miércoles, 25 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 12.

Salto sobre él y le como la boca en forma de pequeños pero muy seguidos besos mientras, sin ni siquiera saber por qué, me río a grandes y sonoras carcajadas. Él, sorprendido de mi reacción, me agarra las piernas como puede e intenta alcanzarme el número de besos, pero al final cede y me deja en el suelo, apoyando su cabeza sobre mi hombro y posando sus brazos a mi alrededor.
-¿Cómo has entrado, si no te he abierto el portal?
-Una vecina tuya entraba en ese momento, y menos mal, porque si por ti fuese me hubiera quedado en la calle, pasando frío...- Finge estar enfadado pero, sin embargo, me aprieta más aún contra él.
-¿Pero qué hacéis aquí? ¿Y los demás? ¿Y Paul?
-¡Paul ha venido con nosotros! Pero se ha quedado en un hotel. Oye, deja de preguntarte cosas, ¡estoy aquí, no le des más vueltas!
Se separa de mi y me mira de arriba a abajo.
-Que buen recibimiento.
-¿Por qué..?- Corto mi pregunta al percatarme de que me he montado encima suya en bragas y con una sola camiseta puesta. Eso sin mencionar  la coleta alta ya medio desecha y la cara de muerta por todas las horas de sueño que tengo que dormir.- Esto sí que es provocar...- Dice, soltando un silbido.
-¡Venga ya!- Le digo, dándome la vuelta para pasar a casa tirándole bruscamente del brazo. Pero antes de que entremos también me lanzo a abrazar a Liam, que me da un tierno beso en la frente. Dani y Niall se abrazan mientras ella dice "estáis locos", igual de alegre que yo. Nos lanzamos al sofá y les suplicamos que se sienten y hablen sin ni siquiera molestarnos en ponernos algo más de ropa.
- Necesitamos una explicación porque, ahora mismo, no sé ni que decir ni que hacer ni nada, solo quiero gritar o algo, joder.- Digo, moviéndome de un lado para otro en el sofá. Mientras ambos nos ignoran haciéndose de rogar, yo me apodero de varias Coca Colas y cervezas para ellos. Como era de esperar, Niall corre hacia mi al traerlas.
-Mi chica me trae cervezas en bragas, ¡soy feliz!
-¡No me cambies más de tema  y explicadme por qué estáis aquí!- Digo, esquivando el beso que me iba a dar. Me tiro al sofá sacándole la lengua y él cede sentándose. Toma un trago de su cerveza mientras Liam comienza la explicación.
-Cuando íbamos a Portugal tuvimos otra reunión para decir que al final no veníais con nosotros. Nos preguntaron el por qué, y al explicarlo una cosa llevó a la otra y acabamos buscando soluciones.
-Y dimos con la más adecuada.
-¡¡Pero decirlo ya!!- Dani salta en su asiento igual de ansiosa por escucharles que yo.
-Hemos contratado a unos profesores particulares para que vengan en el tour. Les pagamos nosotros y os prepararán para los exámenes.
-¡¿En serio!?- Grito yo, pegando un gran salto.
-¡¡No puede ser!!
-¡¡Dani, si puede ser!!- Le digo, volviéndonos a dar las manos como antes, solo que nos damos cuenta de que están aquí y no dudamos en volver a lanzarnos, esta vez encima de ellos. Niall mueve la cabeza y señala hacia sus piernas pidiéndome que me siente encima suya, y así hago mientras ellos se ríen cada vez más fuerte.
-Pero, ¿y cómo habéis venido...?
-Joder, contadlo todo, absolutamente todo.
Conforme ellos van contando con detalles extra de risas o de anécdotas sobre el día que han pasado hoy, nos acomodamos en el sofá cada vez más relajados, dejando los nervios de la sorpresa a un lado y arrasando con el frigorífico.
Resulta que han contratado a cuatro profesores que van a venir con nosotros en el tour y van a darnos clases a mi y a Dani, y nos llevarán en el jet a dónde haga falta para hacer los exámenes que tengamos. Está todo aprobado por sus jefes y ya solo falta ir a la universidad y solucionar unos cuantos asuntos, ya que han llamado y está casi todo hablado y solucionado.
-Dani...- Digo, casi en susurros.
-¿Qué?
-¡¡Que nos vamos de tour!!
Ahora ambas nos levantamos y nos abrazamos de forma bestial, casi cayendo al suelo, incluso más emocionadas que antes sabiendo lo que nos espera. Veo como Niall y Liam se chocan las manos atrayéndose el uno al otro para repetir nuestro gesto.
-Pero tía...
-¿Qué?
-Es que no me lo creo.
-¡Pues hazlo!
-No sé, ¿y nuestros padres...?
-Danielle Robles- Pronuncio su nombre con voz alta y firme, levantando la cabeza e intentando poner mirada seria con un toque de enfado y convicción.- Ya no tenemos ningún motivo para quedarnos, y unos 19 años bastante avanzados, ¿algo más que decir?
-No, señora Gijón- Contesta, llevándose una mano a la frente como si fuese un soldado.
-Pues mañana les llamamos para decirles que nos vamos, pero ahora, por favor, vámonos a la cama.- Termino el día ahí, dando el último trago a mi sexta Coca Cola y haciendo el mismo gesto que había hecho Niall antes para que me sentase encima suya, pero esta vez refiriéndome a la cama.
-No hagáis mucho ruido y usad protección.- Nos dice Liam con todo el cachondeo posible, antes de meterse en la habitación de Dani, cogiéndola a ella de la mano.
Niall se queda pensando qué contestación ingeniosa darle, pero opta por para de él.
-Lo mismo digo, algunos queremos dormir.- Le dice, a lo que Liam contesta riéndose bien fuerte.


Cierro la puerta y respiro hondo antes de darme la vuelta. Los nervios de hace unas horas están volviendo, y para qué mentir, esas ganas increíbles de destrozarnos los oídos a gritos también.
Voy a encender la luz pero me doy cuenta de que eso estropearía la situación, la cuál ahora mismo es perfecta.
La pequeña ventana de mi cuarto deja entrar una brisa fresca, no demasiado fría, y la luz de la luna cae sobre la cama iluminándola lo suficiente como para ver lo que hacemos. Niall se pasea por la habitación en cuatro o cinco pasos, ya que es pequeña, observando todos los posters y fotos que tengo por las paredes.
-¿Sigues teniendo posters?
-Aunque quisiera dejar de hacerlo, no podría. Es ver una revista con posters vuestros y comprarla.
Se ríe mientras observa una foto especialmente grande. Es así a propósito, porque quise que saltara a la vista al entrar a la habitación. En ella salimos él y yo montados en el autobús rojo que nos consiguieron para dar una vuelta en Londres todos juntos, como si estuviéramos en el vídeo de One Thing. El día se estaba acabando, así que detrás nuestra pueden verse las primeras luces de la noche en Londres más algunas de los coches que pasaban por la misma carretera. También se observa un cielo lleno de pequeñas nubes que se juntan hasta quedar aglomeradas en el horizonte coloreado de tonos amarillos y naranjas, parecido al cielo que he visto esta mañana en el tren.
Parecería la típica foto bonita de una pareja enamorada si no fuera porque salimos con la lengua fuera y una postura rara. Uno de mis brazos está apoyado en su cuello y con la mano le cojo la cabeza, la cuál recuerdo que atraje hacia mi para salir juntos en la foto. Él puso su mano en mi mejilla hasta juntar mi cara con la suya, y con una de sus piernas me agarró de la cintura. También recuerdo que grité "¡Me acosa, socorro!" mientras me reía de sus estrepitosas carcajadas en cuanto a mi comentario. Súbitamente vimos el flash de la cámara y sacamos las lenguas a la vez.
-Somos gilipollas, pero nuestras fotos son las mejores.- Dice, asintiendo con la cabeza.
Se queda observándola unos segundos, de pie en frente de ella, con las manos metidas en los bolsillos y media sonrisa llena de memorias.
-Ahí ni siquiera estábamos juntos- Le recuerdo, poniéndome a su lado.-Supongo que era cuestión de tiempo.- Le sonrío.
-Supongo.- Hace una pausa para mirarme.- En aquellos días no me atrevía a hacerte esto.
Alarga sus manos hacia mi cadera y tira de mi hacia arriba hasta que acabo de puntillas a la altura de sus labios. Me besa muy lentamente, incluso mordiéndome la lengua y los labios, cosa que ha aprendido de mi de tantas veces que se lo he hecho. Me apresuro a hacer lo mismo mientras llevo mis manos a su pelo. Siempre lo hago y dejo que se pierdan ahí. Cojo puñados de su cabello rubio y jugueteo con él mientras mi lengua lo hace entre sus dientes.
Por un momento, me separo y abro los ojos. Pillo a él abriendo los suyos, los cuales brillan y muestran su fuerte azul sin importar la poca luz que hay.
-Niall.
-¿Qué?
-¿Lo de dormir iba en serio?
Sonríe tímidamente al suelo. Las manos que estaban en mis caderas ahora me abrazan. Termino apoyando mi barbilla en su hombro mientras él me susurra la respuesta al oído:
-Sí.
Pestañeo a la vez que frunzo el ceño.
-¿En serio?- Pregunto, ahora en voz alta.
-Shhh- Dice, poniendo una de sus manos sobre mi boca. Ahora se ríe de mi, viendo la cara que se me ha quedado.
-¿Qué parte de "ya sé el lugar perfecto para terminar lo que dejamos a medias en el backstage" no has entendido?- Dice, recordando nuestra conversación anterior.
-¿No era este al lugar al que te referías?- Mi asombro aumenta por momentos.
-No, lo siento.
-¿Y cuál es?
-¡Sorpresa!- Dice, exagerando la sonrisa y haciendo un movimiento raro con las manos. Totalmente confundida me cruzo de brazos y me doy la vuelta.
-¡Pero no te enfades!- Dice, poniéndose delante mía mientras se ríe más y más.
-¡¡Mira que os he dicho que no hagáis ruido!!- Grita Liam desde la otra habitación. Ahora Niall se agarra la barriga por el dolor de la risa y cae bruscamente sobre mi cama, con las piernas en alto, la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados con fuerza. Su risa se hace más y más sonora.
-Pues a mi no me hace gracia- Digo, mientras, poco a poco, me rindo ante lo adorable que es y sonrío.
Rodando se va hacia un lado de la cama y da palmaditas sobre la colcha para que me tumbe. Yo le obedezco aún con los brazos cruzados, pero en seguida se me pasa el "enfado" cuando, de repente, se empieza a desnudar.
-¡No juegues con mi confusión!- Ahora la que se ríe soy yo, sin saber qué coño pretende.
-Eh, si vamos a dormir juntos, que sea en igualdad de condiciones.- Dice, quedándose en boxers y con una sola camiseta.
-Eso sí que es provocar- le digo, haciendo énfasis en el "sí"
Vuelve a tumbarse a mi lado, pero antes de caer del todo me susurra al oído:
-Te aseguro que merece la pena esperar.
Se tumba del todo mientras yo digo "me cago en mi puta intriga" en español.
-¡Oye, que las palabrotas las entiendo!- Dice, pasando su brazo por detrás mía. Noto su mano en mi espalda empujándome hacia él. Yo hago lo mismo por encima de su torso y avanzo hasta poner mi cabeza sobre su pecho. Con su otra mano juguetea con mi pelo y yo muero de placer y relajación mientras él recorre mi cabeza a pasos muy lentos con sus dedos.
-Al menos, dame una pista de dónde es.
Vuelve a reírse, pero muy leve. Unos segundos de silencio.
-Es muy especial para mi, pero aún no existe.
-¿Cómo?- Digo, levantando rápidamente la cabeza para mirarle.
-Ya te he dado dos pistas, no pienso darte ninguna más.
-¡¿Qué clase de pistas son esas?!
-Eh, no te alteres- Me responde, volviendo a posar mi cabeza sobre su pecho.-¿ Sabes cuánto tiempo llevo esperando para estar así?
Al decir eso, con el brazo que tengo abrazándole le aprieto más aún.
-Esperando a estar hablando contigo en la oscuridad de una habitación, con tu cabeza sobre mi cuerpo y tu largo pelo esparcido a mi lado para que yo lo acaricie.- Hace lo que está diciendo igual de lentamente que antes.
Tiemblo por un momento al entrar una ráfaga de viento que mueve las cortinas naranjas de la ventana.
-¿Tienes frío?- Me pregunta en seguida.
-Sí, espera, voy a cerrar la ventana- Me levanto con un brazo alargado hacia ella, que se encuentra justo al lado, pero súbitamente la mano que tocaba mi pelo me coge por debajo del pecho y tira de mi hasta que caigo en la cama.
-¿Qué haces?- Me río.
-Prefiero ser yo quien haga que entres en calor- Dice, mientras sus moderadamente musculosos brazos me retienen en la cama. El se arrastra hacia mi poniendo una de sus manos en mi cabeza y haciendo que me ponga sobre la almohada, pero que aún siga con la frente sobre su pecho,absorbiendo su aroma con mi respiración. Pone una de sus piernas sobre mi y me atrae aún más hasta acabar totalmente pegados. Con diferente postura, pero abrazados como antes. Y, de nuevo, vuelve a hacer que me pierda entre el placer acariciándome el pelo hasta estar a punto de caer rendida escuchando los veloces latidos de su corazón.



Intento abrir los ojos pero acabo pestañeando, ya que la luz del sol me da de lleno en la cara. Doblo una parte de la almohada para ponérmela sobre la cara y gruño estirándome.
Giro la cabeza y le encuentro a mi lado, durmiendo tan profundamente que en seguida me estoy quieta para no despertarle. Le observo despacio. Uno de sus brazos aún sigue detrás de mi espalda, débil en el intento de abrazarme toda la noche. El otro descansa sobre mi vientre, y sus piernas finalmente de desenlazaron de las mías y ahora solo están juntas. Aún así, no nos hemos dejado de abrazar y al darme cuenta, puedo decir con la mayor alegría del mundo que esta sensación es única, sensacional, maravillosa, celestial.
Le miro a la cara y algo dentro de mi se enciende. Un instinto protector que me hace querer abrazarle con cuidado al verle tan vulnerable. Sus ojos de pestañas doradas permanecen cerrados con delicadeza y sus labios de color rosado están unidos en una sola línea recta. Tiene el cabello con muchos mechones sobre la frente y otros yendo revueltos a todos lados.
Bajo mi mirada observando su camiseta subida que me deja verle algunos de sus abdominales no muy
exagerados y de piel clara, y el oblicuo bien marcado que se le forma al borde de sus boxers grises.
De repente mi instinto de proteger a este niño adorable desaparecen cuando veo esa reacción que les pasa a todos los tíos por las mañanas. Ahora tengo ganas de hacer otras cosas...
"Pero espera, joder, espera. Él está esperando por ti, por darte lo mejor" Me digo, intentando calmar mis  pensamientos.
Siento una de sus manos moviéndose en mi piel haciéndome cosquillas. No puedo evitar reírme mientras él abre despacio los ojos.
Son los mejores buenos días que me han dado en la vida. Tan grandes y redondos, tan luminosos y expresivos...
Sus labios ahora muestran una sonrisa bien amplia en vez de una mueca soñolienta.
-Hola.- Me dice, colocándose de lado para mirarme mejor.
-¡Hola!- Le digo con alegría, acurrucándome bajo su cuello. Él me coge la cabeza con ambas manos y me da un beso en la frente.
-Tengo hambre.
-Yo también.
-Pues vamos a desayunar- En seguida se levanta y se pone los pantalones que la noche anterior tiró en el suelo. Yo, más lentamente, me estiro cruzada de piernas sobre la cama e intento que el mareo de los primeros movimientos de la mañana se me pase.
Antes de que pueda ponerme yo unos pantalones y salir de la habitación, Niall ya investiga en mi cocina a ver qué encuentra. Se apodera de una caja de galletas y empieza a devorarlas buscando más comida.
-¡Eh, no, suelta eso!- Intento quitarle la caja pero es muy rápido y huye hacia el salón aferrándola con fuerza. Me pongo delante suya- ¿Vas a conformarte con galletas cuando vivo al lado de tres cafeterías expertas en churros?- Le digo, y en seguida deja caer la caja al suelo.
-No me estarás mintiendo...- Me coge de los hombros y me tambalea de un lado a otro.
-¡Déjame, joder!- Digo, con tono borde para que me suelte. Finalmente lo hace y me mira con incluso más cara de niño que cuando estaba durmiendo- Si me dejas vestirme, bajamos a desayunar a una de ellas.
-¡¡Bien!!- Choca sus manos en señal de victoria.
-Pero tienes que guardar las galletas donde estaban...
-Vale.
-...y hacer la cama.- Añado, caminando hacia el armario a por la ropa.
-¿Y eso por qué?- Se muestra indignado.
-¿Quieres churros?
-¡Sí!
-¡Pues hazla!- Le ordeno, cerrando la puerta del baño para cambiarme.

Tras ponerme una de las camisetas más sencillas de mi armario, unos shorts vaqueros con varios rotos y mis Converse de siempre, me lavo la cara y paso de echarme ni una gota de maquillaje. Cepillo mi pelo, que hoy está especialmente encrespado, y salgo del baño pensando que hoy doy asco. Niall está poniendo la oreja en la puerta de Dani, que se encuentra justo al lado. Veo que no se ha cambiado y que no tiene intenciones de peinarse, solo quiere desayunar de una vez.
-¿Qué haces?
-Escuchándoles, ya que no me atrevo a entrar.
-A saber cómo les encontrarías...
Ambos reímos. Salimos de allí y por fin, nos apresuramos a bajar las escaleras que nos llevan a la calle.


Nos viene bien a las 12:00

¿A todos?

Sí, a todos. 

Pues a las doce videollamada, ¿vale?

Pero Marina, por dios, dinos al menos para qué es esta vez.- Me suplica mi madre, desesperada.

No, no, ¡sorpresa!

¿Buena? Dime que es una buena sorpresa.

Buenísima.

Dejo a mi madre con toda la intriga sintiéndome como el rubio que tengo en frente mía comiendo churros como si fuesen a quitárselos. A las 12:00 volveremos a hablar con ellos, pero esta vez para decirles que nos vamos, que hemos tomado esta decisión y que lo tenemos todo a nuestro favor.
Me observa mientras bloqueo el móvil, me lo meto en el bolsillo y suspiro intentando calmarme. Aunque ya está todo dicho y decidido, aún faltan muchas cosas que hablar y que solucionar con la universidad... Es algo estresante, sí.
-No te preocupes, de verdad, Paul se va a encargar de todo eso y para mañana mismo estaremos saliendo de aquí.
-No sé, no sé...
-¡Come y relájate!
-Si me dejases algún churro...
Niall, con aires de superioridad y poniéndose sus gafas de sol, llama a uno de los camareros y pide más churros.
-¿Pero qué haces, idiota? No voy a ser capaz de comérmelos todos.- Le digo, pero ya es demasiado tarde porque el camarero se ha ido.
-Pues para mi.
-Ah, entonces no los habías pedido para mi...
-Así es.- Afirma, sonriéndome satisfecho.
-Métete los churros por donde te quepan.- Le digo, pero no me da tiempo a terminar la frase cuando ya se está riendo.
-Vaya, la chiquitaja se enfada.
Ahora la que se ríe a carcajadas soy yo al oír una palabra tan española en mitad de una conversación tan fluida en inglés.
Cuándo el camarero nos pone los churros  solo soy capaz de comerme dos, los demás los engulle él con las mismas ganas que empezó a comerse el primero.
-Te envidio muchísimo, ¿sabes?
-¿Por qué?- Me pregunta con la boca llena y churretes de chocolate alrededor de la boca.
-Porque comes todo lo que quieres y nunca engordas. Eres como una barbie- Le respondo mientras le limpio la cara con una servilleta.
-¿Acaso es que tu estás gorda?
Miro a otro lado con media sonrisa.
-No se puede decir que sea una modelo...
-Y no te hace falta. Tienes voz de hombre cuando te enfadas y hoy luces un extraño cabello con el cual parece que has metido los dedos en un enchufe, pero no estás gorda para nada.
No sé que respuesta ingeniosa e inteligente contestarle para callarle la boca, así que me limito a girar mi silla y darle la espalda diciéndole "qué cariñoso estás hoy" de forma sarcástica.
-Anoche te di mucho cariño, ahora toca hacer que te piques conmigo.- Dice, comiéndose el último churro. Se bebe su chocolate de un solo trago y se levanta para acercarse a mi. Me abraza por detrás y me deja un beso de chocolate en la mejilla. Me apresuro a limpiarme mirándole desafiante.
-Pero a mi me gustas así.
Aunque, claro, es imposible si de repente me dice esas cosas.


"Treasure", la alegre y movida canción de Bruno Mars suena con el volumen bien alto inundando la casa de alegría para unos "buenos días" de verdad.
Dani se encuentra en la cocina haciendo tostadas mientras canta en voz alta la letra, haciendo que Liam aparezca por la puerta con un gran salto y le siga la canción.
-¡Buenos días!- Le dice Dani.-¿Quieres?- Señala las tostadas que está preparando.
-Yo lo que quiero es repetir lo de anoche- Le contesta Liam, haciendo que Dani abra la boca y los ojos con expresión de sorpresa.
-Es muy temprano- Dice, ahora algo más tímida, pero sin perder la sonrisa pícara- Y tengo sueño...
-Has tenido toda una noche para descansar- Liam la agarra del hombro y le da la vuelta. Ella accede a besarle, pero en seguida sigue pendiente de las tostadas.
-¡Vamos, Dani!- Él la sigue por toda la cocina intentando poner cara de pena mientras ella coge más comida para el desayuno.
-¿Quieres dejarme en paz?- Le dice elevando la voz, pero con eso solo consigue que las ganas de Liam por tenerla igual que anoche aumenten y atrapa a Dani entre sus brazos con tanta fuerza que se ve obligada a dejar caer en el suelo lo que llevaba en las manos.
-¡Liam!
-Shh...- Le pone un dedo sobre los labios.- Ni te imaginas lo que me gustó lo de anoche, joder, eres increíble.
-¿Ni con la presión de no poder gritar por que Niall y Marina estaban en la habitación de al lado?
-Creo que eso me hizo ponerme más aún...
-¡Liam!
Dani no se lo puede creer. ¿Dónde está el Liam romántico que antes de hacerlo siempre la trata como una princesa, que a veces resulta hasta empalagoso? ¿Desde cuando tiene ganas de hacerlo así de rápido y de ansioso?
Lo que no quiere decir que le disguste...
Liam insiste besándola en el cuello y bajando hasta las clavículas. Es la reacción que le produce el recuerdo de anoche. Él solo quería tenerla a su lado en la cama, independientemente de hacerlo o no. Solo buscaba hablar con ella, decirle lo mucho que la ama y lo afortunado que es de poder llevarla a ver el mundo, pero se lo dijo de otra forma... Y vaya forma. Nunca lo había hecho con tantas ganas, con tanta pasión, con tanto... Amor. Sí, porque tras todo lo demás, lo que ahí había era amor. Ese que creían que no iban a volver a sentir con fuerza hasta después de varios meses, pero surgió ayer y Liam busca que resurja ahora...
Y lo consigue, porque Dani cae rendida a sus labios, dejando que él meta las manos bajo su camiseta ancha y se la quite dejándola solo en bragas. Pero se guarda lo mejor para el final mientras ella le quita a él la ropa, diciendo entre susurros "estamos locos" "Liam, por favor..."
-No hace falta que siempre sea en una cama, ¿sabes? Yo te amo igual en todos lados- Le dice, cambiando sus palabras en voz baja por gemidos que le provoca al empezar a tocarla de arriba a abajo...
Detiene sus manos en los muslos y la eleva por los aires, echándola a su espalda. Ella, riéndose, se deja caer sobre el sofá, y justo cuando Liam va a por ella de nuevo, rueda hasta el suelo y se levanta, divertida de marear a su chico, el cuál se encuentra confundido.
-Ya que tenemos la casa entera para nosotros, me apetece hacerlo en un sitio inusual.
-¡Dani!- Dice Liam, sorprendido.- ¿No se supone que "estamos locos"?
-En el pasillo.
A Dani no le da tiempo a ir al destino que quiere cuando Liam ya la ha cogido y la ha apoyado en la pared. Va dejando un camino de besos entre los pechos de ella mientras le quita la única prenda de ropa que le queda.
-Liam, joder, Liam...- Gime ella, nombrándole para que se de prisa con su pequeña locura.
Pero Liam de repente para y la deja sobre el suelo. Hace una mueca extraña.
-¿No huele a quemado?
-Mierda, mierda, mierda, mierda...- Dice Dani, dirigiéndose a la cocina.
-¿Qué pasa?- Liam la sigue, confuso.
-¡Las tostadas!
Cuando le da al botón del tostador el pan sale negro, totalmente quemado, ardiendo  y en un salto que hace contacto con la piel de Dani.
-¡Ah! ¡Quema!- Grita ella, tocándose la zona dónde ha caído la tostada, ahora enrojecida.
-¿Te duele mucho...?
Liam va disminuyendo su tono de voz cuando, de repente, un ruido de llaves suena por toda la casa. Tras eso se escuchan unas risas.
-Niall y Marina.- Dice Liam.
Por unos segundos ambos se quedan parados en mitad de la cocina totalmente desnudos y sin saber qué hacer, ni que decir, ni a dónde ir.
-¡Corre, trae la ropa!- Ordena Dani agachándose a recoger la comida que había tirado antes. Él sale disparado al pasillo trayendo la camiseta, las bragas y también su ropa. Se la ponen casi sin aliento y a tanta velocidad que Liam por pocas tropieza y cae al suelo.
-¡Buenos días!- Marina asoma la cabeza por la puerta.
Justo a tiempo.
-Hola, Marina.- Contesta Liam, suspirando.
-Eh, huele a quemado- Niall aparece de repente, conducido por ese instinto constante de tener hambre.
-¿Quieres?- Dani le ofrece las tostadas quemadas con una sonrisa divertida.
-No, gracias, ¡he comido churros!- Le dice, tan feliz como siempre.
-Bueno, voy a ducharme, a ver si puedo arreglarme este pelo de mierda que tengo hoy- Marina desaparece por ese pasillo que ha sido testigo de la imaginación de Dani.
-Yo voy a llamar a Paul, a ver a qué hora tenemos que ir a la universidad mañana.- El irlandés se va al salón y por fin, Liam y Dani se quedan solos y pueden respirar profundamente.
Eso sí, antes no pueden evitar soltar unas carcajadas sobre la situación, sin importarles ya qué piensen Niall o Marina.


La escena de el día anterior vuelve a repetirse, pero esta vez en casa, mucho más relajadas y con sonrisas de oreja a oreja, porque independientemente de lo que piensen, nosotras nos vamos a seguir cumpliendo nuestro sueño alrededor del mundo.
Esto es una noticia, no una petición.
Nos colocamos sentadas en unas sillas en frente del ordenador mientras se establece la conexión. Finalmente nuestras familias aparecen en la pantalla. Esta vez se han reunido en el salón de Dani.
-¿Hola? ¿Se escucha?- Dice mi padre.
-Se escucha y se ve.- Le respondo.
-Aquí también.
-Bueno, no me vengáis con más rodeos y contadnos ya qué pasa ahora.- A pesar de que la última vez que nos vimos con nuestros padres ambas salimos llorando de allí, ahora hablamos con tono y palabras normales, como si nada hubiese pasado.
No me hago de rogar y le digo a Liam y Niall que se pongan frente a la webcam.
-¡Hola!- Saludan ambos en español.
En seguida nos hacemos un hueco entre ellos para ver las caras de asombro de nuestros padres acompañadas con expresiones como "¡Madre mía!" "¿Qué hacen aquí?"
-Han venido a por nosotras porque han encontrado la solución para que nos vayamos con ellos y a la vez estemos con los estudios.- Aclara Dani
-¿Pero ellos no estaban en...- Pregunta su madre.
-En Lisboa, mamá, estaban en Lisboa.
-Y ahora nos vamos a México- Digo yo, tan alegre y normal como quien saluda por la calle.
-¿Y cuál es esa solución?- Pregunta ahora mi madre, con un tono más severo.
-Nos han contratado a cuatro profesores para que vengan con nosotras al viaje y nos preparen para los exámenes. Cuando tengamos que hacer alguno, nos llevarán en el jet privado.
-Paul está aquí también y mañana vamos a ir a la universidad a preparar todo lo que sea necesario para irnos.
Hacemos una pausa. Nuestras familias están impresionadas con la noticia, intentando asimilar todo lo que le hemos dicho de golpe. Me da la sensación de que están aún más pasmados con la sorpresa de que ellos estén aquí con nosotras.
Me preparo para las palabras contrarias hacia nuestra decisión, para la pelea que se supone que viene ahora, pero, sin embargo, más pasmada quedo yo cuando se miran entre ellos sonriendo y asintiendo.
-Nos parece perfecto mientras que sepáis organizar vuestro tiempo de estudio en los viajes.- Dice mi padre, seguido por los "sí" o los "exacto" de los demás.
-Solo os pedimos eso y que, por favor, nos informéis de dónde estáis y de cómo van los estudios.
-Y la novela, Marina, no dejes de escribir.- Añade mi madre a la frase de la madre de Dani.
-Sabes que no soy capaz de dejar de escribir, mamá.- Sonrío.
-Bueno...y ahora...- El padre de Dani titubea- Queremos que nos traduzcáis para ellos.
-¿Para ellos?- Preguntamos las dos, extrañadas.
-Sí, es que, queremos...
-Pedirles perdón.
-Eso, pedirles perdón por haberles juzgado.
-Está claro que con esto que están haciendo por vosotras no tienen las intenciones que nosotros pensábamos...
-Y que esperemos que acepten nuestras disculpas.
-Y que os cuiden bien.
Así, hablando cada uno con una frase, con palabras de arrepentimiento y sonrisas intentando corregir lo que antes pensaban, nos dicen en español las disculpas que nosotros traducimos a los chicos.
-No tienen por qué pedir perdón, es normal que piensen en negativo si un par de famosos se quieren llevar a sus hijas lejos de sus casas.- Razona Liam.
-Nada de disculpas, solo queremos que os vengáis, solo eso.- Niall le apoya y nosotras volvemos al español.
En ese momento una especie de promesa queda entre todos nosotros. Miradas que prometen no volver a hablar sin saber y otras algo más desesperadas que piden que por favor no cometamos ninguna locura en nuestro gran viaje.
Con varios "te quieros", cerramos sesión en la videollamada y en seguida nos levantamos a abrazarnos los cuatro, muy diferente a la última vez que lo hicimos, llorando confusas por ese "no" que provenía de ellos.
Ahora nuestro abrazo incluye gritos de alegría y hasta bailes graciosos que estoy deseando hacer con Louis.
Y hablando de Louis, y los chicos...
-¡Quiero llamarles!- Exclamo.
-¿Ahora?
-¡Sí, por favor, necesito hablar con ellos!
Llamamos al número de Zayn, que es el que siempre suele estar disponible, y tras varios tonos su dulce voz suena por el altavoz del móvil de Niall.
-Zayn, ¿estás con los demás?- Pregunto.
-¡Marina, hola! Sí, espera, ¡Eh! ¡Venid aquí, Marina y Dani al teléfono!
-¿Marina y Dani?- Se oye a Louis
-¡Anda, mira quienes llaman!- Harry aparece.
-¿Sabéis que nos vamos con vosotros de tour?- Pregunta Dani, como si aquello fuese normal o algo diario.
-¡Yeeeeeeah!
-¡Se vienen, tío, se vienen!
-¡Joder, al final es definitivo!
-Sabía que eso iba a funcionar...-Dice Zayn de repente.
-¿A qué te refieres con "eso"?- Habla Dani de nuevo.
-A que la idea de contratar a los profesores fue mía.- Dice él, con orgullo.
-¡¿En serio, Zayn!?
-Oh dios mío...
-¡Zayn, eres el mejor, joder!
-Cuándo te vea te voy a estrujar en un abrazo.
-¡¡Zayn, joder, Zayn!!
Dani y yo explotamos en gritos, deseando estar delante suya  para agradecerle lo que ha hecho con un gran abrazo.
Y así seguimos hasta la hora de comer, gritando por teléfono, riéndonos y hablando como si les tuviésemos delante, solo que con más ganas aún ahora que sabemos que en unas horas esto volverá a ser realidad.


Cuelgo tras unas dos horas de gritos, felicitaciones y algún que otro tono de envidia por parte de nuestros amigos más cercanos. La llamada con Zayn, Louis y Harry se había alargado hasta la hora de comer, pero con esa estábamos disfrutando y hasta ya habíamos decidido en que parte del bus dormiríamos cuando fuese necesario dormir allí. Eso y otros pequeños detalles del viaje que nos ha causado alegría estar hablando, porque nos ha recordado cada segundo que pasaba que nos vamos con ellos.
Tras eso nuestros móviles han empezado a recibir llamadas, mensajes de WhatsApp y miles de notificaciones por parte de Twitter. A algunas llamadas ni siquiera hemos contestado, ya que era la hora de comer y Niall estaba desesperado dando vueltas en la cocina mientras se preparaba una tortilla o picoteaba de todo. Al final hemos pedido un pollo con patatas del local de abajo, llamado "El rey del pollo", del cuál llevo pidiendo comida desde que tengo uso de razón.
Esta es la sexta llamada que me hacen, eso si contar el WhatsApp y Twitter, los cuales todavía no me ha dado tiempo a mirar. Dani se encuentra de la misma manera, sentada a mi lado. Dejamos nuestros móviles en la mesa pequeña del salón y  nos tumbamos en el sofá.
-¡Por favor, ni una más, ni una más!
-¡Nos está llamando gente con la que no hemos intercambiado ni dos palabras!
-Les mueve la curiosidad por saber si es verdad eso de que nos vamos.
Justo en ese momento el móvil de Dani vuelve a sonar. La melodía retumba en nuestras cabezas haciendo que nos desesperemos.
-¡Ya no cojo más llamadas! ¡No no y no!- Se tira al sofá y se pone un cojín sobre la cabeza.- Marina, cuelga, por favor.
Le hago caso y me inclino sobre la mesa con el dedo preparado para deslizar la opción de "colgar" sobre la pantalla táctil, pero un detalle hace que me pare.
-Dani, es un número desconocido.
-¡Que le cuelgues!
-Pero, ¿y si es algo importante?
-Contesta tú, yo paso.- Vuelve a enterrar su cabeza en el cojín y yo me decanto por contestar.
-¿Sí?
-Buenas tardes, ¿hablo con Danielle Robles?- Al otro lado habla una voz inglesa.
-No, ahora mismo no se encuentra aquí- Miento, ya que Dani me fulmina con la mirada para que lo haga.
-¿Y con quién tengo el gusto?
-Con Marina Gijón.
-¡Ah, Marina Gijón! Hemos intentado localizar su número también, pero hemos encontrado antes el de Danielle. ¿Podría hablar conmigo unos minutos?
-Claro- Contesto, pegándole a Dani con un cojín para que escuche también la llamada. Pongo el altavoz y Liam y Niall también aparecen y se sientan a nuestro lado. Todos guardan silencio mientras hablamos.
-¿Con quién hablo?- Pregunto.
-Soy Michael Quinn, representante de la revista Sugarscape.
Dani y yo en seguida gesticulamos en silencio todo lo que nos queremos decir. ¡La Sugarscape, es una de las revistas más famosas!- Me gustaría hacerles una entrevista, el tema principal son ustedes y básicamente preguntaremos cosas sobre su vida diaria y nos gustaría que contasen cómo conocieron a los chicos de One Direction.
Liam y Niall sonríen tiernamente al vernos tan ilusonadas, aunque claro, para ellos esto debe ser lo más normal del mundo.
-¿Les gustaría?
-Claro, nos encantaría- Contesto.
-Pues bien, según los datos que me han sido proporcionados, ustedes viajarán a México mañana.
-Así es.- Digo, sorprendida de lo bien informados que están.
-Por lo que la entrevista les será hecha por teléfono. ¿Que les parece dentro de tres días? La hora aún no la tengo clara...¿Puedo llamar a este número para concertarla mañana?
-Sí, aunque nos vendría mejor que llamase pasado mañana, ya que mañana tendremos mucho ajetreo con el viaje a México-  Contesto, dando a entender que de vez en cuando sé usar la cabeza. No siempre iba a ser una torpe...
-Perfecto, encantado de hablar con usted, Marina.
-Igualmente.
Cuelgo y en seguida Dani y yo empezamos a hablar elevando cada vez más el tono de voz. No es la primera vez que nos hacen una entrevista, pero eso no significa que estemos acostumbradas a que nos llamen para estas cosas y además esta vez es una revista con mucho más lectores que las anteriores.
- Cuidado con lo que os pregunten.- Nos advierte Liam.
-¡No tenemos nada malo que ocultar!- Le contesto.
Ahora es mi móvil el que vuelve a producirnos dolor de cabeza mientras vibra con fuerza en la mesa, pero en seguida me apresuro a cogerlo cuando veo que es mi prima Elena.
-¿Pero dónde estás? ¡Llevo hablándote por WhatsApp una hora!- Se oye decir a mi prima.
-¡¿Cuándo pensabais contarnos que os íbais de tour!?- Esta vez habla Cristina, la cual parece estar muy alterada.
-¿Qué hacéis llamando desde Londres? Os va a salir muy caro...- Les dice Dani.
-Por una vez no pasa nada. Por favor, contarlo todo, ¡todo!
-¡Pero si ayer estabais llorando porque os quedabais allí!- Exclama Cris.
Y volvemos a los gritos y las palabras aceleradas con Elena y Cristina tal y como habíamos estado hace unas horas con Harry, Zayn y Louis


Cristina, que con los nervios se había apoderado del móvil, finaliza la llamada enfadada con Elena. Se había estado aguantando regañarla durante toda la conversación, así que ahora no duda en explotar.
-¿Por qué no le has dicho nada, eh?
-Estaba con Dani, Liam y Niall, y como comprenderás, no iba a hablar de ese tema con ellos delante.
-Ya sé que no puedes hablar de que te acostaste con él delante de ellos, no soy tan tonta, pero deberías haberle dicho a Marina que querías hablar en privado con ella o algo así.
-En seguida hubiesen sospechado los demás. Cris, este tema es muy delicado y muy fuerte, tenemos que tener cuidado.
-Vale, vale.- Cristina respira hondo intentando calmarse- Pero promete que hablarás con Marina.
-¡Pues claro que lo haré! Es la oportunidad perfecta para que le pare los pies a Frai.
-Tampoco entiendo eso.
-¿El qué?
-Que quieras protegerles a ellos, ¿qué más te da a ti su relación? Lo único que vas a hacer es que Frai la tome con Marina y además descubra que vas detrás para destrozarle los planes.
-No puedo dejar que rompa esa relación, joder, ¡es mi amigo, lo mismo que lo son los demás! Y ella es un amor de chica, es genial, y tu lo sabes de las numerosas veces que nos hemos reunido todo en Londres. No aguantaría que estuviesen mal. Además, piensa: Frai, para que rompan, su arma principal es que sabe que él y yo nos acostamos. Haga lo que haga, yo salgo perdiendo.
-En eso último tienes razón...
Elena se levanta y coge una botella helada del frigorífico para beber y calmar sus nervios.
-Me arrepiento muchísimo de haber hecho esto.
-No, Elena, no, no vuelvas a comerte la cabeza. Todos cometemos errores, sobretodo estando borrachos. Eres culpable de algo de lo que eras inconsciente.- Dice muy razonadamente Cristina.
-Me siento una puta.
-Elena...
-¡No puedo sentirme de otra manera!
-No fue tu intención...
-Pero lo hice.
Cristina se levanta y la abraza. Elena, por un momento, sonríe agradeciendo su apoyo.
-Solo dime una cosa.
-¿Qué?
-¿Él te gusta?
Elena abre la boca a punto de hablar y alza su dedo, señal de que iba a contestar que no, pero de repente se para y se queda en silencio. Baja su brazo y, mirando a la nada, contesta:
-No lo sé.









1 comentario:

  1. NO MONTSE, NO. NO LO PUEDES DEJAR ASÍ. AHORA TENGO QUE ESPERAR MEDIO SIGLO A OTRO CAPÍTULO Y ME INDIGNO.
    BUENO, QUE LO DE SIEMPRE, QUE ES PERFECCIÓN. NO SÉ PORQUE DICES QUE ES UNA MIERDA DE CAPÍTULO, PEROH GÜENOH. Y SUBE SIGUIENTE CAPÍTULO PRONTO, ASKLNAKLS.
    Pd. Tengo toa' la intriga de quien le gusta a Elena, no tardes en subir capítulo. Tkm.

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