sábado, 7 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 10.

Estaba sumergida en el más plácido sueño cuando de repente he notado un golpe en mi vientre. No muy fuerte, pero si lo suficiente como para abrir los ojos como platos y llevar mis manos hacia él acompañando el gesto con un grito. El susto se me pasa cuando, al sentarme sobre la cama, observo lo que está pasando y no puedo evitar acompañar a Elena y a Dani en sus risas. Resulta que Cristina está teniendo una pesadilla y se retuerce en la cama teniendo conversaciones incompletas y armando mucho jaleo. Hay un punto en el que da hasta miedo, pero más que eso produce risa por sus movimientos raros, la baba cayéndole por la barbilla y una fuerte tentación de grabarla en vídeo.
-¡Tía, despierta!- Dice al final Dani, que le da pena y termina por sacarla de a saber qué historia. Mientras ella nos mira confusa, con los ojos entrecerrados y su siempre perfectamente colocado pelo esta vez revuelto, no podemos evitar reírnos aún más. 
-Os descojonáis de mi, ¿eh? Muy bonito. Os odio, a todas.- Dice ella, levantándose de un solo salto y metiéndose en el baño indignada. 
-¡Oh, se ha enfadado la niña endemoniada!
-¡A ver si nos va a echar una maldición o algo de eso!
Pasamos de su enfado temporal y seguimos riéndonos sin importarnos que mi hermano esté durmiendo justo en la cama de al lado. Miro la hora y me doy cuenta de que en realidad Cristina ha sido un buen despertador, porque ya llegamos tarde al hotel de los chicos, donde hemos quedado todos. El plan de hoy es irnos por ahí por Madrid, sin importarnos quien nos vea y acompañados por las bailarinas. Se nos ocurrió a Elena y a mi, y ellos aceptaron como si nada, ya que estaban algo bebidos. Nos vamos a meter en un buen lío cuando nos atrapen las Directioners, pero tengo ganas de aventura. Eso sí, Paul se ha empeñado en acompañarnos, y no nos molesta, es un buen tipo. Tras eso, los chicos asistirán a una entrevista y nosotras podremos entrar con ellos.
-Qué emoción, es como si las famosas fuésemos nosotras- Dice Elena. 
-¿Y aquello cómo será? Quiero decir...¿llegas y qué haces, te sientas allí y ya está?- Pregunta Dani, haciendo que nos quedemos pensativas
Está claro que por muchos lugares que visitemos, siempre habrá algo que saque nuestro lado curioso. Sobre todo para mi hermano, que nunca ha vivido tan a lo grande.
Cristina sale del baño ya duchada y detrás vamos los demás. La ducha me sienta genial después de haber pasado una noche acalorada de movimientos y palabras raras con Dani y Cristina en la misma cama. Elena ha dormido con mi hermano, quién sé que está contento porque siempre ha sentido cierta debilidad por ella.
-Qué raro se me hace entender lo que habláis.- Dice de repente, y nosotras le sonreímos porque aunque aparenta más edad de la que tiene, sigue siendo un niño adorable.
Al salir de la ducha quedo algo extrañada al ver que todos están metiendo su ropa en las maletas. Les miro con media sonrisa mientras camino hacia mi lado del armario y escojo un vestido azul muy veraniego y con algo de vuelo para caminar por las soleadas calles de un día tan expléndido en esta gran ciudad.
-¿Qué hacéis?
-Pues qué vamos a hacer, las maletas.- Me contesta con tono pasota Dani.
-¿Para qué? ¿Es que pensáis cambiaros de ropa en mitad de Gran Vía?
Me río de mi propio comentario mientras busco el vestido que tenía en mente. Cuando lo encuentro y me doy la vuelta aún con la sonrisa en la cara de la anterior carcajada, me encuentro con cuatro rostros severos y a la vez algo melancólicos.
-Marina, hoy es 25.
Siento algo en el pecho, como un puño cerrado clavándose directamente en mí que duele más que el golpe de Cristina. Mucho más. Algo extraño. Dejo caer el vestido al suelo mientras intento asumir, tragar esa frase que acaba de soltarme Elena con su dulce voz que sin embargo, no ha cambiado la gravedad de lo que ha dicho.
-¿Hoy es 25? ¿Ya? Pero, anoche...
-Marina, anoche fue 24, el penúltimo concierto. Esta noche dan el último aquí en Madrid y...
-No hace falta que lo digas, anda.- Le dice Dani en voz baja, pero lo suficientemente elevada como para que mis oídos capten lo que ha dicho. Intentan no darle más importancia al tema y siguen metiendo sus pertenencias en las maletas. Yo quiero actuar igual, pero mi cabeza lo único que hace es completar la frase que Dani ha obligado a Elena silenciar.
"...y entonces, se van"
Se me había olvidado por completo que todo esto no era para siempre. Joder, que ya no estamos en Londres, que Elena y Cris no viven en unas cuantas calles más lejanas y no podemos irnos a la casa que tienen los chicos en común a gorronear comida y pasar el rato en el gran jardín. Se me había olvidado que nuestros mejores amigos son 5 cantantes famosos que están realizando un tour mundial y que hasta que lo terminen aún quedan mucho tiempo. Se me había olvidado todo por completo porque estaba disfrutando estos días como no lo hacía desde hace mucho tiempo, porque esa vida ideal que tenía ha vuelto y ahora que sé que se va en unas horas, simplemente, no lo asumo.
En silencio, agarro el vestido, me subo y coloco la toalla que tengo enrollada en el cuerpo y me meto en el baño. Soy incapaz de llorar, o de lamentarme, o de hacer cualquier gesto con la cara. Simplemente introduzco el vestido por la cabeza y me lo coloco despacio, aplastando las arrugas que se han formado por la parte del pecho. Con delicadeza me cepillo el pelo aún mojado y dejo que las puntas caigan casi a la altura de mi culo, siempre sintiéndome orgullosa de haber conseguido dejármelo tan largo. Solo han sido varios días...A la vez han sido segundos, a la vez me he apegado a ellos como si fuesen siglos de disfrute.
Solo han pasado unos cuantos días desde que lo bueno volvió, desde que siento los abrazos de Harry, la risa de Louis en mi oído, la amistad de Zayn, la protección de Liam y el amor de...
Niall. Oh, Niall. Joder, Niall.
¿Qué va a pasar ahora? ¿Otra vez a lo mismo de siempre? ¿A las noches sin dormir pensando en cómo habrá acabado el concierto? ¿Qué tal habrá sido la grabación para el nuevo vídeo? ¿Asustarme porque tarda 20 minutos en conectarse al Skype? ¿Preocuparme por los rumores de Twitter sobre nuevas chicas, modelos, cantantes, hasta fans? ¿Ponerme celosa cada vez que van a un sitio y acaba lleno de chicas un millón de veces más guapas, sonrientes y seguro que talentosas y amigables que yo? 
Miedo. Eso es, siento miedo. Miedo de absolutamente todo lo que va a pasar ahora. De que se canse de mi, de esta situación, de volver a esperarme para que después su novia se emborrache y ni siquiera se haya enterado de que han dormido juntos...
De golpe, levanto la cabeza y me miro directamente al espejo. Mirar mis propios ojos me aporta seguridad y a la vez me siento estúpida. Raro, ¿verdad? Meto la mano en uno de los cajones buscando el neceser del maquillaje que casi nunca utilizo y lo saco todo. Me aplico una base de polvos que suavizan mi piel, luego un rímel que me alarga tanto las pestañas que casi llegan a las cejas, rosa claro pero a la vez intenso para mis labios y una raya negra gruesa en el párpado agrandando mis ojos.
Nunca me había maquillado tanto. Para algunas bodas u ocasiones donde es preciso ir más elegante sí, pero nunca para una simple tarde de compras. Me ha impulsado el mismo maldito miedo a ser poco para Niall. Y me odio por ello, porque yo mejor que nadie debería saber que él me quiere por la misma razón por la que yo a él: por amor, por lo que somos, por nosotros. Pero aún así continúo y ondulo mi pelo dejando lisa solo la parte de arriba, colocando el flequillo de manera que cae haciendo una bonita onda sobre mi mejilla. Por un momento me siento una auténtica modelo. El vestido es sencillo, sí, pero junto con todo lo demás parece que voy a una entrega de premios o algo parecido. 
Ese momento de motivación me da fuerzas para avanzar a la puerta, para salir a la calle y dejar a todo el mundo con la boca abierta, para demostrar que Niall Horan es mío y hacerle ver que su novia también puede ser guapa, también puede salir a la calle potente y andar con estilo. Por intentar no sentirme inferior por todo lo que viene ahora, por ese miedo estúpido, por este odio que siento hacia mi persona ahora mismo.
Pero aún así, aunque el odio permanece, salgo de la habitación y ante la mirada de Elena, Cris, Dani y mi hermano, me calzo unos tacones rosas casi del mismo tono que mis labios. Sigo sintiendo asco por mi misma. Porque por muy "guapa" que intente ponerme, será inútil ante la belleza natural de las demás. Pero a la vez quiero hacerlo, quiero sentirme bien, quiero disfrutar este último día con los chicos y que los periodistas hagan fotos de una chica... aparentemente segura de si misma.
-Tranquilos, no tardo nada en guardar mis cosas.- Esbozo una pequeña sonrisa.
-¡Estás guapísima!- Exclama Cristina.
-Gracias...Eso intento.
- Joder...
-Impresionante.- Van diciendo poco a poco los demás.
Mantengo firme mi sonrisa mientras camino alrededor de la habitación haciendo mi maleta. Sé que los cuatro sospechan que todo esto es una tapadera de lo destrozada que estoy ahora mismo, pero, ¿de qué sirve ahora ponerse mal? ¿No es mejor disfrutar lo poco que nos queda? Es más, hoy voy a hacer todo lo que no me he atrevido a hacer antes, voy a besar a Niall mientras una cámara nos grabe, voy a saludar a las Directioners como si todas me amasen, voy a coger de la mano a Niall y voy a apegarme a él más que nunca, a abrazarle, a sentir su respiración en mi cuello, a revolver su pelo mientras mi lengua recorre sus dientes de su bonita sonrisa...
Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Hoy tiene que ser el día. Sí, hoy mismo, ¿a qué espero? ¿otros 5 meses para hacerlo, para amarle? Quiero sentirle, quiero gritar con él, quiero que sudemos y que luego sonriamos adorables como si nada hubiese pasando habiendo hecho de todo... No sé cuando, ya que esta misma noche se van, pero pienso hacerlo.
Hoy voy a sacar esa parte de Marina que nunca me atrevo a ser.

Tras dejar la tarjeta que abre la puerta de la habitación en recepción, salimos a la calle arrastrando nuestras maletas y las metemos en el taxi. Ponemos rumbo al hotel de los chicos hablando de todo menos de que hoy es el último día, porque parece ser que nadie quiere recordarlo. La verdad es que es lo mejor: olvidarse de que no nos volveremos a ver hasta dentro de mucho. Ya habrá tiempo para apenarse.
No soy la única que hoy va guapísima, aunque sí puede que la más exagerada. Todas vamos con muchas ganas de pasar el día con ellos, y también de disfrutarlo entre nosotras.
Salimos del taxi para en seguida meternos en la furgoneta. Como hay sitio, en el maletero metemos las maletas y nos olvidamos de ellas para pasar tranquilas el día. Nada más entrar todos nos saludan a gritos y nos empujan hacia dentro burlándose de nosotras cuando nos quejamos de sus prisas y su inquietud.
-¡Aish, mírame, soy Dani y me he despeinado, oh!- Dice Louis con la voz exageradamente aguda. En seguida Dani le pega una colleja y le dice "Cállate"
Me siento junto a mi hermano y a Cristina. Delante tengo a Liam, a su lado Niall, y al otro Harry. Hoy conduce Louis, por lo que le suplicamos a Zayn, que va a su lado, que le controle.
-Por favor, no merecemos morir, Zayn cuídanos.- Le suplico, poniéndome detrás suya y agarrándole de los hombros mientras él se ríe e intenta deshacerse de mi
-¿Tan poco os fiáis de mi?- Dice Louis justo cuando sale del aparcamiento y se adentra en la carretera.
-Menos que poco- Contesta mi prima. Louis le lanza una mirada fugaz por el espejo retrovisor y con una sonrisa traviesa mientras mira a la carretera, acelera de golpe, haciendo que todos nos salgamos de nuestro asiento.
El loco de Louis se descojona mientras nosotros, con gritos desesperados pero, ¿para qué mentir? también riéndonos, le pedimos que no sea gilipollas y que pare. En uno de los frenazos repentinos que daba cuando había algún semáforo o tenía algún coche más cerca de la cuenta, avanzo hacia delante y casi me caigo sobre Liam, pero en seguida Niall se avalanza sobre mi y hace que caiga hacia atrás en el asiento. Quizás no ha pasado ni medio segundo, pero ha sido suficiente para que, mientras su aliento cálido me daba escalofríos por todo mi cuerpo, me susurre al oído
"Si te empeñas en enseñarme lo increíblemente guapa que puedes llegar a ser me va a ser muy difícil no pensar en ti hasta que volvamos a vernos."
Vuelve a su asiento y hace como si nada hubiera pasado y sigue insultando a Louis y riéndose con los demás, pero yo me quedo quieta observándole.
 Las ganas de realizar mis intenciones se multiplican a la vez que mis escalofríos no cesan.



-¿De quién fue esta idea?- Pregunta Zayn, mirándonos con cara de asesino.
-Creo que de Cristina.- Contesta Harry, sonriendo divertido.
-¡Qué coño va a ser mi idea!- Replica Cristina, levantando mucho la voz.
-¡Eh, eh, eh, no te cabrees!- Le contesta Dani en español, por lo que todos se ríen y las conversaciones se mezclan. Liam vuelve a hablar para todos diciendo:
-¡Ya sé de quien fue!
-¿De quién?- Preguntan todos a la vez. Elena y yo nos miramos, sabiendo que vienen a por nosotras.
-¡De Marina!
-De quién iba a ser...- Dice Harry, negando con la cabeza. Yo le pego una mini torta en la mejilla y él se la toca diciendo "¡duele!"
-¡Es una idea pésima!- Vuelve a quejarse Zayn
-No estoy preparado para salir del coche.- Dice Liam
-¡Al centro de Madrid! Cómo se nota que eres tonta de nacimiento.- Exclama Niall, dándome unos golpecitos en la cabeza. Le fulmino con la mirada para que deje de hacerlo.
-Tampoco te pases, no todo el mundo tiene a millones de seguidoras, oh.- Contesta Louis, poniendo tono presumido.
-¿Es que no os acordáis de que Elena también tuvo la idea, o qué?- Mi prima me pone ambas manos en la boca para que me calle y en seguida todos se meten también con ella.- Además, si  nos habéis hecho caso, ¡los retrasados sois vosotros!- Digo, súbitamente abriendo una de las puertas y saliendo de allí a toda prisa a pesar de los tacones.
-¡Tan rápido no, no llames la atención!- Me dice Harry.
-Venga, si da igual, vamos con Paul y las bailarinas, eso disimula. Entramos en unas cuantas tiendas y cuando Paul vea que viene mucha gente, llama a los demás tipos grandes y nos vamos.- Dice razonadamente Cristina.
-¡Tu lo ves todo muy fácil!
Seguimos discutiendo hasta que llegamos a donde están Paul y las bailarinas. En seguida todos nos saludamos con dos besos y en ocasiones hasta con abrazos y comenzamos a andar de una calle a otra. El cachondeo empieza con Elena haciendo fotos, las bailarinas y mi hermano hablando español con los chicos y ellos intentándolo, Louis tomándole el pelo a la gente que pasa por su lado con un raro acento británico y yo llorando de la risa por lo increíblemente gilipollas que puede llegar a ser.
Estamos en Madrid, en pleno centro, en Gran Vía. He estado en la gran ciudad de Londres viviendo por varios meses y aún no me acostumbro cuando voy a un sitio como este. Me emocionan los lugares tan grandes, tan llenos de gente. Yo siempre digo que estos sitios son especiales, que son vida, historias, proyectos, sonrisas...Son mucho,son de todo. Me encanta estar aquí, con tanta variedad de cosas.
Parece mentira, pero voy de la mano de Niall. Es algo muy raro, porque siempre que paseamos vamos separados, cada uno por un lado. De vez en cuando me coge por detrás, o hasta una vez me montó a caballito mientras yo pegaba puñetazos en su espalda gritando que parase, pero nunca hemos ido de la mano, como... como novios. Él también está sorprendido.
-Ey.
-¿Qué?
Le miro. Está guapísimo. Más bien, es así. Lleva una camiseta blanca ajustada, con unos jeans, unas Nike rojas y un chaleco sin mangas vaquero. Se ha dejado el pelo revuelto y varios mechones rubios le caen sobre la frente.
-¿Por qué hoy estás tan cariñosa?
-Si quieres, me voy...- Digo, soltándole la mano.
-¡No!- Me la vuelve a coger.
Miro a otro lado sonriendo para después fijar mi mirada en sus ojos, pero me encuentro con que lleva puestas las gafas de sol.
-Quítate las gafas.
-¿Por qué?- Pregunta mientras lo hace.
Ahora sí. Sus ojos brillan con la luz que llega del intenso sol. Es tan jodidamente precioso y está aquí, conmigo, cogiéndome la mano, sonriéndome y diciendo mi nombre porque no contesto. Estoy enamorada de cada puta cosa que hace, de cuando pronuncia de forma graciosa la "r" de mi nombre, de cuando al sonreír su cara adorable de niño pequeño muestra unos gruesos mofletes rosados, de como su mano, el doble de grande que la mía, me agarra con suavidad al andar, entrelazando sus dedos con los míos...
-Estás guapísima, pero no vuelvas a ponerte así de increíble.
Ahora estoy muy confusa.
-¿Por qué?
-Porque no hace falta. Porque me gusta más la Marina de las Converse, los shorts de muchos colores, y el poco maquillaje, la Marina de verdad.
Lo que me acaba de decir me hace odiarme a mi misma más aún y además confirma mis anteriores pensamientos que me decían que no hace falta vestirse así.
-No puedo dejarte ir de nuevo sin hacer lo que llevamos mucho tiempo queriendo hacer.- Le digo de repente, casi sin querer hacerlo. Pero sí: se lo digo, y encima sonrío segura de mis palabras.
-¿Qué?- Dice él, elevando la voz y a la vez riéndose. Yo le pongo un dedo sobre los labios despacio y se estremece con el roce.
-Que te quiero. Y tu me quieres. ¿Verda...
-No te atrevas ni a preguntarlo. Quiero quererte, tenerte, hoy, antes de irme.
-Quiero...
-Yo también quiero. Lo deseo muchísimo.- Ahora me suelta la mano para ponerla sobre mi cintura y atraerme contra la suya. Sus ojos están más cerca aún y mis ganas aumentan.
-Pero...
-Cuándo. ¿Verdad? Esa es la pregunta. Porque ahora viene la entrevista...
-...luego la comida...
-...después el ensayo para esta noche...
-...luego el concierto...
-...y después...
Nos callamos. Es como si se hubiese metido en mis pensamientos. Por un momento creo que tenemos las mismas dudas, miedos y por supuesto, ganas. Ganas de hacer de todo.
-Antes de que cojamos el jet y nos vayamos.
-Pero- ahora me río solo de pensar en la locura que vamos a cometer- ¿Dónde?
-Improvisemos. Las entrañas del escenario son muy grandes...
No puedo más. Le beso como si en ese mismo momento fuésemos a adelantar lo que va a pasar esta noche. Pero en seguida frenamos porque una avalancha de Directioners vienen hacia nosotros.
-¡Bienvenidos a Los Juegos del Hambre!- Dice Harry mientras vamos recibiendo chicas a montones. Ya se oye a Paul llamando a seguridad para sacarnos de aquí. Entonces, me doy la vuelta y le digo:
-Paul, por favor, déjales firmar y hacerse varias fotos. Estas chicas de aquí ahora mismo son las más felices del mundo, no les quites su sueño tan rápido.
-Marina, tu no lo entiendes, aquí se puede liar una avalancha de fans enorme, tengo que avisar para poder irnos sin que nos quedemos atrapados varias horas.
-¿Cuándo es la entrevista?
Paul mira su reloj de pulsera-Dentro de 3 horas.
-Pues si tienen que estar rodeados tres horas de chicas que les aman, lo van a estar. ¿Verdad?- Me doy la vuelta y efectivamente, todos me estaban escuchando. Los chicos sonríen a Paul, le abrazan y se burlan de él, hasta le dan besos en la mejilla y él, no de muy buenas, cede a que nos quedemos aquí hasta la hora de la entrevista.
-Estás muy loca.
-Paul, es que yo también soy como ellas.
El hombre me sonríe. Lo que eran 10 chicas ahora son 25, y dentro de unos segundos serán 30. Y así es como la cifra crece.
"Acabo de convencer al guardaespalda de los chicos que se queden a firmar autógrafos en pleno centro de Madrid.  5 de los cantantes más famosos del mundo." Pienso, sorprendida de mi misma.
Sí, puede que esté un poco loca, pero, ¿sabes qué? Que me encierren en un manicomio, lo estaré todo lo que haga falta si en mis manos está cumplir sueños. Porque aunque debería estar acostumbrada a estar con ellos, ¡no lo estoy, joder, es que a veces mi cabeza todavía los ve como mis cinco héroes, como mis ídolos! Aunque claro, lo son y siempre lo serán.
Si ya me sentía bien conmigo misma, ahora parezco toda una heroína al estar abrazando a chicas llorando, chicas que me agradecen lo que estoy haciendo, Directioners que me han grabado hablando con Paul, que han subido y twitteado el vídeo...
Es increíble la aglomeración de fans que se ha liado en nada. Este fandom es el que más sigue a sus ídolos sin importar los obstáculos que haya delante.
Y lo mejor es que las casi 200 fans que ya se han reunido con nosotros según Paul, que no para de advertirme que nos vayamos a pesar de que no le hago caso, solo me piden fotos, firmas, que les presente a los chicos, que las ayude a esquivar a algunas Directioners para poder llegar a alguno de ellos, que les explique quienes son las bailarinas, que les pase por teléfono a los chicos a Directioners de toda España que no pueden estar aquí y a las que están llamando para al menos oír su voz...
Pero no hay insultos. Por una vez, no hay insultos. Me tratan como una más, y eso es lo que soy. Al fin parece que lo comprenden. Será el último día, pero sin duda, el mejor.


-Lo advertí, lo dije mil veces, pero al final sabía que iba a pasar.- Nos regaña Paul, tras por fin haber salido de la calle dónde se han concentrado todas las fans.
-Venga ya, Paul, si son One Direction, todas las revistas del mundo les esperaría para que digan dos palabras.- Dice Elena.
-Pero llegamos una hora tarde, ¡una hora! Eso es muy mala publicidad para la banda.
-Venga, papi, déjalo ya.- Louis se ríe de él mientras le pellizca la mejilla.
-Eso, que tus niños te quieren
-Eres el mejor, Paul.
-¡Abrazo!
Todos siguen riéndose de él, pero esta vez Paul sigue enfadado, aunque no nos afecta a nadie.
Entramos en un gran edificio con muchísimas plantas que me recuerda al que yo tenía que ir en Londres para hablar con John, el de la editorial. En recepción nos dicen la planta y subimos todos en un gran ascensor en el que cabemos de sobra. Creo que son el único grupo que va a una entrevista y se lleva a sus novias, al hermano de una de ellas y a las bailarinas del tour. Tras cruzar un gran pasillo acabamos en una sala con varias personas vestidas de color negro hablando entre ellas mientras toquetean sus cámaras que parecen ser más grandes que yo. Pero lo que enseguida nos llama  a todos la atención son las dos grandes mesas llenas de comida de todo tipo que hay delante de nuestros ojos y sobre todo, de nuestras bocas haciéndose agua.
-No pueden hacernos esto justo antes de la hora de comer. No pueden.- Susurra Niall para sus adentros. La tentación viene y cojo un trozo de queso en aceite para él y otro para mi, ya que no he desayunado nada y ahora mismo quiero tirarme sobre ambas mesas y comerme todo lo que hay.
-No toquéis nada, ¡nada!- Dice Paul, pero es demasiado tarde porque Niall y yo saboreamos silenciosamente la textura algo fuerte de este delicioso queso.
-No habréis...
-Ha sido ella.-Niall en seguida me señala a mi. Yo me rió con la boca llena y Paul decide pasar de nosotros y dejarnos a nuestro rollo. Justo cuando vamos a por otro trozo, una chica de nuestra edad entra en la sala. Lleva el pelo recogido en una coleta, unos vaqueros y una blusa  que hace daño a la vista de lo intenso que es su color rojo.
-Hola, me llamo Ana, soy la que va a entrevistarles.- La joven se presenta ante Paul.
-Sentimos haber llegado tarde, nos ha surgido...
-No para absolutamente nada. Chicos, por aquí.
-¿Podríamos entrar todos?- Dice Liam, señalándonos a nosotras.
-Lo siento, pero no hay suficiente espacio. Podéis quedaros aquí y serviros lo que queráis.
-De acuerdo- Contesta Niall, con una sonrisa muy amplia.
-Cállate y entra- Le dice Paul, tirándole del brazo.
-No te lo comas todo- Me suplica con cara de pena antes de entrar a la sala.
-¿Y quién me lo impide?- Le digo, mientras devoro otro trozo de queso.
La entrevistadora llama a los cámaras y todos entran dejándonos solos. Como si aquella sala fuese nuestra casa ya empezamos a comer y a armar jaleo. Somos tan escandalosos que Paul debe salir más de una vez a callarnos y la sala se nos hace pequeña, por lo que poco a poco vamos ocupando el pasillo. Da igual dónde nos encontremos, siempre nos comportaremos igual.




Llega una parte de la entrevista en la que les hacen preguntas a todos por separado. Harry, al salir de la suya, se sienta en un sillón color crema y se come un sandwich buenísimo que ni siquiera sabe de qué está hecho. Mira al suelo pensativo y preocupado a la vez. Hecho un lío. Ya ha pasado un día desde la noche de la fiesta y no debería acordarse de nada después de todo lo que bebió, pero algunas escenas en forma de flashes muy rápidos le vienen a la mente. Recuerda cómo bailaba con gente conocida y desconocida en la pista, y también recuerda a la chica rubia, pero le es imposible llevar a su mente la imagen de la cara de ésta extraña. Desgraciadamente también se acuerda de casi haberlo hecho con ella en una habitación oscura, pero se dio cuenta de que eso no estaba bien, de que no es forma de olvidar. Se siente orgulloso de al final no haber cometido ningún error.
De lo que si se acuerda perfectamente es de cuando estaba destrozado en el baño, odiándose a sí mismo después de haber odiado al mundo, queriendo morirse  por haber montado un drama enorme de lo que no es nada, de lo que debería superar de una puta vez. Y entonces, llegó Cristina. Consiguió aportarle algo de humor a la situación con sus movimientos raros y sus palabras disparatadas. Pero lo más importante fue que le ayudó a levantarse del suelo de aquellos sucios baños y avanzar hacia el espejo para por fin, sonreír. Necesita agradecerselo, pero le da verguenza. Con Cristina nunca ha tenido mucha confianza, o al menos no tanta como con Marina o Danielle, así que no sabe como entrarle. Además, está hablando con Elena, y no sabe como llegar y pedirle que se vaya así, sin más.
De repente su oportunidad llega cuando Frai llama a Elena y la deja sola para dirigirse hacia ella. Cris se sienta justo en el sillón más cercano, así que Harry solo tiene que levantarse y andar un par de pasos. Lo hace y puede notar los nervios de Cris al percatarse de que se acerca hacia ella mientras mira por la ventana haciendo como si no se diese cuenta.
-Hola, Cris.
-Hola- Ella se da la vuelta para mirarle mejor.
-Es que...
-¿Qué?- Ahora se tranquiliza al ver a Harry mucho más nervioso que ella.
-Es que no sé como decirte esto, pero tengo que decírtelo... Vale, me estoy liando- Cristina se ríe y eso calma a ambos. Harry se sienta a su lado- ¿Recuerdas algo de la noche de la fiesta? ¿Aunque sea un poco?
-Solo sé que bebí mucho y bailé mucho... Nada más. Creo- Esboza una pequeña sonrisa.
-Bueno, entonces te lo cuento yo... A ver. Estaba en el baño y, bueno, por una cosa muy... complicada, digamos, estaba llorando.- Cristina borra la sonrisa de su cara al escuchar eso- ¡No, no te preocupes! No es nada grave... Bueno, sigo, resulta que entraste borrachísima- Ahora ambos ríen- y me animaste muchísimo diciéndome que tenía que quererme más y bueno, quería agradecértelo porque me ayudaste a levantarme...
Cristina sonríe con ternura en silencio.
-No tienes que dar las gracias por nada. Ahora quiero que me cuentes por qué estabas llorando.
-No, da igual, no es na...
-¡Ahora mismo!- Dice, cogiéndole de la mano. Ambos se levantan y Cris tira de Harry por el pasillo- Vamos a la calle, no creo que nadie nos eche de menos en un rato.
Salen de la sala y pasan por delante de Elena y Frai y tras saludarlas, Harry sonríe. Se ríe de como esta chica tan pequeña ha sacado  fuerzas para tirar de él.




-¿Qué coño te pasa ahora?- Elena ya no se corta, porque está muy harta de los jueguecitos de Frai.
-Shh, cariño, no me hables así, a no ser que quieras que todo el mundo se entere de que te has liado con él.
-Frai, déjalo ya, por favor, déjame en paz. Tu estabas también borracha, podrías haber hecho lo mismo.
-Pero no lo hice.
-¿Por qué la has tomado conmigo? No te he hecho nada.
-Le has tocado. Y siento la necesidad de acabar con quién le toca.
-Pues entonces querrás acabar también con su novia, ¿no?
-Exacto, y tengo todo un tour mundial para hacerlo. Será mío.
-Estás mal de la cabeza. Haz lo que quieras, pero, ¿para qué me llamas ahora?
-Para restregarte que tu ahora te vas a Londres y yo, cariño, yo voy de tour mundial con él. Voy a destruir a la guarra de su novia, al igual que si no le dejas en paz te destruiré a ti.
-Conozco a su novia y vas a tener un problema si me entero de que le haces algún tipo de daño. Eso por un lado, por otro, estás paranoica: yo no le quiero tener, ni soy una obsesionada de él como tu, simplemente fue un error. Si tu no sabes ver que fue un desliz no puedo hacer nada.
-No te pases conmigo, cariño, sé un secreto tuyo bastante gordo y puedo destrozarte con solo decirlo en alguna red social. Las Directioners se encargaran de dejarte por los suelos después.
-¿Qué pruebas tienes, psicópata de mierda?- Ahora es Elena la que se pone agresiva, la que está harta de que una chica que conoce desde hace dos días la maneje de esta manera.
-Más de las que tu crees- Contesta Frai, poniendo ante esos bonitos ojos su móvil y alejándolo de ella cuando intenta cogerlo.
Y así se va junto a las demás bailarinas, sonriendo como si no tuviese toda esa maldad concentrada en la mente.



Niall coge la mano de Marina como si ahí llevase toda su vida. Como si al soltarla, de repente, desapareciese. Ni siquiera la suelta cuando están sentados en la mesa del restaurante del hotel y juega haciendo cosquillas en la palma de ella con los dedos. Disfruta al ver a su chica sonriendo y apartando la mano al sentir las cosquillas, pero por nada del mundo la suelta.
Es una puta locura muy arriesgada. Pero quiere cometerla, quiere intentarlo. No cree que pueda soportar todo lo que se ha ido en estos días como una ráfaga de viento. No podrá aguantar otra vez echarla de menos tanto que duela la cabeza, pensar  en como sería estar en el sitio en dónde está con ella, enseñándole todo lo que conoce de donde va y descubrir lugares nuevos. Sabe que le afectará cada cosa que haga, desde salir a la calle y ver amor por todos lados, en personas, en carteles, hasta en la publicidad de los autobuses, en las películas donde nunca puede faltar un momento romántico...Las revistas, la prensa, una tortura. Al menos tres semanas hablando de la trágica despedida, inventándose peleas y posibles rupturas...
Y no hablemos de las noches.
"Eres un puto gilipollas"
Las noches en las que el solo se hace sufrir pidiendo cada habitación de los hoteles a los que van con balcón para poder dormir mientras las luces de la calle entran en ella. Así hace que todas las noches se conviertan en un recordatorio constante de cuando se volvieron a reencontrar y ella estaba tumbada en el balcón, pasando frío, y él pudo taparla con ternura y abarcarla entre sus brazos durmiéndose al ritmo de los ruidos de ahí fuera.
Se pregunta cuántas noches ha dormido en el balcón en vez de en la cama durante los 5 meses.
Pero ya no es solo no tenerla, sino también el miedo. Puro miedo de saber que en un día que llegue de un concierto y ponga el Skype para hablar con ella reciba la noticia de que se ha cansado de todo esto, que ha conocido a un chico muy majo que vive al lado y le da el amor que él no puedo darle. Temor a perderla.
Por eso necesita preguntarlo. ¿Y si les parece bien? ¿Y si por alguna razón, todos se ponen de acuerdo? ¿Y si los jefes, tras una reunión, dicen que sí? Liam también estaría de acuerdo por Dani, Zayn y Louis deberían comprender lo desesperado que está. Marina es la mejor amiga de Harry, así que tiene a todo el mundo de su parte, pero...
Pero sigue siendo una locura. Sigue siendo un puto lío de rumores, de las fans cabreadas, del mananger, de todo.
 Necesita intentarlo.
-Eh, dejad de armar jaleo y escuchadme.
Y lo intenta. Cuando todos dejan de hablar entre ellos y apartan las bromas y el cachondeo dejándolos para otro momento y le miran y le atienden, Niall se pone nervioso. Traga saliva y baja la mirada. No puede hacerlo. Es hacerse ilusiones para después recibir un profundo y deprimente "no"
Entonces nota la mano de Marina y se da cuenta de que las fuerzas que necesita para pedirlo están en sus ojos.
-Marina, vente con nosotros de gira.
Marina abre sus ojos y curva sus labios en un gesto extraño. Aprieta su mano con fuerza, casi haciendo que duela.
-Y tu también, Dani.- Ahora Niall tiene la motivación que necesitaba para decirlo.- Yo sé que a todos os gustaría, son las mejores, son nuestras mejores amigas. Es una locura y hay muchas cosas en contra para no hacerlo, pero es que lo necesito. Necesito que se venga, por favor.
Nadie habla. Ni una palabra. Niall acaricia la mano de Marina con el dedo pulgar de la misma mano que la sujeta. Tiene que mirarla de nuevo para seguir hablando, porque ella es todo lo que quiere, todo lo que necesita.
-Liam, tu también quieres. ¿Vas a aguantar otro montón de meses sin ella, sin verla, sin besarla?
-Que mariconazo estás hecho, rubio- Dice Louis de repente. La verdad es que hacía falta para que la tensión se calmase, pero Niall no deja de las risas desvíen el tema principal.
-No es la primera vez que lo hemos hecho. Eleanor, Perrie y Danielle también venían con nosotros algunas veces en los tours.
-Pero era cuando viajábamos por Inglaterra o Estado Unidos, no en un tour mundial- Dice Paul- Aunque yo aquí no soy el jefe...
-Pues montemos una reunión con el manager y quién haga falta.
Las bailarinas hablan entre ellas, pero no se oye lo que dicen. Algunos de los chicos asienten o simplemente sonríen con ternura.
-Eso es que queréis.
-Pues claro que queremos, Niall, claro que queremos- Contesta Zayn- Pero, ¿de verdad crees que en un día vas a conseguir convencer a los que mandan de llevárnosla?
-Al menos tengo que intentarlo, ¿no? Pero necesito vuestra opinión primero.
-¡Venga ya, hombre!
-¡Eso ni se pregunta! ¡Que son nuestras españolas!
-Qué gilipollas eres, Niall.
-Estas dos al autobús del tour pero ya.
-¡Marina y Danielle se vienen por cojones!
En seguida todo vuelve a revolucionarse y hasta las bailarinas gritan los nombres de las chicas y comentarios en español que solo ellas entienden. Marina y Danielle se miran y mueven los labios en susurros.
-¿Qué decís vosotras?- Pregunta Liam, ya que la idea de Niall le parece la mejor del mundo.
-Pues...- Dice Marina, pero en seguida se queda callada. Ambas están muy serias.
-Pues no vamos a mentiros, pero lo vemos muy difícil. Nuestras familias no van a querer que dejemos la universidad para irnos, y esta vez no es por una beca o por que Marina esté escribiendo. Ese es el principal problema.
-Si por nosotras fuese no nos separaríamos de vuestro lado. Gorroneando comida no solo en Londres, si no en todos sitios.- Dice Marina, intentando quitar seriedad al asunto.
-Esta tarde se soluciona todo- Dice Harry, tomando el control de la mesa- Tenemos que concertar una reunión, tenemos tiempo en los descansos del ensayo y la prueba de sonido. Mientras vosotras llamáis a casa y por favor, hacedlo lo mejor posible.
-Eso y más- Contesta en seguida Dani mientras Marina asiente.
-Voy a ir preparando la reunión- Dice Paul, con su móvil ya en mano.
-¡Así sí!
-¡Ese Paul!
-En realidad no es un tipo tan duro...
-Tiene su corazoncito.
-¡Te queremos, Paul!
Y de nuevo, la alegría de apodera de la mesa. Aunque también la preocupación de que nada salga bien, de que al final el miedo vuelva. De que sea otro adiós lo que está por venir.




Dani y yo nos cogemos de la mano muy, muy fuerte. Nuestras familias ya se esperan que será una gran noticia porque les hemos pedido que se reuniesen para decírselo a la vez. Sobre una mesa blanca y apoyada en unas cuantas ropas del vestuario de los chicos del backstage está el móvil de Dani para captar una buena imagen de nosotras en la videollamada. Nos ponemos aún más nerviosas cuando en la pantalla aparecen
nuestros padres. Niall y Liam salen de la habitación tras darnos un beso y desearnos suerte..
-¡Hola! ¿Se oye bien?- Digo mientras nos sentamos.
-¡Sí, se oye perfectamente!
-Mamá, no hace falta que grites- Le dice Dani a su madre sonriendo.
-Miedo me da lo que vayáis a preguntarnos...-Mi padre habla esta vez riéndose.
 Eso me pone más nerviosa aún. Nos sentamos  delante de ellos y nos volvemos a coger las manos debajo de la mesa. Respiramos entrecortadamente mientras empezamos a hablar.

Optamos por empezar a contarlo todo desde el momento en el que Niall ha silenciado toda la mesa para decir la propuesta y hasta se nos ocurre aportar algunas cosas de nuestro interior. Nos sinceramos más que nunca con ellos, hablándoles de amor y de sueños, de que sabemos las consecuencias pero que queremos...Vivir. En definitiva es eso, queremos vivir.
Silencio. Silencio que solo eliminan los gritos de los chicos encima nuestra, en el escenario, mientras ensayan. Silencio que solo rompe la música que suena de diferentes formas según toque la guitarra, o la batería, o el bajo, o alguna mezcla de ordenador. Silencio roto por los gritos de Paul o simplemente, por nuestras respiraciones aceleradas.
-Como comprenderéis...-Comienza a hablar el padre de Dani.
-...no nos parece bien. ¿Verdad?- Continúa la madre, mirando a mis padres. Algunas lágrimas vienen a mis ojos decididas a salir, pero logro detenerlas con el dedo antes de que mis padres asientan, dándoles la razón.
-Os recuerdo que vosotras estáis en la universidad y no habéis terminado. Tenéis unos estudios y unas obligaciones, una vida que hacer. No podéis, así, de repente, dejarlo todo e iros.- Dice mi madre, mientras mi padre asiente y los padres de Dani dicen "sí", "así es" o similares.
-¿Eso es vida? Pues yo...Pues yo prefiero salir y ver cosas, aprender del mundo y disfrutar ahora que tengo la oportunidad antes de quedarme aquí.- Me atrevo a decir, con la voz rota.
-Papá, mamá, es lo que queremos...
A Dani ni siquiera la dejan terminar de hablar.
-Lo que ha dicho es justo lo que pensamos nosotros.- La madre de Dani opta por un tono serio.
-Cuando se acabe la gira, ¿qué vais a hacer? ¿Volver a la universidad? ¿Después de dejar vuestra carrera por la mitad?
-Si pensabais en que los niñatos esos os matengan toda la vida a base de riquezas, la lleváis clara.
-Eso, eso. Vosotras debéis llevar vuestra vida.
-Faltaría más...¡os quedáis aquí!
Los comentarios de cada uno de ellos se van entremezclando.
-¿Pero de dónde habéis sacado eso? Nosotras solo queremos irnos con ellos de gira y viajar,  no sé que viene llamarles niñatos.- Dice Dani, muy enfadada.
-Pues porque son eso, unos famosillos que se han encaprichado de vosotras. Y mira, me parece muy bien que estés con él, Dani, pero cuando se canse de ti, ¿ni siquiera vas a tener estudios?
-¡Mamá! ¿Qué coño dices?- Dani se pone a llorar en seguida, destrozada por las duras palabras que acaba de decir su madre.
-Marina, eso también va por ti. Cuando Niall se canse de ti, no queremos que no seas nada.

"Famosillos que se han encaprichado de vosotras"
"Cuando se canse de ti..."

Un impulso hace que me levante y desconecte la videollamada. Tiro el móvil de Dani a la mesa, pero a ella no le importa en abosluto porque lo único que necesita es un abrazo que me apresuro a darle. Ambas nos quedamos llorando ahí, en el centro de la habitación, hasta que llegan Liam y Niall.
-¿Estabais ahí?
-¿Lo habéis oído todo?
-Sí- Contestan al unísono.
Los cuatro nos damos un gran abrazo sintiéndonos el uno al otro.
-Tenemos 19 años, Dani, vámonos con ellos. Somos mayores e independientes, podemos hacer lo que queramos...
-No.- Dice Liam.
-¿No?
-No, no, no.
- Marina, escúchanos.- Niall frena mis palabras mientras Liam coge unas sillas. Nos sentamos todos en círculo e intentamos asumir  lo que ha pasado esta tarde. La reunión convocada para que fuésemos con ellos de gira había resultado un éxito. Tres horas encerrados en una habitación mientras nosotras, desesperadas, esperábamos fuera. Ahora, lo de nuestros padres, y ni 10 minutos después, los "no" de Liam y Niall.
Pero estoy segura de que tienen una explicación coherente. Por que no, no son unos famosillos a los que solo le interesamos como si fuesen juguetes. Han sido nuestra mayor ayuda durante 7 años, desde que eran nuestros ídolos, pasando por nuestros amigos y ahora nuestros novios. Seguro que esos "no" tienen motivos para salir de sus labios.


Sobre el escenario siempre abunda la locura, la alegría, el sentimiento de tener a miles de chicas gritando las canciones, queriendo hacerles saber que les aman incluso más que a sus propias vidas. Es un sentimiento extraño, ¿verdad? El amor de una fan a su ídolo, al igual que el de un ídolo a millones de fans. Ambos bandos saben que lo más probable es que nunca se conozcan, que simplemente se quede todo en unas bonitas horas de concierto, viviendo ese sueño intenso y recordándolo el resto de sus vidas, pero aún así ahí hay algo muy fuerte e indestructible, un cariño especial, lágrimas que caen solas deslizándose por sonrisas que transmiten de todo. Para el fandom es como cuando todos los problemas y preocupaciones vienen a la vez, ya sean grandes, graves o simplemente no sean para tanto, y solo pueden encerrarse a escuchar esas canciones que curan cualquier herida. O como cuando necesitan celebrar algo, o hacer cualquier cosa. Para el fandom, que no puede vivir sin la música, para esas millones de personas que cada día inconscientemente tienen las canciones de sus mayores inspiraciones en la cabeza, ahora es como un bonito sueño en el que sus ídolos por fin les cantan lo que quieren oír directamente a sus oídos.
Para los que lo viven sobre el escenario es la mayor oportunidad de agradecerles todo lo que hacen, cada pequeña locura, emoción, cartel, camiseta con sus caras y gritos estridentes. Porque gracias a toda esa gente que les apoya diariamente amándoles ya no solo por su música, sino también por lo que son y dicen, pueden mostrarse cantando como siempre han querido. Es algo especial, algo que solo entiendes si formas parte de esta familia.
 Cumplen sueños cumpliendo el suyo.



Tras un par de horas discutiendo, llorando, gritando y definitivamente, hablando, hemos salido de allí agotadas solo de las vueltas que hemos dado alrededor de la habitación. Paul ha venido a por Liam y Niall para regañarles por haberse perdido la mitad del ensayo, pero en seguida han salido corriendo por otro pasillo. Nosotras ocupamos nuestro sitio en primera fila, el mismo que el del día anterior, y ahora solo faltan un par de canciones para terminar y pensaba que con todo lo que ha pasado no iba a disfrutar del concierto, pero lo he hecho, olvidándome de todo. Su música lleva transportándome a otro mundo 7 años y no iba a dejar de hacerlo ahora.
Me hubiese gustado que nuestros padres oyesen el motivo de ese "no". Me hubiese encantado que la cámara estuviese aún encendida y se hubiesen percatado de que no somos un capricho para ellos, de que después de tres horas de reunión para que le diesen permiso, ahora ellos dicen que no por nosotras, porque quieren que vayamos a la universidad y sigamos con nuestros estudios.
Es el mismo motivo que nos pusieron la última vez: los estudios, nuestra vida. Dicen que no quieren entrometerse en eso, que no quieren interrumpir nuestras carreras. Y aunque les ha costado gritos y gritos, hasta enfado por parte de Dani y mia, al final nos han hecho entrar en razón. Tenemos tiempo para viajar, para volver juntos, porque podemos volver a superar la situación. Y aunque aún me duele, sí:
Al final, nos quedamos. 


Ahora son otras inquietudes las que abarcan mi cabeza, y además vienen bien fuerte tras todo el estrés, gritos, llantos y quebraderos de cabeza. Ahora lo único que quiero es lanzarme en los brazos de Niall y que hagamos de todo. Que ambos nos llevemos el mejor recuerdo, nuestra última noche.
Se me hace eterna la espera a que terminen de cantar y se despidan. Hasta que el estadio no se vacía hasta cierto punto, Paul no nos deja subir al escenario para buscar a los chicos. Pero cuando aparece entre uno de los huecos de las pantallas gigantes, me falta tiempo y aire para agarrarme al borde del escenario y patalear hasta subirme.
-¿Dónde está Niall?- Le digo, sin respiración.
-En la puerta número 9 están todos- Me contesta, y salgo corriendo por el mismo hueco por el que ha salido él. Pero para mi sorpresa, Niall venía a buscarme y nos chocamos hasta casi caer cada uno a un lado.
En seguida nos lanzamos a besarnos aunque ninguno de los dos podemos respirar de las prisas. Saboreo sus labios con rapidez porque sé que dentro de poco no podré volver a hacerlo. Me coge la mano y corremos entre los pasillos hasta acabar en la puerta número 2. Abrimos y cerramos de un portazo. Todo desenfrenado, con prisas, con ganas, con pasión. La habitación permanece a oscuras. Niall coge ambas manos y me apoya en la pared sin soltarme. Me encuentro inmovilizada, pero mi boca es libre, mordiéndole con fuerza. Sus labios bajan a paso de besos por mi cuello. Me estremezco de placer cuando siento su lengua caliente, sus dientes mordiéndome, y hasta gimo cuando una de sus manos acaba entre mis pechos, recorriéndolos, quitándome el sujetador desenfrenadamente. Al fin me suelta la otra mano para quitarme el vestido y antes de que le de tiempo a caer al suelo sus manos lo hacen sobre mi espalda y sus labios dónde sus manos antes habían recorrido con ganas el terreno. Al quitarse de ahí vuelvo a besarle a lo bestia, mientras mis manos revuelven su pelo o arañan inevitablemente su espalda ya sin camiseta. Puedo tocar su sonrisa con los labios y un impulso lleno de ganas de sentirle dentro de una vez por todas hace que me agarre con las piernas en su cadera. Él me coge riéndose y me apoya en una mesa llena de cosas que no vemos en la oscuridad, pero que tiramos al suelo para tumbarnos ahí. Mis manos recorren su torso mojado de sudor, sus músculos más marcados, la uve que lleva a sus pantalones ya casi fuera de sus piernas...
Me pongo encima suya y se los quito. No hay quien me frene ahora, porque le quiero, joder, le amo más que nadie, y tengo la certeza de que él también, de que queremos tenernos el uno al otro...
-Marina...
Hago una pequeña pausa para mirarle aunque no pueda ver su rostro.
-Te amo- Me dice, en un claro español que casi no tiene acento.
Ahora es cuando, con frenesí, hago que ambos nos quedemos desnudos, dispuestos a todo... Me tumbo sobre él y me agarro con ambos brazos del cuello. Él hace lo mismo. Su corazón suena fuerte contra mi pecho, su aliento en mi oreja, su sudor con el mío...
-Marina, te amo...-Me dice esta vez en inglés.
No puedo esperar más. Necesito amarle yo de una puta vez.
-Te amo, pero no puedo hacerlo.
Intento asumir lo que acaba de decir apoyando mis manos en la mesa y levantándome. Despacio, me siento en el borde dándole la espalda y un millón de cosas se pasan por mi cabeza, un millón de razones para que no quiera hacerlo.
Me pongo a llorar.
-Eh, eh, no llores, por favor, no es nada que tu hayas hecho.- Se levanta y me abraza por detrás. Se me hace muy raro sentirle desnudo ahora que yo me siento idiota y débil.
-¿No quieres porque... no me quieres?- Al final, saco mi mayor miedo a la luz.
-No quiero porque, efectivamente, no te quiero. Te amo. Y creo que no lo estamos haciendo bien, que todas estas prisas no son buenas. Que no quiero hacerlo con la chica que más he querido en toda mi vida de esta manera, que te mereces que te trate mil veces mejor. Que, si de verdad yo te amo y tu me amas, no nos importaría esperar.
Dejo de darle la espalda para abrazarle. Llorando muchísimo más que antes, saco fuerzas para decirle:
-No me importa esperar.


El móvil de Niall suena metido en sus pantalones, que están tirados en el suelo. Deja de abrazarme para ir a ver quién es y en seguida empieza a recoger nuestra ropa. Me lanza mi vestido y me suplica que me lo ponga mientras dice "corre, corre, corre..."
-¿Quién es?
-¡Es Paul, hace 20 minutos que me esperan todos para salir!¡Mira qué hora es!
-¡Joder!
Nos vestimos casi sin saber qué estamos haciendo y salimos corriendo de allí, dejándolo todo tirado en el suelo y la puerta totalmente abierta. Salimos a la calle por la puerta trasera y están todos frente a la furgoneta abrazándose mientras se despiden. Dani, mi hermano, Elena, Cris, las bailarinas...Cuando llego al lado de Dani, me lanza una sonrisa con doble sentido, pero yo en seguida borro lo que sea que esté en su imaginación negando con la cabeza.
Mientras Paul regaña a Niall, me lanzo a abrazarlos a todos. A Harry, que me pide que le toque el pelo una última vez, a Zayn, que me da un tierno beso en la mejilla, a Liam, que como siempre, me levanta por los aires, a Louis, que me habla muy, muy raro en español, provocándome la última carcajada antes de irse. Con las bailarinas nos damos un abrazo grupal y en seguida, antes de que a Paul le explote la garganta de gritar que llegan tarde al aeropuerto, beso a Niall. Pero esta vez, es un beso tierno y lento, nada que ver con los anteriores. Un beso para saborearle una vez más. Divertido, me coge al igual que hace unos minutos ha hecho para ponerme en la mesa, justo la misma postura.
-No me provoques...- Le digo al oído, aún abrazada a él. Se ríe con ganas. Mientras con una mano me sujeta, con la otra me coge de la barbilla. Intento observar con atención la luz y el brillo de sus ojos.
-Te esperaré todo lo que haga falta.- Le aseguro.
-No será mucho tiempo.- Me contesta.
 Me da un beso fugaz que produce cosquillas en mis labios. Nos separamos y todos se meten en el coche gritando mil cosas, entre ellas que nos quieren.
-¡Os voy a echar mucho de menos!- Gritamos Dani, Elena, Cris, mi hermano y yo casi a la vez. En seguida montan muchísimo más jaleo y nos lanzan besos al aire, eso sí, riéndose de ellos mismos.
Niall saca medio cuerpo por una de las ventanillas y grita con la voz casi ronca mientras se alejan por la carretera:

-¡Volveré pronto, lo prometo!







2 comentarios:

  1. ¡Holaaa! Sabes que me encanta eh:) JAJAJAJAJAJAJJAJAJA @1DsMyAll

    ResponderEliminar
  2. Que bonito!!!!! Me encanta, habra mas no? Espero que si porque estoy super enganchada! <333

    ResponderEliminar