de chico duro e ignoro sus palabras
porque sé que él no es de esos.
Luego empezamos a lanzar preguntas al azar a “los famosos”,
cosas de sus vidas antes de serlo o simplemente preguntas cómo “¿con cuántas te
has acostado?” que no nos cortamos ni un pelo en decir.
-¿Quién te gusta, Harry?- Dice de repente Vane, y todos nos
centramos en él, especialmente yo. Había olvidado por completo que sigo
haciéndole daño a Harry.
Mientras todos le acosan a comentarios yo miro pensativa al
suelo, reflexionando sobre estos últimos días junto a él. Se le veía bien,
sonriente, normal. Aunque claro, una persona tan acostumbrada a recibir
críticas por parte de los medios es profesional en eso de aparentar estar bien.
Por un momento se me viene la imagen de él y Cristina hablando en la sala de
espera de la entrevista. Luego se fueron corriendo fuera del edificio, dados de
la mano. Ahora que lo recuerdo, también me acuerdo de que sonreí orgullosa, ya
que por un momento parecía haber encontrado otra sonrisa por la que suspirar.
-¡Seguro que es Cristina! ¡Confiesa, Harry!- Grita en ese
momento Sofía, y yo me altero al comprobar que ha adivinado mis pensamientos.
Harry se limita a sonreír centrando sus ojos verdes en el
suelo y a negar con la cabeza. Finalmente le dejan en paz porque Paul aparece y
nos ayuda a recoger para volver al hotel, ya que la noche se está echando sobre
nosotros y, según Paul, mañana los ensayos de las bailarinas son antes por
cuestiones de organización.
-Dani, Marina, mañana os presentamos a vuestros profesores y
empezaréis las clases.
Asentimos mientras todos recogemos los papeles del césped o
regañamos a Louis, Frai, Mónica o Vane para que no se escaqueen. De repente
choco con Harry, quien estaba recogiendo en frente mía, y me sonríe con ganas.
-Tengo que contarte algo.- Me susurra, muy ilusionado.
-Pues, a ver, dime.
-Me gusta alguien.
Solo con el tono y el contexto me doy cuenta de que ese
alguien ya no soy yo, lo que me hace sonreír aún más que él y hasta querer
abrazarle, pero no lo hago porque todos empezarían a preguntar por qué lo hago.
-Y la afortunada es...- Digo, empezando la frase.
Levanta una de sus manos y con el dedo me señala a la chica
en cuestión. Intento mirar hacia la dirección del dedo con disimulo, ya
sorprendida de que ella se encuentre aquí, entre nosotros.
Me tapo la boca en un intento de no gritar de alegría cuando
veo que se refiere a Vito.
¡Le gusta Vito! ¡A Harry le gusta Vito! Ya no solo es
felicidad porque no está sufriendo o porque ya se ha olvidado de mi, es porque
se ha fijado en una de las chicas más divertidas y amigables que hay aquí.
Además, por lo poco que sé de ella, es buena persona. Me sacó medio
inconsciente de la discoteca y luego fue la primera persona junto a mi prima en
buscarme para comprobar que estaba bien a la mañana siguiente. Eso dijo mucho
de ella.
Al fin salgo allí, incluso más contenta de lo que había
entrado.
Elena y Cristina vuelven a encontrarse en la misma situación
del día anterior: gastando una increíble cantidad de dinero llamando a Marina desde
Londres, pero Elena necesita hacerlo. Necesita saber que él va a estar bien y
necesita quitarse ese estúpido sentimiento de culpabilidad que le está
amargando los días.
Cristina, a su lado, le agarra la mano con fuerza. Cruzadas
de piernas sobre el sofá escuchan cómo el sonido del móvil inunda el salón de
la casa llamando a Marina. Al rato su voz suena y Elena se adelanta a hablar.
Cristina asiente orgullosa de que por fin vaya a tener el valor de
confesárselo.
-¡Elena! ¿Pero por qué llamas? ¡Te vas a gastar mucho
dinero!- Saluda alegre.
-Hola...Lo sé, pero es importante. ¿Puedes hablar? ¿Estás
sola?
-Un momento.- Nota que el tono de voz de Marina se agrava al
comprobar por las palabras de Elena que no es una buena noticia lo que va a
decirle.
-Ya, dime.
-Vale, a ver, estoy con Cristina.
-Hola- Saluda ella.
-Hola- Le contesta.
-Y necesito que me escuches muy atentamente y que no me
interrumpas hasta que termine, entonces me haces todas las preguntas que
quieras.
-De acuerdo.
-Gracias, Marina, de verdad.
Y se lo confiesa todo. Las bebidas de más aquella noche, el
encuentro con él, ese grave error que cometieron con Frai de testigo, las
constantes amenazas y el miedo a que acabe con la relación de su amigo y su
amiga.
Tras unos segundos eternos de silencio, Marina habla con la
voz entrecortada.
-Estoy en shock. Déjame asimilarlo todo porque me lo has
contado tan a la vez que... Que estoy hecha un lío.
-Lo comprendo...
Un rato después, se oye un suspiro al otro lado del teléfono.
-No deberías sentirte tan culpable. Es verdad que no tendrías
que haberlo hecho pero fue un error, tu no querías. Y Frai... ¡es que es tan
raro! Se la ve tan sociable, tan abierta y amable con la gente, que parece
increíble que te esté amenazando... Y que quiera acabar con la relación de...
-¡Lo sé, tía, lo sé!- Grita un tanto desesperada Elena.- ¡Y
yo no quiero que terminen, ellos dos están geniales juntos!
-No pienso permitir que se meta en esa relación. Me da
igual si tengo que ponerme borde con ella. Lo que es extraño es que hoy nos ha
contado que tiene novio. Se llama Pablo y nos ha enseñado una foto suya, y ella
estaba al lado, muy sonrientes los dos.
-Será un farol.- Razona Cristina.- O quizás sí que sea su
novio, pero lo tendrá como una marioneta.
-Esto es un lío enorme...
-Lo sé, Marina, pero dime que vas a ayudarme.
-Te lo prometo, te lo juro y te todo. Eres mi Elena, y ellos
son mis amigos, no pienso permitir que os pase nada. Pero piensa que yo sola no
puedo pararle los pies.
-Por favor, cuéntaselo solo a Dani. No soportaría que lo
supiese más gente, me arrepiento muchísimo de haberlo hecho, me siento una
mierda de persona...
-Vuelvo a repetírtelo: no es tu culpa....Ah, joder, que viene
Niall, hablamos luego.
Marina cuelga en seguida y Elena suspira algo más aliviada
que antes sabiendo que ahora Frai tiene a alguien cerca que le destroce sus planes.
AY POR DIOS QUE BONITOOOOO !!! ME ENCANTA , ESQUE ES TAN ASDFGH. VA A VOLVER A SER COMO EN LONDRES , TODOS JUNTOS ASDFG. ES TAAAAAN PERFECTOOOO. LOS CHICOS SON ABSOLUTAMENTE ADORABLES. Y ELENA, ME DA MUCHA PENITAAAAAAA, Y HARRY, QUE SE NOS HA ENAMORADOOOOO !!!!
ResponderEliminarTU NOVELA ES PERFECCION. UN BESO MUY FUERTE. SUBE PRONTO PORFAPLIIIIIS.
@patriortega12 / @loulinizarries
CARIÑO SIENTO MUCHO NO HABER COMENTADO DESDE HACE TANTO! NO TENIA PORTÁTIL Y LO LEÍA DESDE EL MOVIL. QUE SEPAS QUE ME ENCANTA Y GFRUIJODEFRGTHFRUG ESTOY ENAMORADITA DE ESTA NOVELA. BY: FUCKFOOLS
ResponderEliminarPer-fec-to ;)
ResponderEliminarSigue asi.
By: @mirita_15